El Antiguo Comentario

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SOL EN CÁNCER 2018






Cáncer, al Oeste de la Cruz cardinal galáctica


            La constelación Cáncer forma parte de la Cruz cardinal galáctica, el Mundo de la Vida  o de las Causas.  El “eterno Núcleo de Fuego cósmico” es Su ‘punto crucial’. De Su Fuego, la ‘Vida que Es’, surge el Poder creador. Se polariza en nuestra Galaxia como Luz. Por Su movimiento nace la  ‘Existencia cósmica’

  El Poder creador, para manifestar la existencia galáctica, irradia cuatro haces de Luz. Expresan cuatro cualidades espirituales cardinales. Forman los cuatro brazos  de la Cruz cardinal. Estas cuatro cualidades cardinales las encarnan Aries al Norte de la  Cruz, Capricornio al Este, Libra al Sur y  Cáncer al Oeste.



Las cuatro cualidades cardinales de la Luz galáctica

 

 

             En Aries, al Norte de la Cruz cardinal,  el Fuego creador, desde su Punto crucial, se polariza como ‘Luz vital’. Su carga eléctrica es positiva o masculina. Tenue, difusa y vacilante al inicio del ciclo de encarnación, busca las formas idóneas para manifestar la misteriosa Presencia  divina del eterno Núcleo de Fuego.

            En Libra, al Sur de la Cruz cardinal, el Poder creador del eterno Núcleo de Fuego cósmico se polariza como ‘Luz equilibrante’. Su carga eléctrica es negativa o femenina. Su irradiación galáctica, en un movimiento ascendente y a la vez descendente, busca el lugar de descanso donde la Luz oscura puede ser fecundada por la Luz vital.

            En Capricornio, al Este de la Cruz cardinal, el Poder creador se polariza como ‘Luz iniciática’. Su carga eléctrica es positiva o masculina. Esta Luz simboliza el Padre galáctico. Es la ‘Luz en la Luz’. Irradia con las cualidades de los Rayos III del ‘Conocimiento concreto y VII de la Magia y del Orden ceremonial. Fecunda todo lo que existe. Inicia el Alma humana y la guía sin peligro hacia la cumbre de la Transfiguración.

           En Cáncer, al Oeste de la Cruz cardinal, el Poder Creador se polariza como ‘Luz difusa’. Su carga eléctrica es negativa o femenina. Esta Luz simboliza la Madre galáctica. Es la Luz oscura que crea la sustancia de la materia y sus formas. Espera la fecundación de la ‘Luz iniciática’, la ‘Luz en la Luz’.



Los planetas de nuestro Sistema solar regentes de la Luz de Cáncer

 

La Luna y Neptuno son los dos planetas, que focalizan la Luz iniciática, que la Luz difusa de la Madre galáctica espera ansiosamente.


            La Luna está en estrecha  relación  con la ‘Luz difusa’, el aspecto Madre, que la constelación de Cáncer encarna. Mediante Su Rayo IV de Armonía y Belleza, atrae la Luz iniciática de Capricornio, para que la ‘Luz difusa u oscura’ de la sustancia galáctica de Cáncer sea fecundada. 
             Neptuno, aún velado por la Luna, está relacionado  con Poseidón ‘el Dios de los Mares’ estimulador de la sensibilidad. Este connubio esotérico ha formado la conciencia de masas ‘de la civilización atlante’, totalmente identificada con la forma y el deseo. Esta identificación prevalece aún hoy por hoy.
                    


La influencia salvadora de Acuario


Sin embargo esta identificación, con la forma y el deseo que suscita, está menguando. La conexión cada vez más estrecha de Neptuno con la creciente Energía de Acuario está despertando la conciencia crística y universal de la minoría dinámica de la Raza humana. Esta influencia acuariana afina la sensibilidad humana para que sea capaz de captar el influjo de la inteligencia intuitiva del Alma y la inspiración del Espíritu.

El día que Neptuno sea desvelado, los humanos ya no serán fascinados por el materialismo, ni por el Dios de las Aguas. Ya no podrán ser dirigidos por el magnetismo de las formas torcidas de la inteligencia artificial. Reinará la noble sensibilidad intuitiva del Alma.



