El Antiguo Comentario

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Sol en CÁNCER 2020




Sol en Cáncer

5 de Julio de 2020 (04:44 GMT) 

Nota clave: 
“Construyo una casa iluminada y en ella moro”


A New World - Sergey Kuznetsov


Cáncer, la puerta por donde la Mónada
toma forma física

El proceso de manifestación de la Mónada humana, el Ser humano aún no encarnado, empezó en el signo de Aries con el propósito de manifestar las cualidades divinas del ‘Hijo del Hombre’ en el físico denso. El signo de Tauro, la fuerza del deseo le dio sustancia etérica. En el signo de Géminis, la idea de manifestar Lo divino alcanza el ámbito etérico de las apariencias.
En Cáncer nace la Personalidad en el Físico denso. Su propósito primordial consiste en afinar y amplificar sus experiencias para convertirse en una individualidad humana consciente de su divinidad y expresándola. Alcanzará este estado de conciencia en Capricornio, su signo opuesto.
Es todo un proceso descendente, que busca  manifestar lo divino en la constitución del físico denso del Ser humano, la Mónada humana encarnada. En Cáncer estamos en el punto más bajo del zodíaco. Es el lugar terminal de una de las innumerables líneas creadoras irradiadas por el eterno Núcleo de Fuego galáctico’. En este último punto se formó el ‘eterno Núcleo de Fuego del Hijo del Hombre’ de la misma naturaleza galáctica y divina que el ‘Ser de todas las cosas’. A esta profundidad, la complejidad energética de Cáncer incita a la raza de los Seres humanos, más allá de su género colectivo, a experimentar soberanía individual en virtud de la gran Ley cósmica: “Todas las Almas son iguales e iguales a la Super Alma”.

Cáncer, caracteriza el colectivo humano

Cáncer es el signo que define la pertenencia a un cierto colectivo, un grupo o una familia. La similitud de frecuencia vibratoria alza los individuos de un colectivo a una dimensión de pertenencia típica. Le da seguridad y suscita solidaridad, que el ideal común anima (p.ej. el catalanismo).
La particularidad de frecuencia vibracional de la conciencia colectiva de un pueblo, un continente o la Humanidad misma, se fomenta al nivel inconsciente de la colectividad. Genera su cohesión, su identidad y fortaleza.
 En cambio, la consciencia grupal nace de la fuerza vibracional de la intención de un grupo activo (p.ej. un grupo de meditadores). Se manifiesta por actuación voluntaria al nivel consciente. Es un estado, que sólo se experimenta, cuando unos individuos se unen en espíritu de grupo en vista de prestar un servicio, renovar conocimientos, forjar un ideal nuevo o fecundar el espíritu colectivo.
En el plano psicológico horizontal, se supone que el individuo, integrado en un grupo de meditación, comparte el nivel vibratorio de su grupo. En el plano vertical, el participante busca alcanzar la frecuencia vibracional en consonancia con su verdadero Yo, para que el grupo llegue a servir enriquecido por las capacidades típicas de los diferentes individuos que lo componen y trascienda las costumbres fijadas del colectivo. El mes de Cáncer favorece particularmente tal elevación.

La ley de los Avatares

Cáncer es un signo femenino de agua. Los individuos humanos tienen continuamente ideas. Provienen de su mente. Son alimentados y vitalizados por la fuerza del deseo fomentado por su cuerpo astral. El símbolo de los deseos es el elemento ‘agua’. Da una forma aparente a la idea, para que se transforme en una nueva ‘realidad’. La mente crea, el deseo la anima y el físico denso la plasma.
En Cáncer, porque es signo de agua y femenino, el nivel emocional está particularmente activo. Es el símbolo de la etapa de concepción, en la que una espera pasiva permite la fecundación. Se realiza según el Principio cósmico ‘Como es arriba, es abajo; como es abajo es arriba’. 
La Jerarquía de los ‘Hijos del Hombre’ fecunda sin cesar la Humanidad desde arriba. Nuevas formas de pensar, nuevas imágenes-guías, nuevos ideales descienden a los Seres humanos encarnados y los orientan. Son comunicados, según la Tradición inmemorial, en virtud de ’la Ley de los de Avatares’. 
Los Avatares son Mónadas (humanos no encarnados), Seres con una frecuencia vital muy elevada. Pertenecen al plano espiritual superior de la Jerarquía creadora humana. Algunos de ellos asumen la tarea de iluminar la mente de los Hijos del Hombre encarnados, los Seres humanos. A veces surgen entre el colectivo y llevan a manifestación los cambios necesarios. En profunda meditación, perciben un nuevo mundo y proyectan nuevas formas de civilización. Las fuerzas del deseo, que las virtudes de Cáncer suscitan, favorecen particularmente el trabajo de educación de los Avatares.
Como Seres humanos encarnados, de manera consciente o inconsciente, reproducimos el proceso creativo de los Avatares. Inspirados por Ellos, creamos continuamente formas mentales nuevas en el físico denso y las revestimos con nuestros deseos de materia astral. Cuando la idea inspirada es claramente definida, el individuo de signo Cáncer no la abandona, hasta que se convierte en realidad.

