Q U I N T A P A R T E
LA ‘RESPIRACIÓN SIN RESPIRAR’
Mandala - Aurelien Pumayana |
Practicar sus ‘escalas’
A todos los pianistas principiantes, antes de interpretar cualquier melodía, se les impone practicar sus escalas musicales hasta que puedan tocar cualquier nota del piano sin mirar, ni tener que pensar en esta destreza manual fundamental. Cuando esta maestría muy física es adquirida, al joven pianista le será posible concentrar todas sus facultades artísticas en la interpretación creativa de sus primeras partituras.
Al meditador, también le es necesaria la adquisición automática de una respiración adecuada para optimizar sus meditaciones y que sean efectivas, fluidas y profundas. Tiene que hacer sus 'escalas'.
El meditador sabe que la respiración es su herramienta física fundamental, que apoyará todas las otras aptitudes necesarias para realizar durante la meditación sus melodiosas partituras espirituales.
La práctica de la respiración deportiva
La respiración meditativa nunca será una respiración física voluntariamente efectuada con el diafragma, el vientre en hueco y utilizando los músculos del pecho y de la garganta. Tal respiración se practica mucho en la esfera de los deportes y gimnasios. Su meta consiste en acumular fuerzas físicas y bloquearlas físicamente para que luego sean liberadas y usadas con una eficacia lo más extrema posible. La respiración deportiva casi siempre tiene como objetivo un rendimiento máximo y la adquisición de cualidades físicas al servicio del prestigio. Puede procurar una cierta relajación física por extenuación o como fruto de la satisfacción personal.
La respiración abdominal bloqueada
La respiración meditativa tiene otras motivaciones que la deportiva. Su ejecución se realiza de una manera muy diferente.
Ya para empezar, el meditador olvidará totalmente el tema de la respiración física de por sí. Concentrándose, cierra los ojos y sin intervenir se pone a observar con atención el movimiento rítmico de sus músculos abdominales. Consciente del inflar-desinflar del abdomen, observa.
Está ya practicando la ‘Respiración sin respirar’.
Para muchas personas, debido a las tensiones de la vida cotidiana, el movimiento vaivén del abdomen es casi imperceptible. Sin embargo, si consiguen quedarse concentrados, descubrirán que, en efecto, los músculos del abdomen hacen un ligero movimiento automático de inflar y desinflar.
A veces, algunos no llegan a observar tal movimiento. Un bloqueo de los músculos abdominales lo impide, debido al estrés o la obsesión de esbeltez impuesta por ciertas normas de moda. En este caso el meditador intentará, observando atentamente, estimular con delicadeza el vaivén de los músculos abdominales. Lo hace conscientemente con impulsos voluntarios suaves. Constatará que el inflar del abdomen crea una ligera tensión muscular compensada al desinflar por una agradable relajación de los músculos. Si continúa este yoga, ya un preámbulo meditativo, el abdomen vuelve poco a poco a ser flexible. Después de una serie de ‘escalas’ realizadas con atención durante unos días, observará que el movimiento abdominal ya está claramente perceptible sin que la intervención voluntaria sea necesaria. Su movimiento es flexible y suave por naturaleza. Remarcará con sorpresa que el inflar muscular provoca automáticamente una llegada a los pulmones de aire fresco. Al desinflar, el aire se escapa lentamente y por sí solo. Si tiene paciencia, el vaivén automático volverá a ser para siempre perceptible, aunque apenas sentido.
Después de un cierto tiempo, el inflar y desinflar abdominal, se transforma en un evidente “Respirar sin respirar”. Los meditadores saben que tal respiración es el adecuado instrumento para practicar con fluidez y en profundidad la Respiración interiorizada de la meditación.
Sin embargo, si por mal hábito, la persona, que intenta actuar en meditación, usa la respiración a la manera ‘deportiva’, el caudal del flujo energético interior deseado disminuirá hasta ser inutilizable. Esta manera de respirar impide la circulación natural de la energía, hasta reducirla casi a cero. Al mismo tiempo, esta tensión proactiva hace que la energía vaya acumulándose indebidamente en ciertos lugares del cuerpo, donde se crearán bloqueos a veces insoportables. El acto voluntario intenso nunca podrá cambiar nada a tal tensión nerviosa. ¡Al contrario!