Los Rayos III y VII de Cáncer


            Los Rayos VII y III proceden de las Pléyades pasando por el Centro de Amor galáctico, la estrella binaria Sirio.


Visions of Light - Daniel B. Holeman
            El Rayo VII de la Magia y del Orden ceremonial, pasando por la puerta de la constelación Cáncer, canaliza “la Luz magnética que guía el Alma al oscuro lugar de la experiencia” Produce la relativa fusión del cuerpo físico con el Alma. En la mayoría de los Seres humanos esta fusión aún está en un estado embrionario. Sin embargo, numerosos Hijos de la Luz están entrando en encarnación para perfeccionar esta fusión. Eso hace que la conciencia de la multitud comience a despertar con más evidencia.

            El Rayo III de la Inteligencia activa estimula intensamente las formas materiales para que surja de ellas el verdadero propósito divino. El Ser humano en evolución convertirá las fuerzas atractivas de la forma en instrumentos para el servicio mundial. Se cumplirá el propósito de Cáncer, “la Gloria del Uno”.



La Ley del Renacimiento


            El término ‘renacimiento es engañoso. No significa meramente renacer para perfeccionar las experiencias y realizar deseos insatisfechos. Significa más bien este ‘impulso cíclico’ permitiendo la repetición inteligente y plena del Propósito galáctico.

       En efecto, el ‘eterno Núcleo de Fuego’ de cada Ser humano ya es divinamente perfecto. No tiene la necesidad de una perfección final. No posee deseos insatisfechos. Por eso, el verdadero impulso al renacer es provocado por el Poder creador del eterno Núcleo de Fuego, totalmente dedicado AL SERVICIO DEL PLAN GALÁCTICO y a las vidas menores para que alcancen, ellas también, los estados superiores de evolución fuera del tiempo-espacio.

            Además no se trata de la encarnación incidental de un individuo. Este espíritu de servicio sólo se realiza como ‘Renacimiento grupal’. Esto ha sido en gran parte olvidado debido a la importancia atribuida por los libros ocultistas a las existencias personales.

            “Las Almas vienen cíclicamente en grupo y al mismo tiempo a la encarnación a fin de desarrollar el Plan... para que se haga posible la manifestación y el amplio desarrollo de las ideas divinas tal como existen en la Mente de Dios”. (Maestro D.K.)

            La Ley del Renacimiento es uno de los secretos de la primera Gran iniciación de la Raza humana, hoy en proceso de exteriorización. Revela que es el Alma y no la Personalidad, la que lleva acabo esta interacción espíritu-materia.

            En este ámbito, el signo de Cáncer tiene para todos los aspirantes-discípulos un profundo significado. En la nota clave de Cáncer, el Verbo del Alma indica con claridad el objetivo de la encarnación humana, proclamando:

“Construyo una casa iluminada y en ella habito”


The Dimension Higher Consciousness - D. Holeman



¿Qué casa estamos construyendo?

Un día el Maestro D.K. preguntó a sus discípulos:

-          ¿Está aún iluminada la casa que estáis construyendo? ¿es una morada iluminada o una oscura prisión?...

-     ¿....?

-          Si es una morada iluminada -continuó el Maestro sin esperar una respuesta- su Luz atraerá y dará calor y la atracción magnética del Alma, cuya naturaleza es Luz y Amor, salvará a muchos. Muchas Almas están todavía aisladas, pasando por los horrores de la soledad más absoluta, recorriendo solas el oscuro camino del Alma no revelada. Esta soledad en la oscura noche es parte de la gran ilusión. Algunos se pierden en la ilusión sin saber. Otros caminan libremente por el mundo de la ilusión con el propósito de salvar y elevar a sus hermanos. Si ustedes no pueden hacerlo, ¡tendrán que aprender a caminar!



