El Antiguo Comentario

El Antiguo Comentario

Quiero meditar y no lo consigo




Nuestra pequeña voluntad personal
es muy limitada

         Si decido dormir, tengo que hacer una serie de acciones físicas previas: Apagar la TV, lavarme los dientes, ir a mi habitación, desvestirme, acostarme confortablemente y ESPERAR que venga el sueño. Curiosamente, cuanto más deseo dormirme, menos rápido vendrá el sueño. Sí… la pequeña voluntad es muy limitada. No puede decidir que llegue el sueño. Viene por si solo. Pasa lo mismo cuando queremos meditar.


Night of Mystic - Rassouli



Entrar en meditación es tomar
medidas previas muy concretas 

       El verbo ‘meditar’ proviene del latín ‘meditari’, tomar "medi-das". El que desea meditar necesita tomar medidas adecuadas para entrar en un estado de atención concentrada. La atención es una mirada dirigida del observador humano para entrar en contacto con algo exterior o interior a sí mismo. Además, añade la Tradición inmemorial, esta mirada dirigida es un canal, por el cual corre el ‘Fluido de Amor solar’. Posee la virtud de animar y vivificar lo que es considerado atentamente.
         En el mundo del Agni Yoga, el Yoga del Fuego, el meditador busca descubrir y entrar en empatía profunda con Sí mismo, esta Fuente de Vida interior, que suscita su existencia mediante la personalidad. Es un Núcleo de Fuego mágico, Vida divina, el foco céntrico del ‘macro-átomo’, como enseña la Tradición inmemorial, que estructura la apariencia de cada Ser humano.
            Para acercarse y luego entrar en estado de empatía profunda y fusión con esta Fuente de Vida divina, este Fuego mágico, el observador necesita, como para ir a dormir, todo un ritual. Son gestos muy físicos y concretos. Ponen, poco a poco, el físico, la sensibilidad y el mental del meditador en un estado de atención y sensibilidad tal, que aparece otro mundo. Es muy sutil, nunca experimentado hasta ahora. Expande cualidades y virtudes. El observador concentrado y atento siente que surgen de un misterioso e invisible foco interior central. Rápidamente descubre, que son fuerzas creadoras responsables de su existencia. Entrar en contacto con ellas, ¡es fabuloso!



 Los gestos concretos
   que producen una empatía profunda

· El primer gesto concreto consiste en cerrar los ojos.
         La Tradición inmemorial nos enseña que no tenemos 5, sino 10 sentidos. 5 sentidos, que nos permiten entrar en contacto con el mundo exterior y 5 sentidos sutiles, que nos permiten ver, sentir, oír, saborear y oler fenómenos del mundo interior humano y que los sentidos dirigidos hacia el exterior no pueden percibir. Es por eso que el meditador cierra los ojos. Quiere experimentar la realidad de su mundo interior incluido lo extra sensorial.

· El gesto concreto siguiente es la observación de la respiración.      
          Lo más fácil para concentrarse sobre las cosas interiores es, en primer lugar, observar lo que se mueve, p.ej.: el movimiento respiratorio. El observador intenta sentir, observándolo, cuál es su ritmo natural en estado de reposo. Lo constata atentamente. Intenta no intervenir en este ritmo, intenta ‘no actuar’, dice la Tradición. Si puede mantener su atención, constatará que a cada exhalación se siente más relajado, que se apacigua y que el ritmo respiratorio ralentiza… ya es un primer paso del ritual concreto, que conduce al observador hacia el estado meditativo.