Superando estos obstáculos causados por los bloqueos, el meditador, practicando la ‘respiración sin respirar’, se da cuenta poco a poco, que la respiración abdominal, aunque parezca escasa, es una herramienta muy efectiva para la eliminación de bloqueos y para ejercer adecuadamente la creatividad meditativa. Se aprovechará igualmente de esta ‘Respiración sin respirar’ para manipular, conducir o concentrar conscientemente las energías puestas a disposición por su constitución, ya sean físicas-etéricas, astrales, mentales o las de su Tríada espiritual.
La ‘Respiración sin respirar’
desbloquea las
tensiones
La técnica refinada de la ‘Respiración sin respirar’ permite liberar o desbloquear las tensiones, neutralizándolas con suavidad. Como por arte de magia, todas las tensiones provocadas por actitudes voluntarias van desapareciendo. La ‘Respiración sin respirar’ parece poco significativa. En realidad, su movimiento sutil procura potentísimos resultados. Crea posibilidades que permiten que se desarrollen, sin impedimento, todas las facultades creativas del meditador.
La primera cosa que el meditador intenta realizar cuando empieza su meditación, es crear un ambiente lo más íntimo posible. Por eso, cierra los ojos y observa atentamente cómo se anima su vida interior. Descubre rápidamente que el movimiento abdominal natural es un impulso existencial regular y determinante. Concentrándose en ello, intentará no intervenir con actuaciones volitivas. Sólo observará en alerta. Se preguntará cuál es su ritmo respiratorio natural del momento y cómo puede respetarlo. Si llega a no intervenir, experimentará que está entrando sin esfuerzo en un estado de tranquilidad. Es el ‘Respirar sin respirar’. Produce la ralentización de su respiración. Poco a poco la deflación abdominal se alarga y, como una caricia, tiene un efecto cada vez más relajante. ¡Fabuloso!
El meditador, llevado por esta respiración libre y natural, está entrando ya en la primera fase del estado de meditación. Está descendiendo a la profundidad de sí mismo.
Lo curioso es que eso no disminuye la lucidez del meditador. Al contrario, la clarifica. Favorece la agudeza de su observación. Le permite descubrir, y eso es muy importante, que el vaivén abdominal es un factor fundamental, que suscita el brote palpitante de su existencia. Cuando el abdomen se infla, siente como el aire fresco es aspirado suavemente por sus pulmones sin ninguna intervención del diafragma y de los músculos del pecho. A cada deflación el aire, ahora más caliente, vehicula buena energía e inunda todo su cuerpo. El aire ya usado, se escapa por sí solo. El movimiento de deflación produce un efecto muy relajante y vitalizador. Todo el cuerpo físico, como por arte de encantamiento, entra en un profundo alivio. Los bloqueos están desapareciendo poco a poco. La meditación se hace palpitante.
Ahora, el meditador puede dejarse hundir, ‘Respirando sin respirar’ en las profundidades dimensionales de su trabajo creativo.
Un ligero movimiento del mentón
El meditador sensible y concentrado descubre también que, a todos los niveles de vibración, su energía vital se vuelve aún más fluida, cuando usa ‘la Técnica del mentón’. Este ‘asana’ consiste en bajar ligeramente el mentón al mismo tiempo que se infla el abdomen y dejar que vuelva a su posición original al momento de desinflar. Es un ligerísimo movimiento, un ‘sukhasana’. Contribuye eficazmente a eliminar la tensión, que el meditador tiene a menudo en la nuca y el diafragma, debido al mal hábito de levantar el mentón durante la inhalación.
En efecto, un meditador principiante intentará en vano establecer una serenidad interior si, por mala costumbre, usa la respiración ‘deportiva’ y levanta el mentón aspirando. Ese movimiento impide la circulación natural de la energía. Empeora las desagradables tensiones en los músculos del diafragma y los tendones de la nuca. El abdomen se bloquea. Además, la tensión volitiva de esta respiración provoca una indebida acumulación de energía en ciertos lugares del cuerpo, a veces insoportable. El acto voluntario intenso nunca podrá cambiar nada a tal situación de tensión nerviosa. Lo repito, ¡al contrario!