¡Que la Luz de Cáncer fecundada por la Luz en la Luz nos indique el camino hacia el Alma!!
oOo
William

¡Vive la Totalidad! por Emilio Carrillo



Blaukna - Isabelle Zacher


Queridos amigos y lectores de este blog,
os presentamos un extracto del libro ‘Consciencia’ de Emilio Carrillo. Él nos explica con entusiasmo, que cuando nuestra vida, que es, se enamora de nuestra existencia, que sólo está, nos llenamos de gozo, ‘uno’, sin fronteras, ¡la Totalidad!!…
¡Que desfrutéis de esta maravilla de claridad!!
William 



¡Vive la Totalidad! 

por Emilio Carrillo



Ser es lo Real; la Vida es lo Real. Estar es solamente una experiencia de lo que eres. Por tanto, céntrate en lo que eres, pon la consciencia en ser. La denominada realidad es fruto de una experiencia de ser en forma de estar. A partir de ahí, observa la realidad y observa lo que denominas tú: ambos son la forma de estar que la vida que eres adopta en esta vivencia humana. Observa la realidad y obsérvate sin pensamientos, mírala y mírate sin emociones y acéptala y acéptate sin más.
No te preguntes por qué la realidad es así y no de otra manera. Lo que eres no está aquí para hacer disquisiciones mentales, sino para vivir: ¡vivir! Simplemente, vive y saborea la experiencia...
No hay nada que cambiar. Este mundo es el marco absolutamente idóneo y perfecto para desplegar las experiencias conscienciales de ser que este plano posibilita. Hay infinitos planos donde lo que eres está. Pero aquí-ahora tienes consciencia de este. ¡Gózalo! Sin juicios, sin quejas... Ni pensando, ni sintiendo; solo siendo, solo viviendo...
¡Vive Viviendo!... Deja de gastar tu energía viajando con la mente a través del tiempo (del pasado al futuro, del futuro al pasado...) y permanece con la consciencia íntegra, total y completa en todas y cada una de tus acciones del día a día, sin excepción: cuando comas, come; cuando camines, camina; cuando hagas el amor, haz el amor; cuanto te cepilles los dientes, cepíllatelos; cuando medites, medita; cuando conduzcas, conduce... Desde la consciencia, tráete a ti mismo al aquí-ahora.
A causa del viejo hábito de viajar por el tiempo, la mente se irá una y otra vez. No te enfades con ella ni luches contra ella, y tráela conscientemente de regreso a este momento cuantas veces sea preciso. Así hasta que, sin prisas ni agobios, comiences a conectar con el aquí-ahora, a vivir realmente la vida...
No pienses, vive; no sientas, vive... Que vivir sea tu único pensamiento; que vivir sea tu única emoción; que vivir sea tu único sentimiento. Así te enamorarás de la vida y la vida se enamorará de ti, hasta que os fundáis en uno, en no-dos. Y ese Enamoramiento vital y esencial llenará de gozo cada instante, cada experiencia, cada hecho cotidiano.
Tu existencia es la vida y la vida es tu existencia. Eres la vida en su totalidad e integridad, sin excepciones: la vida que en ti bulle y palpita y sobre la que ahora permaneces alerta ("vivo, existo, soy") y la vida toda que se mueve y desenvuelve a tu alrededor y de la que eres el espacio que la hace posible. Y en esta toma de consciencia cesa todo lo que antes conjugabas como "yo", "me", "mí" "mío" o "mi"... Flotando en el río de la vida, percibes que no es que flotes en él, sino que eres el río, que eres la Vida: ¡la vida eterna!... Eres mucho más allá de lo que hasta ahora vienes considerando "tu" vida porque eres la propia vida (Unicidad) en todas sus manifestaciones y expresiones (diversidad). Eres todas las formas y modalidades de vida de la Creación y el cosmos y, a la vez, no tienes ninguna identidad concreta (ni física, ni espiritual; ni individual, ni colectiva). Eres Todo y, por lo mismo, eres Nada; eres Nada y, por lo mismo, eres Todo.
Ya no hay límites ni separación. No existe un punto, un lugar, una frontera donde termines tú y empiece todo lo demás. Ya no hay ruptura ni fragmentación alguna... La humanidad, la naturaleza, el mundo y el cosmos siguen ahí. Sin embargo, sus componentes ya no son objetos, sino que forman parte de ti: la roca ya no se sostiene en el exterior, sino dentro de ti; la flor ya no florece fuera, sino que brota en ti; los pájaros ya no vuelan en el cielo, sino en tu interior; el Sol ya no es una luz distante, sino que brilla en tu seno; las estrellas ya no son destellos en el espacio, sino que vibran en ti; el otro ya no es otro, sino que vive en ti y es tu propia vida. ¡Vives la totalidad! Ha saltado hecha añicos la barrera que te separaba de lo real. Esa barrera era la mente y ya no existe. Ella hacía que percibieras objetos a tu alrededor y a ti como sujeto distinto de ellos, pero ahora ves más allá de la mente y te percatas de que la división entre los objetos y el sujeto era solo un sueño.
Ciertamente, la roca, la flor, los pájaros, el Sol, la estrella o el otro no se evaporan. Continúan estando ahí. Sin embargo, ahora carecen de fronteras; no están limitados: la figura y el fondo se vuelven uno, sus identidades han desaparecido. Ya no son objetos y tú dejas de ser un sujeto. El observador se convierte en lo observado. Esto no significa que te hayas convertido en roca. Pero al no haber mente, no existe ninguna línea divisoria que te separe de ella; y la roca ya no tiene ningún límite que la separe de ti. Ambos os habéis encontrado y fundido. Tú sigues siendo tú, la roca sigue siendo la roca, pero existe una unión.
La visión acerca de tu existencia como sujeto se debía a la percepción que tenias de los objetos de tu entorno: tus límites existían a causa de los límites del resto de lo que te rodea; y al perder todo ello sus límites, tú pierdes los tuyos. Entonces estalla la unidad de la vida, de la existencia... Ya no está el yo. La consciencia egoica ha evolucionado hacia lo transpersonal y se ha expandido en la Unicidad. Ya no eres y aun así eres. Realmente, por primera vez existes. Eso si, como el todo; no como el individuo, el sujeto, lo limitado, lo demarcado, lo sometido. Esta es la paradoja: te pierdes a ti, pero ganas el todo. Es la paradoja implícita a la vivencia y la experiencia del Yo Soy, que es, a la vez, la del no-ser: cuando te pierdes a ti mismo, te conviertes en el mundo entero; cuando cesas de ser yo, te transformas en lo que siempre has sido: es decir, Dios.