· Ahora el gesto  físico consiste en perfeccionar el movimiento respiratorio.
         En general respiramos muy mal. Sólo inflamos la parte superior del pecho, lo que provoca una tensión al nivel del plexo solar. La circulación normal del fluido vital es restringida. Además, este bloqueo aumenta cuando estamos preocupados o nerviosos. A veces, debido a la tensión nerviosa, la respiración se hace a sacudidas al nivel de las clavículas.
Para asegurarse que la respiración sea completa y tranquila, el observador para meditar va a concentrar su atención en la parte superior de su abdomen. Para hacerlo baja ligeramente el mentón. Este pequeño gesto físico ayuda a la mirada interior a concentrarse allí. Su atención incita al abdomen a inflarse activamente y cada vez con más lentitud. Constata que, este movimiento provoca desde abajo una inhalación natural perfecta. Por este gesto muy físico, el observador restablece la amplitud normal del movimiento respiratorio. La región del plexo solar se relaja rápidamente y, a cada exhalación, siente como la energía corporal circula mejor. Respirando adecuadamente, la relajación se instala sin ningún esfuerzo voluntario. Además, la observación concentrada de la respiración ayuda al observador-meditador a liberarse de la infiltración de pensamientos suscitados por sus numerosas preocupaciones. Siente que, cuando lo distraen, la respiración pierde su fluidez. Se interrumpe automáticamente la tendencia hacia el estado de meditación.

· Observando la respiración, nacen nuevas sensaciones físicas
         Al inhalar atentamente, el observador siente como la frescura del aire nuevo lo invade. Le da una sensación de bienestar y muchas veces, dice la tradición, hace nacer ‘la sonrisa de Buda’. Al exhalar, la frescura se transmuta en una energía calurosa y suave, que se expande poco a poco en todo el cuerpo. Relaja maravillosamente. Es como la sensación de un nutrimiento, que apacigua el hambre. Al seguir observando con atención durante un cierto tiempo, se siente cómo las sensaciones de bienestar y relajación profundizan. El observador está acercándose, poco a poco, al estado puro de meditación. Es el momento de la ‘respiración profunda’.

· Viene el momento del movimiento físico de la ‘Respiración profunda’
         La respiración, que el meditador ha perfeccionado y experimentado sin variar el ritmo natural, permite ahora el gesto concentrado de la ‘Respiración profunda’. Es un acto de voluntad creativa. Se llama en la ciencia del pranayama la ‘respiración en cuadrado’. Tiene 4 momentos bien definidos: inhalar, suspensión superior, exhalar y suspensión inferior:
1.     El momento físico de ‘inhalar’
El movimiento de inhalar sostiene al observador concentrado en dirigir su mirada. Ayuda la intención de su observación a realizar con precisión una inhalación profunda. El observador lo hace, inflando el abdomen muy lentamente y lo más en profundidad posible, hasta que llega a un momento de suspensión respiratoria.
2.     El momento físico de ‘suspensión superior’.
Antes de exhalar, siempre hay un micro momento de suspensión. Haciendo la ‘respiración profunda’ este momento se amplifica y prolonga. Es un momento de atención tensa y sutil y, enseña la Tradición inmemorial, sagrado. Permite al meditador ponerse en estado de receptividad o EMPATÍA intensa con la realidad de un mundo, más allá de la percepción ‘normal’. Es útil alargar este momento. Los yoguis del extremo Oriente pueden prolongarlo durante mucho tiempo. Es en este estado de suspensión, durante el cual los sentidos sutiles van a actuar con plenitud de conciencia. Permiten al observador escuchar, sentir, ver y vivir experiencias inéditas y fuera de lo común. Luego, durante la exhalación, que será lenta y suave, el observador asimilará los efectos de estos extraordinarios instantes de empatía.
3.     El momento físico de ‘exhalar’
Pone en relieve los efectos de la vivencia interior realizada con los sentidos sutiles al momento de suspensión sagrada superior. Durante este movimiento de exhalar, el observador se da cuenta que está viviendo una nueva experiencia. Está cambiando la manera de ver su existencia. Aparece el deseo de utilizar la riqueza de esta vivencia consciente de su mundo interior como medio de perfeccionamiento.
4.     El momento físico de ‘suspensión inferior’
El observador-meditador se hace consciente de su nueva sensibilidad. Adquiere la conciencia de la realidad de ‘otro mundo’. Nace una comprensión diferente de sí mismo. Aparecen nuevas posibilidades que, nunca hubiese podido imaginar. Descubre que su ‘Respiración profunda’ es una herramienta fabulosa de auto conocimiento. Decide usarla para descubrir, lo que realmente ‘ES’. Está descubriendo lo que significa ‘YO SOY ESE Y ESE SOY YO’, Su Vida divina interior, Fuente creadora de su existencia, que expresa la personalidad.


