El Antiguo Comentario

El Antiguo Comentario

Sol en PISCIS 2020



Sol en Piscis
9 de marzo de 2020 (17:47 GMT)

Pensamiento semilla de Piscis
“Abandono el hogar del Padre y, al regresar, salvo"



Pisces - Peter Fich




La Entrega de Piscis

Piscis es el signo de la devoción y entrega. El individuo Piscis es de tipo emocional. Es capaz de captar las más sutiles emociones internas. Tiende a identificarse con lo que ama. Esta identificación puede ser tan grande que incluso llega a perderse en medio de este amor devoto. Su auto entrega roza la sumisión total.
En el signo de Piscis, el individuo se siente un viajero. Anhela llegar a un final, a un país en el que se habla el idioma de su país de origen. Es el signo del retorno al ‘hogar del Padre’, de donde un día se fue vagabundeando a través de la existencia. En la conciencia pisciana el comienzo y el fin, lo viejo y lo nuevo, la vida y la muerte están siempre secretamente en contacto.
Especialmente en estos días del plenilunio, la capacidad de entrega del signo Piscis incita a cada Ser de la Raza humana a identificarse más íntimamente con su Ángel Solar. Por la devoción pisciana que Le dedica, descubre asombrado que Él es ‘Su verdadero Yo, Su Luz, Su Alma’. Este descubrimiento lleva a la Mónada humana encarnada, de la sumisión pisciana a la soberanía acuariana, la conciencia de un Ser angélico. Descubre, por la Luz de su Ángel Solar, que está saliendo de la sombra, que forma parte de una Raza de Seres luminosos que están regresando al hogar del Padre. No fuera, ni más allá…, sino muy profundamente en el centro de ellos mismos, en  ‘el eterno Núcleo de Fuego interior’, en el ‘Tesoro de los tesoros’, en  la ‘Casa del Padre’ de cada Hijo del Hombre. Y… al llegar, el abrazo del Padre alegra divinamente.
La transfiguración luminosa íntima abrirá el ámbito inesperado que todo Ser humano busca: realizar en el mundo una tarea noble y más elevada, contribuyendo al gran Plan de Retorno que el Destino dicta y reserva para Seres angélicos divinos encarnados.


La Gran Invocación

Para llegar a realizar tan elevada tarea, intentemos aprovecharnos de este mes pisciano para acercarnos al Ángel Solar y, fusionado con Él, amplificar el caudal de este manantial de Vida divina que tiene su fuente en lo más secreto de nuestro Ser interior. Tenemos para eso una técnica extraordinaria, la meditación del Fuego, el Agni Yoga. De su ardiente método de concentración en la búsqueda de los Poderes creadores de nuestro ‘eterno Núcleo de Fuego’, eclosionará la Voz del Silencio. De Sus efluvios manará la Gran Invocación, esta penetrante llamada planetaria, esta apelación de los ‘Hijos del Hombre’ a la Luz, el Amor y la Voluntad, que grandes Seres, encarnando las cualidades zodiacales de nuestra galaxia, dispensan sin medida. Es una Gran Invocación universal que, inevitablemente, hace surgir una Gran Evocación, que producirá las nuevas realidades, que Gaia-Sofía habían soñado desde tiempos inmemoriales. 


El Pensamiento semilla esotérico de Piscis

“Abandono el hogar del Padre y, al regresar, salvo”. Esta frase clave de Piscis hace referencia a las dos direcciones de actuación de Piscis, aparentemente contradictorias: la ida y la vuelta.
Durante la fase de ida,  Piscis deja el elevado ‘hogar del Padre’, en el que moraba como ‘Mónada’, es decir, como Ser vivo individual, inextenso e indivisible, del cual la Esencia es un Átomo inmaterial auto consciente y del cual el Centro es ‘un eterno Núcleo de Fuego’ metafísico. Vistiéndose del Poder del Espíritu y de la Intuición del Alma, transmuta su esencia en existencia, que toma la apariencia de un doble cuerpo etérico-físico denso. Y eso lo convierte en una Personalidad prisionera de este doble cuerpo y, a la vez, irremediablemente nostálgica de su libertad y soberanía perdidas.
Durante la fase de vuelta, la mónada humana y su Personalidad concentran su atención en el afinamiento de su vehículo físico, a fin de que por su diafanidad manifieste las cualidades y virtudes divinas de su esencia. Paso a paso nace una consciencia trascendente. El prisionero se libera: ‘…al regresar, salvo’, nos dice la nota clave. El Ser humano recuperando su soberanía, se salva a sí mismo. Llevado por las fuerzas piscianas, ya percibe al horizonte, indicado por el Ángel Solar, la casa del Padre.