El efecto relajante
de la ‘Respiración sin respirar’
La actividad de interiorización, realizada mediante la observación desde el interior del movimiento vaivén del abdomen, constituye el principal factor que introduce en la meditación creativa. Es una actividad física exterior. Obliga al meditador, cerrando los ojos, a dirigir la mirada hacia adentro y a observar desde dentro el Respirar sin respirar. Se libera así, sin gran dificultad, de la presión del ambiente y los eventos de afuera. Le permite concentrarse únicamente en las posibilidades, que su vida interior ofrece. Además, la concentración en el mundo interior, ¡oh sorpresa!, relaja sin ningún esfuerzo y procura una lucidez inhabitual.
Se abren perspectivas inesperadas. Este ‘ahora’ apacible incita al meditador a entrar en la segunda fase de su actividad interior, la propia creatividad meditativa.
Meditation - Reina Cottier |
La respiración abdominal
y la creatividad meditativa
Durante la fase meditativa preliminar, la actividad del meditador se limita a observar su ambiente interior. Se deja mecer por el suave y tranquilo ritmo de su respiración abdominal. Saborea su estado de bienestar profundo.
Sin embargo, este estado de quietud contemplativa no puede evitar el surgimiento de una misteriosa necesidad de desarrollo. Le viene como un llamamiento. El meditador tiene la certidumbre que debe crecer, ampliar y perfeccionar aún más este lado espiritual suyo.
El meditador sabe que, para realizarlo, tiene que despertar su talento creativo para que sea posible expresar en el tiempo y espacio interior suyo la presencia divina de su Cristo interior.
Le inspira poderosamente el ejemplo del Maestro Jesús, llamado Cristo, ya que se había transfigurado en el Monte Tabor manifestando la magnificencia de Su naturaleza divina crística.
Nota: El Maestro D.K. nos dice que, en la Tradición oriental, la figura de ”El que va venir”, el Cristo o Buda, se llama Maitreya, lo que significa “el Amigo por encontrar”. De hecho, el Cristo no va a volver. Es una manera de hablar. Somos nosotros que tenemos que ir al encuentro del Amigo… y algunos meditadores ya saben dónde y cómo.
El meditador, consciente de este anhelo de transfigurar que le parece imposible, no se siente descorazonado. Sabe que tiene a su disposición unas herramientas excepcionales y además muy accesibles. Una de ellas es la ‘Respiración sin respirar’.
Esta respiración abdominal tiene un lado esotérico poco conocido. El meditador lúcido descubre que la observación consciente del movimiento respiratorio le ayuda a entrar con elegancia en contacto con ciertas fuentes de energía etéricos y/o espirituales que, a primera vista, parecen de imposible acceso. Por la manera sutil de moverse, la Respiración abdominal contribuye eficazmente y sin esfuerzo a encontrar y utilizar estas fuentes de energía. Ayuda a dirigir o expandirlas con precisión al servicio de acciones creativas o curativas suyas.
Y así, gracias a su lucidez adquirida por la Respiración sin respirar’, el Meditador está definitivamente entrando en la fase activa y creadora de su meditación.
Las diferentes maneras
de la‘Respiración sin respirar’
Hay dos maneras de ejercer la ‘Respiración sin respirar’: la respiración abdominal profundizada con intención y el respirar abdominal respetando el ritmo instintivo o natural. Técnicamente estos dos modelos se llaman respectivamente ‘la respiración profunda’ y ‘la respiración natural’.
La Respiración profunda
Como lo hemos estudiado anteriormente, este ‘Respirar sin respirar’ es intencionalmente guiado y exclusivamente abdominal. Se realiza durante los siguientes 4 momentos consecutivos:
1. La inhalación: el meditador, bajando el mentón, infla el abdomen insistiendo ligeramente durante el tiempo de contar 1, 2, 3…
2. La suspensión superior o empática: la inhalación llegando a su punto máximo, provoca una suspensión del movimiento respiratorio, como lo hace alguien cuando está muy atento o a la escucha. Perdura normalmente más o menos un segundo.
3. La exhalación: el meditador alzando lentamente el mentón, deja, sin intervenir, desinflar su abdomen durante el tiempo de contar 4, 5, 6, 7…
4. La suspensión inferior o simpática: la exhalación muriendo poco a poco produce otra suspensión del movimiento respiratorio. Produce simpatía. Perdura a menudo varios segundos… o más.
La Respiración natural
Esta respiración es igualmente y exclusivamente abdominal. Se caracteriza también por 4 momentos consecutivos. La diferencia se encuentra únicamente en la amplitud del movimiento y el ritmo totalmente natural del vaivén de los músculos abdominales.