Fuente: Emilio Carrillo, Consciencia, (Sirio, 2016)
https://www.nodualidad.info/textos/vive-la-totalidad.html


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Emilio Carrillo es economista, escritor (54 libros publicados y más de 500 artículos), conferenciante (más de 600 conferencias en 22 países de los cinco continentes), Experto Internacional en Desarrollo Local por Naciones Unidas y Técnico de la Administración General (como tal ocupa plaza de Subdirector del Área de Concertación en la Diputación de Sevilla), ha desplegado una amplia labor académica, política y de gestión en Desarrollo Económico y Territorial y Hacienda Pública, materias en las que ha publicado 35 libros, siendo profesor de diversas universidades españolas y extranjeras, vicealcalde de Sevilla, vicepresidente de la Diputación hispalense y presidente de la Red de la Unión Iberoamericana de Municipalistas. Compaginó siempre estas actividades con el interés por otros ámbitos temáticos. Pero fue a partir de una serie de experiencias vitales y conscienciales cuando su atención se centró prioritariamente en la Filosofía, la Historia, y, sobre todo, la Espiritualidad, campos en los que ha impartido multitud de conferencias y talleres y en los que es autor de 19 libros, como Los Códigos Ocultos (2005), Buscadores (2009), Amor: Vida y Consciencia (2012), Dios (2013), Sin mente, sin lenguaje, sin tiempo (2015) y El Tránsito: vida más allá de la vida y experiencias cercanas a la muerte (2015).
Imparte clases de espiritualidad en la vida cotidiana en la Universidad de Barcelona y gestiona el blog El Cielo en la Tierra, que cuenta con cuatro millones de visitas.

Aportado por Teresa