Pisces - Amanda Clark


El Símbolo de Piscis

 Piscis, es pues,  uno de los signos duales del Zodiaco. Por eso su símbolo está formado por dos peces, nadando en dirección opuesta. Un pez representa la mónada y el otro la personalidad, la apariencia del ser humano. Están unidos por un cordón horizontal, el hilo de la Vida, el hilo de la Esencia en existencia, el ‘sutratma’. La imagen simboliza la dualidad intrínseca de Piscis, a la vez principio y fin, vida y muerte, Ser humano y Ser divino. 



Los temas de los tres actos de la evolución pisciana

‘Esclavitud, cautiverio’, es el tema clave del primer acto del ciclo teatral de la existencia pisciana, ‘el planteamiento’. La Mónada humana se encarna. Se convierte en prisionera de la materia.
’Renunciación, desapego’, es la nota clave del segundo acto, ‘la confrontación’. La Mónada humana había renunciado a la seguridad del ‘hogar del Padre’. Descendió al mar inmenso de la materia. Se desapegó de su verdadero origen. Luego, rico de las experiencias en el mundo de la dualidad, tiene la decisión interna de tomar el ‘Camino de Retorno’, el regreso al Padre. La Personalidad es, poco a poco, empujada a renunciar a la vida terrenal que le es tan atractiva. Se convierte, mediante el Alma y el Ángel Solar, en servidora devota de su verdadero ‘Ser’, la Mónada humana. Termina por realizar, ella misma, su propia salvación. Renunciando y desapegándose, eleva su estado de conciencia. Se pone a reflejar en el físico denso las virtudes y cualidades de su Mónada. Toda su apariencia física está divinizándose.
‘Sacrificio y muerte’, es la nota clave del tercer acto del ciclo teatral pisciano, ‘la resolución’.  La personalidad humana, fusionada con su Ángel Solar, trata de producir la muerte de la forma y de liberar la vida, para que llegue a un estado de consciencia superior. A propósito de esta nota ‘Sacrificio y muerte’ del tercer acto, el Maestro D.K, el tibetano, en su tratado de ‘La Astrología esotérica’, dice:
“Los Señores de la Voluntad y del Sacrificio descendieron a la manifestación, sacrificando su elevada posición y oportunidades en los planos superiores de la manifestación, a fin de redimir la materia y elevar a Su propio nivel las vidas que la animan, debido a que constituyen la cuarta Jerarquía creadora. Estas vidas son esencialmente nosotros mismos, cualificados por el conocimiento, el amor, la voluntad y animados por una perenne y perseverante devoción. Tratamos de producir la muerte de la forma, en su significado ocultista, y la consiguiente liberación de las vidas, que moran en ella, para llevarlas a un estado superior de conciencia…”


La polaridad Piscis - Virgo

A los individuos nacidos en Virgo les importa en primer lugar ganarse el pan de cada día y mantener el orden, para que la existencia sea segura. Los Piscis en cambio anhelan, cuando las necesidades existenciales están cubiertas, abrir su conciencia a otras dimensiones, al Ser y al Todo. La consciencia universal aparece, dejando atrás todas las limitaciones estáticas.
En el mes de Piscis la gente en general puede descansar, estar tranquila y olvidar lo que le angustia. Esta relajación permite que se liberen de nuevo las fuerzas vivificantes y curativas del Cuerpo Causal, puestas a su disposición por el Ángel Solar en el nombre del Alma. Se despierta el deseo de evadirse.
Anhelamos en este mes de Piscis, alejarnos de todo lo que supone una carga. En paralelo, sin embargo, la tensión polar entre Piscis y Virgo aumenta. El eje resultante de la existencia pone en evidencia que ‘la seguridad se encuentra en la inseguridad aceptada positivamente’. Se Realiza el puro estado de conciencia continua y en movimiento permanente. 


Los primeros pulsos de la vida del verdadero Yo

En Piscis, las fuerzas trabajan por dentro. En Piscis tiene lugar la preparación de lo que va a venir. En Piscis empieza a formarse el capullo del Yo verdadero. Está todavía cerrado. Pero en su interior late el pulso de la vida que el Ángel Solar anima con su amor. Aún es un ideal de futuro. Todavía no es una realidad. Solo existe en la imaginación. Por esa razón, muchos Piscis viven en un mundo de ensueño, en un idealismo desconectado de la realidad.







Nuestra sociedad, tan orientada al rendimiento, está jugando con este idealismo típico de la era de Piscis y lo transforma en ideología utilitaria. Abusa de la sensibilidad intuitiva de nuestra sociedad aún muy pisciana y que acepta, sin reacción, ser reprimida. Aprovecha que aún no se siente preparada para resolver, por la lucha, la contradicción entre su mundo ideal y su entorno inmediato. Eso lleva a la depresión social. Ocasiona sufrimiento y desesperación.
Sin embargo, las fuerzas de la Era de Acuario ya están cambiando este estado de ánimo sin salida. Ya aparecen grietas en el capullo del verdadero Yo. El desgarro es penoso e inevitable, sí, pero anuncia triunfantes primaveras. Todo Piscis en alerta lo presiente con fuerza.