Sabemos que estos movimientos naturales son muy aparentes en situaciones de reposo de la actividad física o psicológica del Ser humano como, p.ej., durante el sueño.
un instrumento de precisión
La ‘Respiración sin respirar’ descrita anteriormente, es un instrumento de una incomparable precisión, aún oculta para muchos. Esta precisión la utilizará, el meditador consciente, como herramienta para concentrar y agudizar su atención, dirigir con precisión su objetivo creativo premeditado y así manipular la energía etérica o espiritual suya, desde siempre puesta a su disposición. Le servirá además para descubrir la realidad profunda del lema esotérico “Yo soy eso y eso soy Yo”.
Las virtudes de la ‘Respiración sin respirar’ profunda son, en ciertos aspectos, diferentes de las de la ‘Respiración sin respirar’ de ritmo natural.
Vamos a profundizar en este tema de la precisión respiratoria.
A. La ‘Respiración sin respirar’ profunda
El meditador usará este instrumento de precisión sólo una única vez, cuando empieza una nueva secuencia meditativa. Se aprovechará de sus 4 momentos de la siguiente manera:
-1. El inhalar abdominal profundo. El meditador lo utilizará para magnetizar su atención y luego usar el inhalar como canal para entrar en contacto de manera precisa con uno u otro nudo de conciencia energético o espiritual suyo, que su intención meditativa eligió.
-2. La suspensión superior empática. Al terminar la inhalación profunda, aparece un instante mágico y sagrado de no-tiempo. Se llama la suspensión superior. El meditador concentrado y en el ‘ahora’ está muy consciente de estar en contacto con el nudo de conciencia energético, que deseaba encontrar. Entra en un estado de empatía. Entra en consonancia con él y asimila en una fracción de segundo el irradiante Poder energético o espiritual encontrado.
-3. El exhalar abdominal lento y suave. Este soplo observado desde el interior, al meditador le sirve para dirigir con precisión el Poder energético asimilado. Le ayuda a concentrar su magia en un lugar preciso o a expandirla en todo su Ser y más allá.
-4. El momento de Suspensión inferior simpático. El meditador se relaja. La respiración natural pueda retomar su ritmo y renovar esta experiencia repetidamente, intentándolo con más conciencia y eso hasta la saciedad.
B. La ‘Respiración sin respirar’ natural
Siguiendo la suspensión inferior de la Respiración profunda, el ritmo natural de la respiración, pues, se reanuda. Al concentrarse en estos movimientos respiratorios abdominales regulares, estimula al meditador a mantener la atención concentrada y evita que eventos o preocupaciones exteriores le distraigan. Así concentrado, el meditador constatará que:
- La inhalación natural, por su movimiento contractivo, ayuda constantemente al meditador, durante la fracción de segundo de la suspensión superior, a renovar el contacto con el nudo energético/espiritual, establecido durante la Inhalación profunda, que acaba de terminarse.
- La exhalación muy suave y más lenta, por su movimiento expansivo, da al meditador la oportunidad de experimentar y detallar con una atención tranquila los efectos del impacto de la energía creativa evocada. Le permite observar que, muy poco a poco, la exhalación se ralentiza y prolonga. Se aprovecha de este tiempo que se alarga, para analizar más detalladamente los efectos producidos. Usa también cada exhalación natural de manera muy consciente para dirigir la Energía, que había sido captada, y para perfeccionar creativamente su objetivo premeditado.
El meditador deja desarrollar el ritmo natural de su ‘Respiración sin respirar’ hasta que siente que, guiado por la Voz de la Luz de su Ángel Solar, ha llegado el momento de entablar ya una nueva secuencia meditativa.
Y así, claro, el meditador empezará con una ‘Respiración sin respirar’ profunda...
Un modelo concreto de esta Meditación creativa será descrito en la próxima edición de la última parte de este estudio exhaustivo.
William
oOo
Una vez más y van...muchas, William nos invita a explorar el que parece un factor muy básico en el proceso de meditar. Todo su exhaustivo trabajo, se apoya en la perfecta comprensión de la importancia que tiene la respiración natural, espontánea, como dice él la"respiración sin respirar". Detengámonos pacientemente en este punto, visualizemos su función fundamental y nos haremos conscientes que sin hacer bien este primer paso, aunque nos parezca tan básico, no conseguiremos una verdadera interiorización y después, MEDITACIÓN. Gracias William.
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