Divine Doorway - Francene Hart


Los planetas regentes

Los planetas regentes de las personas nacidas bajo Cáncer son la Luna, que rige exotéricamente sobre la forma y Neptuno que rige esotéricamente sobre la conciencia.
Por  influencia de la Luna, los Cáncer son personas de temperamento emocional. Necesitan apoyo. Anhelan tener siempre alguien a quien puedan mostrar sus sentimientos o a quien puedan manejar con los mismos. Son muy dependientes del colectivo que los rodea, sea su familia o el entorno.
Neptuno, por su parte, incita a los individuos de signo  Cáncer a ser receptivos a impresiones superiores. Porque son bien conocidos por su entorno, Neptuno los incita a asumir tareas para el bien de todo el colectivo. No es que deban ser complacientes con todo el mundo a cualquier precio. Neptuno los empuja a discernir y ayudar a los demás de forma sabia.
Asumir tal trabajo generoso constituye para los individuos nacidos bajo Cáncer el camino directo a su verdadero Yo. Van más allá de la conciencia de masa. Superan la dependencia del colectivo. Incitados por Neptuno, buscan expandir su conciencia hasta la consciencia universal, que intuyen ser la característica de su ‘eterno Núcleo de Fuego interior’ reflejada por su Alma, su verdadero Yo.


El pensamiento semilla esotérico de Cáncer

“Construyo una casa iluminada y en ella moro”, tal es la nota clave del signo Cáncer.
La casa construida con las energías de Cáncer, alude a la Personalidad. Será luminosa y llena de claridad. Ilustrada por el Amor universal regalado por Neptuno, atraerá con su cálida luminosidad a quienes están a su alrededor. La Personalidad Cáncer ya no se sentirá sola por más tiempo. Su casa se llenará de visitantes atraídos por la Luz.
Si, al contrario, la casa de Cáncer es oscurecida por su egoísmo o egocentrismo por el engaño de  su pequeño yo lunar, tendrá que sufrir soledad y muchas veces un completo aislamiento.
Gracias a Neptuno, la Personalidad Cáncer tiene la tendencia a tomar un camino, que lo aleja del comportamiento normalizado del colectivo. Lo experimenta como un proceso liberador, pero casi siempre acompañado de dolores, crisis, miedos y estados emocionales fluctuantes. El miedo de ser desprotegido en el mundo exterior ocupa mucho espacio. Por eso, es tan necesario construir ‘una casa iluminada’. Le es necesario al individuo Cáncer tener una Personalidad, que sea firme y a la altura de las exigencias de la Vida. Necesita una casa sólida, que ofrezca la necesaria protección ante las inclemencias de la naturaleza colectiva. Será una casa, donde pueda renovar sus fuerzas y recuperar el coraje para afrontar las tareas de la existencia.

El símbolo de Cáncer

El símbolo de Cáncer está formado por dos cuencos. Forman un círculo abierto a través del cual todo puede fluir. El cuenco superior muestra un movimiento descendente hacia la izquierda. Simboliza el regreso a casa, al punto de partida, el ‘eterno Núcleo de Fuego interior’, la ‘casa del Padre’, donde la Madre  transforma la Vida divina en valerosa existencia humana.
El cuenco inferior muestra un movimiento ascendente hacia la derecha, hacia el mundo de las formas en vista de probarse a Sí mismo y realizarse en el inmenso mar de la materia.
Es el símbolo de un movimiento rítmico constante. Uno va hacia dentro, el otro hacia fuera. Corresponde a las fases de impulso y descanso, inspiración y expiración, muerte y renacimiento...

Cancer - Amanda Clark


La polaridad Cáncer-Capricornio

Esotéricamente, Cáncer encarna principalmente el estado de conciencia colectiva produciendo el instinto de rebaño. Es la puerta de la rueda del zodíaco por la cual el Alma pasa a encarnación en el mundo externo de las formas manifestadas. Se apropia de una forma, con la cual se identifica durante mucho tiempo. Es “la puerta ampliamente abierta, ancha y fácil de atravesar y aliada a la madre”, explica el Antiguo Comentario.
Su opuesto, Capricornio, realiza el estado de conciencia individual, la auto conciencia del Ser humano. Es la puerta de la iniciación, “la puerta estrecha del Espíritu, aliada al Padre de todo lo que es”.
Esta polaridad Cáncer-Capricornio provoca la gran tensión entre el Espíritu y la Materia, el Poder del Padre y de la Madre, lo colectivo y lo individual. Un camino conduce hacia abajo, el origen de la ‘Existencia, la opulencia de las formas’, nacidas de la Madre. El otro conduce hacia arriba hacia la ‘Vida, el eterno Núcleo de fuego’, concebido por el Padre.