Moment in Eternity - Rassouli


·Las respiraciones naturales físicas consecutivas continúan la obra
Las respiraciones de ritmo natural consecutivas a la ‘Respiración profunda’ procuran la oportunidad de analizar y asimilar más en profundidad esta toma de conciencia totalmente nueva de lo que ‘ES’. Continuarán el mismo trabajo experimental, porque poseen, a una escala menor, las mismas características.

Nota: El meditador practicará la ‘Respiración profunda’ solo una o dos veces. La renovará a cada episodio nuevo del camino meditativo. Eso para evitar la hiper ventilación respiratoria.

·El nacer de un Ser humano diferente
Aplicando el método realmente físico de la ‘Respiración profunda’, el observador atento constata, que la amplitud de este movimiento respiratorio lo deja entrar, como por milagro, en este estado de meditación tan anhelado y que ha buscado obtener tantas veces en vano para experimentar, según la enseñanza de la Tradición inmemorial, lo que realmente significa SER.
Vivirá, inhalando profundamente y con lentitud, ser atraído al centro de sí mismo. Al punto culminante de la inhalación, sentirá que se instala la inactividad, el ‘no actuar’ de la suspensión respiratoria. El meditador está en estado de alerta y de perfecta empatía, al máximo de su concentración.
En un primer momento experimentará, en lo más profundo de sí mismo, un misterioso vacío. A veces eso crea una cierta angustia y al mismo tiempo fascina. Luego, a la exhalación, que sigue con mucha atención, experimentará, no solamente una benéfica relajación, pero también, ¡oh sorpresa!, una radiación energética vigorizante, que parece surgir de este vacío en el centro de sí mismo. Y eso ¡es una experiencia inolvidable!! El meditador descubre que su vitalidad surge de una fuente, un foco en el centro de su cuerpo. ¿Pero… qué sentido podemos dar a esta misteriosa sensación?

· Las aclaraciones del ‘Antiguo Comentario’
El Antiguo Comentario es uno de los documentos más antiguos de la Tradición inmemorial. Nos enseña, a propósito de la estructura ‘atómica’ de la Personalidad humana:

“El eterno Núcleo de Fuego se oculta a Sí mismo.
Sólo es conocido a través de la irradiación
y por aquello que irradia.”