Pluto - Peter Fich


Los planetas regentes

En esta visión de la relación entre la vida soñada por el ideal y la muerte impuesta por el materialismo, el regente exotérico de Piscis es Júpiter y Plutón el regente esotérico.
Júpiter transmite la vitalizadora energía del Rayo II del Amor y Sabiduría. De esta fuerza magnética surge una nueva vida.
Plutón, por otra parte, transmite las fuerzas metafóricas del Rayo I de Voluntad y Poder. Destruye los lazos, que encadenan a la materia. Va directamente a la profundidad céntrica de la existencia. Saca a la superficie todos los impedimentos de las regiones inferiores y los desintegra. Es el psicoanalista esotérico del Ser humano.
Estas dos Fuerzas cósmicas opuestas, una constructiva y la otra destructiva, nos empujan a unirnos y colaborar con este proceso de regeneración revolucionaria. Nos dan la fuerza de voluntad de ir a hallar adentro para descubrir la riqueza del centro de nuestro Ser, nuestro ‘eterno Núcleo de Fuego interior’. El Cuerpo Causal, que nuestro Ángel Solar nos regaló, refleja en permanencia el flujo de Vida radioactiva irradiado por el escondido Fuego nuclear nuestro. Lo hace florecer en nuestro verdadero Yo, que nos enseña el camino. Atraído y fascinado, el ‘pequeño yo’, nuestra Personalidad, entra en consonancia. Se purifica. Se pone al servicio del Mundo nuevo que está naciendo.
Este trabajo espiritual hacia adentro ocurrirá con facilidad en el signo Aries. Piscis si quiere encontrar su centro nuclear, que le conectará con el mundo trascendental, no debe perderse en un vacío meditativo sin límites, ni aislarse en un yo emocional exagerado, ¡que sólo descansa!. Permitirá que el verdadero Yo genere el campo magnético que lo llevará, sin ningún esfuerzo, a descubrir la grandeza del centro de Vida de su Ser. Como ‘el ladrón en la noche’, vendrá la inspiración luminosa de su Ángel Solar. Como el lucero del alba, grandioso y en un silencio profundo, la media luz de su divinidad se perderá en la magia de la resplandeciente claridad del día. 


Piscis, el Salvador espiritual

En la Doctrina secreta, H.P. Blavatsky indica claramente la función redentora de la constelación Piscis:
“Esta constelación brilla como símbolo de todos los salvadores espirituales pasados y futuros, que son portadores de Luz y dispersan la oscuridad mental”.
Durante la era cristiana, por egoísmo y comodidad, el hombre devoto ha creado un concepto falso sobre la esencia y función de la salvación. Surgió la creencia de que la redención puede alcanzarse mediante el sacrificio por cuenta de uno, que asumirá la carga de los pecados de los otros. Para conseguir la redención y conseguir el derecho de entrar en el paraíso, es suficiente con creer en el salvador’, mostrando devoción personal.
Es una idea muy ingenua. Redención significa ‘liberarse a sí mismo de la servidumbre de la existencia’ en los tres planos inferiores. Es ‘transfigurar’ activamente su Personalidad para que, como por encantamiento, ésta se deshaga a sí misma de los vínculos pesados de los deseos y anhelos materiales.
No es una tarea imposible. Todo Ser humano posee la capacidad de invocar el poder regenerador de su particular y muy íntimo Ángel Solar, clamando: “Acércate a mí, tú que eres mi verdadero Yo, mi Luz, mi Alma. A ti, coronado de gloria, te invoco…”. Provocará poderosamente esta transfiguración personal. Despertará mágicamente todas las virtudes y cualidades de las energías humanas de origen solar. La Personalidad y el Ángel Solar entrarán en estado de fusión. Dará a cada Ser humano la oportunidad de realizar su auto redención, esta liberación interna poniendo al descubierto la conciencia viva de su divinidad.



La Fuerza victoriosa

 La Era de Acuario ya está manifestándose poderosamente. En lo referente a la ‘salvación’, su énfasis no reside en el sacrificio y el sufrimiento como lo ha sido en la era pasada, sino en la alegría y la fortaleza. La Tradición inmemorial nos confía:
“…un nuevo tipo de redención surgirá… El cáliz del sufrimiento y la agonía en la cruz están acercándose a su fin. La alegría y la fortaleza ocuparán su lugar. En lugar de sufrimiento experimentaremos alegría, que se convertirá en felicidad. Nos conducirá finalmente a la salvación eterna. Tendremos la fuerza de los que no conocerán más que la victoria.”
                                                     William
*Texto inspirado en el trabajo de Louise Huber



 

  



No hay comentarios:

Publicar un comentario