Sol en Escorpio
31 de octubre de 2020 (14:49 GMT)
Nota Clave:
“Guerrero
soy y de la batalla salgo triunfante”
Proceso de muerte y renacimiento
Cuando el Sol estaba alineado con el signo Libra,
habíamos alcanzado el punto máximo de calma. Las cosas estaban en equilibrio.
Sin embargo, el desarrollo debe continuar. Comienza con Escorpio. Es un signo
de crisis, que llega a su máximo, cuando está alineado con el Sol. En este
mismo momento, el Yo verdadero, que mora en el ‘eterno Núcleo de Fuego humano’,
empuja hacia fuera con más ímpetu, para que la persona ‘Escorpio’ cambie las
formas que había creado hasta ahora. El equilibrio adquirido por Libra se
destruye. No es fácil para ‘los Escorpio’ encarar esta destrucción. Se agarran
a menudo a lo ya existente. Creen que esto les proporciona seguridad. Deben
aprender que no existe ningún tipo de seguridad absoluta. Deben avanzar y ser
flexibles ante las transformaciones. Necesitan aprender a sentirse seguros en
la inseguridad. Esto exige una conciencia en constante movimiento. No permite
ni apego, ni estancamiento. Para ellos es imperativo crear con intensidad
nuevas formas y, al cabo de un tiempo, esforzarse en destruirlas. Por eso, en
sus existencias, ‘los Escorpio’ se confrontan con el perpetuo movimiento de
muerte y renacimiento. Intuyen que es la manera más adecuada de estar al
servicio del desarrollo del proyecto divino ‘Antropos’. Si se
resisten a esta Ley del Desarrollo, sufrirán. Las hojas deben caer del
árbol para que las nuevas puedan crecer.
La polaridad Tauro-Escorpio
Tauro ha elevado muros y barreras para proteger las
posesiones y el bienestar de su "pequeño yo", su personalidad.
Escorpio, su polo opuesto en la Cruz fija, debe derribarlos para que el
camino al renacimiento quede abierto. Luchará contra las rígidas formas de
pensamiento de Tauro focalizadas en el mantenimiento de las cosas conocidas y
fiables. Combatirá con ardor la ley del miedo vengador, “ojo por ojo, diente
por diente”.
Sí, ‘el Escorpio’ aspira, como todo el mundo, a
la seguridad, la armonía y la paz. Sin embargo, el poder de su verdadero Yo, el
‘eterno Núcleo de Fuego interior’, insiste. Incita a la imprescindible
destrucción de los deseos egoístas y las fronteras limitadoras, para que avance
en el nuevo camino de la autorrealización.
Así pues, ‘los Escorpio’ están en una lucha constante.
Son inseguros e inquietos. Dudan y están llenos de contradicciones y crisis
espirituales. Saben que deben permanecer en movimiento. Cada vez que piensan
que pueden relajarse, reciben simbólicamente, un “empujón”. Si se paran
mirando atrás, se convertirán, como la mujer de Lot de la Biblia, en estatua de
sal. Lo presienten.
Para vencer, en esta lucha perpetua, ‘los Escorpio’
deben ejercer la empatía, ser permeables al Poder de su Presencia interior, el
‘eterno Núcleo de Fuego’. Tal actitud los llenará de Poder divino y
expandirá sus conciencias. Les facilitará el pasaje a Sagitario y Capricornio.
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El planeta regente
El planeta Marte es a la vez el regente de la vida
interior y de la existencia exterior del signo Escorpio. Su influencia provoca
una lucha perpetua entre las energías superiores e inferiores, que rigen la
vida. Su doble regencia hace que ‘los Escorpio’ deseen experimentar en
profundidad y a todos los niveles. Tienen celos de cualquier cosa que pueda
oponerse a su afán de disfrutar de la vida. Aquí reside el peligro de los
excesos. Llegan momentos en los que el amor puede volverse odio y la
pasión transformarse en aversión. Indecisos hasta el fin, viven dudando de todo.
Desempeñan un papel especial en la lucha contra los excesos de la vida sensual
y sexual. La falta de control puede convertirse en un problema de considerable
magnitud. Mantener la moderación es algo muy difícil para ‘el
Escorpio’. Es una de sus tareas más importantes.
El peligro de los extremos
El signo de Escorpio siempre impulsa al individuo
hacia los extremos. Por lo tanto, existe el peligro de que predominen las
fuerzas disolutivas. Pero cuando surgen estos impulsos, al mismo tiempo también
se manifiestan las fuerzas de preservación de la existencia. Vida y muerte
luchan para prevalecer. ‘El Escorpio’ debe reafirmar permanentemente las
fuerzas edificantes de la vida. Debe acabar con “el morir”, con “el matar” y
con los impulsos bajos. Por otro lado, debe guardar su lucidez, porque
las ideas de puritanismo y ascetismo pueden ocasionar dificultades incluso
mayores.