Esta sencilla frase explica muchas cosas.
Un ‘eterno Núcleo de Fuego’… ¿Es Él quien origina esta misteriosa irradiación calurosa, que el meditador adivina, cuando observa atentamente el momento de exhalación? Pues entonces, ¿hay un foco de ¡Fuego! en el centro de uno mismo…?
Y, este ‘eterno Núcleo de Fuego se oculta a Sí mismo’, dice el Antiguo Comentario. ¿Puede eso explicar el vacío extraño, que el meditador experimenta en el momento de la suspensión respiratoria vivida con empatía?
Sin embargo, si este ‘Núcleo de Fuego’ es oculto ¿cómo puede ser conocido? Otra vez el Antiguo Comentario da la respuesta: ‘Es conocido a través de la irradiación’. Si el meditador, cuando su atención es concentrada, experimenta la ‘calurosa irradiación’, que acompaña a la exhalación, entonces ¡conoce y tiene la PRUEBA de la misteriosa Presencia escondida en el centro de sí mismo!! Tiene la prueba de la Presencia de lo que la Tradición inmemorial enseña ser un eterno Núcleo de Fuego interior’. La práctica concentrada de la meditación del Agni Yoga, el Yoga del Fuego, corroborará cada vez con más precisión este fabuloso descubrimiento.
 Esta concreción de lo que estaba en abstracto, a veces sólo teórico, cambia toda la manera de conocerse a sí mismo. Hace surgir un nuevo paradigma de auto conocimiento. La Fuente creadora no proviene de un Poder ‘exterior’. El Ser humano se vuelve totalmente responsable de Sí mismo. Tiene a Su disposición su propio Poder, que es divino.
¿Divino? Sí, el Núcleo de Fuego interior es ‘eterno’, proclama el Antiguo comentario. Es decir que ¿no ha nacido y nunca morirá?… Pero, eso es un atributo de lo divino. ¿Sería el Ser humano de naturaleza divina?
Y el Antiguo Comentario continúa insistiendo. Añade que, ¡sí!, el Ser humano puede conocer el ‘eterno Núcleo de Fuego, que se oculta a Sí mismo’, ¡‘por aquello que irradia’!!
¿Qué irradia, el Fuego? El mundo físico lo pone en evidencia. El astro solar, p. ej.: irradia la luz, el calor y el poder que sostiene la vida biológica. Así pues, el Fuego interior humano también irradia las mismas cualidades creativas de la luz de Su inteligencia creativa, el calor de Su amor y el poder, el cual realiza el desarrollo y la perfección de su existencia.  
Considerando la naturaleza de este estado del Ser, la Tradición inmemorial profundiza enseñándonos además, que este eterno Núcleo de Fuego interior humano es parte integral de la esencialidad divina del eterno Núcleo de Fuego cósmico’. Es una proyección holográfica perfecta de lo más grande, diría la ciencia moderna.



Temple of Silence - Rassouli


Así pues, concluimos

         La descripción de este ritual meditativo, realizado con gestos físicos concretos, nos deja entrever, que nuestros mundos familiares de las tres dimensiones: físico denso, emocional-sensible y mental, son capaces de entrar en contacto con otro mundo, dicho de ‘cuarta dimensión’, el mundo del Espíritu, aunque sea considerado ‘extra sensorial’. Es a causa de que el extra sensorial parece inaccesible, que mucha gente ignora e incluso niega su existencia.
         La mente concreta y los gestos físicos son capaces de construir un puente entre los 2 mundos, físico y espiritual, aparentemente contradictorios e, incluso hacer que fusionen. La herramienta mágica para realizarlo es la intención o atención concentrada humana. Lo es por dos motivos:
En primer lugar, cuando la concentración mental es realmente activa y concentrada, la observación, sostenida por los gestos físicos y concretos, impide el surgir de las preocupaciones que el pensar no cesa de fabricar.  No se puede a la vez estar muy atento a algo y pensar en otra cosa diferente. Estas actividades se eliminan entre sí. El pensar, pues, es muy peligroso. Puede aniquilar en una fracción de segundo todo el proceso de interiorización emprendido por la atención concentrada. Y, a veces es irrecuperable…
-         ¿Hay que luchar firmemente contra el pensar, pues?
-         Tal lucha no sirve. No sólo hace falta mantener, sino aumentar, la intensidad de la observación concentrada. Esto sí es muy eficaz.
En segundo lugar, la Tradición inmemorial nos invita a ser conscientes de la cualidad de la atención concentrada. Es más que una mirada mental. Es una concentración, que conlleva el ‘fluido de Amor solar’ puesto a disposición por el Ángel Solar que, desde tiempos inmemoriales, acompaña a cada Ser humano en la búsqueda de Su desarrollo. Hoy en día diríamos que es un láser de energía animadora y estimuladora. Es capaz de elevar las vibraciones existenciales de nuestros gestos físicos concretos, hasta que entren en consonancia y empatía con las vibraciones poderosas del Espíritu. Eso permite que las cualidades creativas del mundo espiritual puedan ser asimiladas y aplicadas en el mundo de la apariencia física.
         Es el sentido profundo y la meta de toda actividad meditativa real. ¡Provoca milagros!!!

                                                                       William

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