El Camino hacia la Fuente

Si seguimos el camino hacia arriba llegamos adentro, donde podemos encontrar nuestra propia fuente oculta en la hondura de nuestro SER interior. El Antiguo Comentario lo describe. Es nuestro eterno Núcleo de Fuego, que se oculta a Sí mismo”. En Él se encuentran las divinas raíces de lo que somos, un SER divino.
Para llegar a este Núcleo, tenemos que nadar a contracorriente. Requiere desprenderse de la dependencia del colectivo y dejar la seguridad de nuestras certezas. En nuestro ‘eterno Núcleo de Fuego’ encontraremos la Causa de nuestra existencia, la Vida eterna nuestra. Nos convierte en humanos autónomos y soberanos.
El mes del signo Cáncer es muy favorable para contactar estas raíces divinas. Nos incita a llevar a cabo las correcciones necesarias para perfeccionar tanto como sea posible nuestro carácter, nuestra forma física y psíquica, así como nuestro estilo de vida. Nos capacita para descubrir las cualidades divinas de nuestro ‘Núcleo de Fuego interior’, esta semilla de nuestra naturaleza galáctica, de la cual ha surgido el árbol de nuestra existencia enraizado en este hermosísimo planeta Gaia. Nos faculta a comprender, que la meta fundamental de nuestras existencias consiste en comprender la dimensión cósmica de esta Semilla. Tenemos que expresar sus fabulosas cualidades y virtudes con claridad, hasta que el árbol de nuestra existencia se vuelva el modelo perfecto.
La recompensa será la sublimación de este vacío interior, este anhelo insaciable tan pesado. Provocará el surgimiento de esta luminosidad viva, desde dentro hacia fuera, llena de promesas inesperadas e irradiando, quizás por  primera vez, la florescencia de una profunda y auténtica felicidad.
En Cáncer, el signo más profundo del zodíaco, podemos imaginarnos el ‘Árbol de la Vida’ con unas divinas raíces profundamente arraigadas en la tierra de Gaia. Como relata la leyenda, en este árbol están sentadas la Tríada de divinidades, las Moiras, que hilan las tramas del destino surgiendo de las raíces creadas por la semilla nuclear divina. Desde este ‘eterno Núcleo de Fuego’ surgen las misteriosas fuerzas de desarrollo nacidas de Su ‘Voluntad al Bien’. Encarnando se transforma en la ‘Buena Voluntad’ de millones de Seres humanos.
En Cáncer, la pequeña ‘Buena Voluntad’ personal empieza a tomar conciencia de Sí misma. Nace el anhelo de elevarse hacia la cima, simbolizada por el signo de Capricornio. 

Enraizarse en su Ser oculto, en Sí mismo

En Cáncer, las influencias inconscientes y ficticias del colectivo, regidas por su regente exotérico, la luna, pesan. Al mismo tiempo, el regente esotérico de Cáncer, Neptuno, nos atrae potentemente. Con Su Inteligencia mágica clarifica nuestras conciencias. Nos revela, que tenemos que preservar nuestra soberanía individual enraizándonos sólidamente en nuestro propio Ser divino. Cierto, es oculto. Pero, concentrando nuestra atención profundamente adentro, podemos conocerlo y fundirnos con la radiación de su Presencia, que somos de hecho nosotros mismos, una emanación palpable de nuestro ‘eterno Núcleo de Fuego’.
El enraizamiento en nuestro propio Ser oculto, descubierto gracias a su radioactividad, nos ofrece su Luz, su Amor y Poder creativo. Con estas fuerzas inmateriales construimos, bajo el impulso neptuniano de Cáncer, este esplendoroso palacio de claridad inexpugnable. En su entorno inventamos parques de exuberante vegetación y paisajes espirituales deslumbrantes, que disfrutamos con nuestros nobles huéspedes.
Ahí, estamos en el ‘nuevo edén, desde donde admiramos el inmenso mar de la materia con gran cariño. Ahí, somos nosotros mismos el Anfitrión, el Ser oculto, el ‘eterno Núcleo de Fuego’. Nos hallamos en una dimensión, donde rigen otras leyes. Nos sentimos arropados por una Fuerza, que no es de este mundo. Nos nutrimos de nuestras propias profundidades y compartimos nuestra abundancia con todos, los que vienen a visitarnos.
En este mes de Julio la meditación es un arte muy eficaz, durante el cual podemos descubrir las potentes cualidades creativas de Cáncer. Nos llevan a entrar en consonancia con su poderosa feminidad y su dinámica sensibilidad. Nos ayuda a construir con Luz el palacio de nuestra Personalidad. Su transparencia revela la divina Presencia que somos, proyectada en existencia por la Vida de nuestro oculto Ser interior, nuestro ‘eterno Núcleo de Fuego’.
¡Buena meditación de plenilunio!!! 

  William 
*Texto inspirado en el trabajo de Louise Huber


    


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