El pensamiento semilla de Escorpio
“Guerrero soy y de la batalla salgo triunfante”
Al final de la batalla debe prevalecer la victoria, el
renacer, lo creativo y lo positivo. Las influencias destructivas y unilaterales
se están auto destruyendo por falta de atención. Apasionado, el individuo
Escorpio gira su mirada hacia el interior, hacia las fuerzas creadores que, por
mediación del Cuerpo causal, emanan de su ‘eterno Núcleo de Fuego interior’.
Por su infatigable concentración, Escorpio se convierte en un “discípulo
triunfante”. Este triunfo le permite seguir el camino hacia la
verdadera individualización espiritual en Sagitario. Ha purificado el yo
inferior. Puede ahora ofrecerse al servicio del mundo. Ha emergido del “fuego
ardiente y purificador”. Se hace fuerte como un diamante. Sus experiencias de
lucha ayudarán a los demás a seguir el camino espiritual en Sagitario,
guiándolos con “la Luz del Alma”.
Escorpio, el Águila
En su evolución el individuo Escorpio, según su grado
de desarrollo, es simbolizado por 3 animales totémicos, la serpiente, el
escorpión y el águila. Cuando el escorpión ha vencido la seducción de la
serpiente, cede el paso al águila. El águila abre sus alas al aire ascendiente
de la intuición y es elevado a las alturas.
El águila es el símbolo de la metamorfosis del
individuo Escorpio, purificado por el Fuego. Surge transformado en Fénix, el
ave mítica que renace de sus cenizas. Ahora su poder, ‘Irrupción de la
Conciencia del ‘eterno Núcleo de Fuego interior’, será curativo y sabio.
La frecuencia de su vibración va más allá de lo que el yo mundano conocía hasta
el momento.
El regreso al Hogar del Padre
El modelo del individuo Escorpio es el del hijo
pródigo. Tras no haber encontrado nada que le satisficiera, toma por fin el
camino de regreso hacia el hogar del Padre. Es una conversión total. Toda su
ardiente atención está atraída hacia el interior. Busca el sendero hacia el
hogar. Siente ya la irradiación de una misteriosa Presencia interior. Parece
emanar de una misteriosa Fuente. Es el ‘eterno Núcleo de Fuego interior’
humano, nos confía la Tradición inmemorial.
Las energías del signo zodiacal Escorpio nos ayudan a
ser conscientes de nuestro Ser interior. Ponen de relieve la falta de sentido
de las satisfacciones exclusivamente externas. Nos empujan a una transformación
fundamental. No es nada confortable para "el pequeño yo", habituado a
aferrarse a lo establecido. Debemos derribar esta barrera, rasgar el velo. Es
un salto arriesgado. Lo sentimos como morir un poco. Nos da miedo. Esta
angustia se alza como un espectro frente a la gran experiencia. Muchas veces
sólo podemos superarla cuando no hay otra escapatoria.
Sin embargo, será grande la experiencia. Nos convierte
en ‘YO SOY’, la única realidad. Seremos como el ave fénix que, desde las
cenizas de la existencia, emerge purificado hacia el Fuego iluminador de la
Vida. Escorpio nos convierte en un ‘discípulo triunfante’.
El Morador del Umbral
El Morador del Umbral es la encarnación de la suma de
todos los factores psíquicos y espirituales, que no han sido superados y que
impiden que florezca la vida interior. Es la parte oscura del "pequeño
yo" que se opone a la transformación. Sus mecanismos actúan de forma
automática. Emergen incontrolables en situaciones, que conducen a cometer
errores importantes. Provocan la lucha entre pares de opuestos. Es la batalla
del Ángel Solar contra el Morador del Umbral.
En esta lucha, el triunfo será asegurado cuando el
Guerrero descubre que tiene a disposición un extraordinario cuerpo añadido, ‘el
Cuerpo Causal’. Ha sido creado a su beneficio por el Ángel Solar. Es una
esfera ovoide de alta frecuencia que arropa al Ser humano. Está compuesto de
sustancia mental espiritualmente afinada. Pone a disposición del Guerrero, el
que busca el camino de retorno, un potente Fluido de Amor solar, la Sabiduría
elevada de la divina Sofía y el voluntario Poder creador del ‘eterno Núcleo
de Fuego interior humano’. Es un triple regalo mágico.
Al Guerrero, tomando consciencia de las virtudes
divinas de su Cuerpo Causal y del siempre fiel respaldo de su Ángel Solar, le
será garantizada la victoria triunfante en la homérica batalla por la Vida.
Que las Energías específicas de este mes de Escorpio
sean una oportunidad para tomar conciencia de las virtudes extraordinarias de
este Cuerpo Causal, del cual muchos ignoran la existencia. Es una herramienta
excepcional que, el Ángel Solar, siempre a nuestro servicio, nos enseña y nos
ayuda a utilizar, para que nos convirtamos en guerreros invencibles que
dedican su existencia al servicio del Plan divino de desarrollo de la Raza de
los Humanos.
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