Sol en Virgo
2 de septiembre de 2020 (05:21 GMT)
Nota clave:
”Soy la Madre y el Hijo; soy Dios, soy materia”
Virgo, un signo de Tierra
Al igual que Tauro y
Capricornio, Virgo es un signo de Tierra. Forma parte de ‘la Cruz
mutable’ que rige la existencia física. Está relacionado con las funciones
físicas, que mantienen el orden de la Vida en la existencia. Virgo cultiva la
pureza de todas las cosas y cuida todo lo existente con su asiduo trabajo.
Virgo y Leo
En Leo, el signo del mes pasado, lo más importante consistía en el
desarrollo de la autoconciencia. En el mes de Virgo, todos los excesos en el
desarrollo del ‘pequeño yo’ de Leo deben pulirse y ajustarse a la realidad.
Este contraste permite equilibrar los excesos. Cuando se unen las cualidades
opuestas del modesto Virgo y del egocéntrico Leo, se liberan poderes
positivos, que corrigen y sanan. Mientras la cooperación no funciona entre el
yo, que se impone, y la modestia reservada, la persona fluctuará entre la
arrogancia y el sentimiento de inferioridad.
Virgo, dice la Tradición inmemorial, es el más antiguo de todos
los signos, formaba conjuntamente con Leo, parte de un mismo signo. Por eso la relación
entre Virgo y Leo es polar.
Muy a menudo Virgo duda de que todo sea tan simple o de que todo
esté bien, como piensa Leo. Su tarea es ante todo mantener el mundo en orden.
Con frecuencia lo asaltan sentimientos de falta de sentido o accesos de
inferioridad. Debe darse cuenta de que la gran maquinaría, tal como Leo la ve, y el
más pequeño engranaje, que preocupa a Virgo, tienen la misma importancia. Sin
este ‘detalle’, lo grande no funciona. Es imperativo que Virgo amplifique su
visión de la vida. Debe comprender que la gran maquinaria, como el pequeño
engranaje, son de igualísima importancia. Si consigue obtener esta visión
amplificada, Virgo se convertirá en un signo de servicio espiritual, que desea
incluir el más pequeño trabajo en el Todo. Se dedicará con intensidad a su vida
interior como a la de todo lo que existe. Actuará vitalizando con la
energía de Vida, el Amor. Tendrá una actitud no ofensiva. La Energía de Amor
debe mantenerse libre de condiciones y exigencias.
Este es el estrecho sendero de lo pequeño, que conduce a lo grande y
de lo grande, que incluye lo pequeño. Es el único sendero, que llega al Centro
de nosotros mismos, al ‘eterno Núcleo de Fuego’ de nuestro Ser oculto,
perteneciendo a la jerarquía solar creativa conocida como ‘los Hijos del Hombre’.
Polaridad Virgo-Piscis
La polaridad Virgo-Piscis representa el fenómeno de la existencia.
Asegura que la Rueda de la Vida se mantenga en movimiento, tanto en el sentido
práctico como espiritual.
Con respecto al mundo físico, la tarea de existir se cumple
realizando trabajos exteriores productivos. En cambio, la tarea con respecto al
mundo interno consiste en cumplir un trabajo sin exteriorizarlo. Es adquirir
madurez y construir el camino hacia lo más íntimo. Es entrar en ‘fluida síntesis’ con el
Alma, el Verdadero Yo, el Ángel Solar y llegar al ’Sancta Sanctorum’.
El tiempo y el orden de Virgo
Virgo tiene una relación oculta con el tiempo. Saber esperar es
confiar en la vida. Es confiar, que todo tiene lugar a su debido tiempo. El
sentido del Tiempo de Virgo nunca presiona. No hay la obligación de conseguir algo. Somos libres.
Con este sentimiento de tener tiempo de sobra, se despiertan las cualidades
humanas internas, aunque sean sin utilidad directa en la existencia.
Por esta relación con el tiempo, Virgo ayuda a reservar espacio para
meditar, a sentirse completamente libre de las preocupaciones y presiones de
los demás. Del sentido del tiempo de Virgo debe surgir la sensación de que no tenemos
nada que hacer, que somos dispensados de todo. En tal espacio de paz, las
cualidades del Alma, puestas con delicadeza en evidencia por el Ángel Solar, afloran
a la superficie de nuestra conciencia en ‘fluida Síntesis’.
Otro aspecto de Virgo es el amor por el orden. Siempre se está
esforzando por mantenerlo. Aprovechémonos del mes de Virgo para retomar o completar
asuntos que hayamos abandonado. Es la ocasión de corregir errores,
reconciliarse con enemistades, eliminar sus deficiencias y ayudar a superar las
debilidades de los demás. Virgo, como es bien conocido, siempre ayuda a encontrar
algo que mejorar o pulir.
Imagen de Rina Sutzkever |
El ojo crítico de Virgo
La crítica de Virgo es siempre positiva. Pone de relieve las
cualidades de tal manera que los defectos y el desorden se amenguan por falta de
espacio y atención.
A veces, sin embargo, las críticas de unas personas nacidas bajo
el signo Virgo son pesadamente negativas. Pueden convertir al individuo Virgo
en un personaje muy desagradable. Pone reparos a todo, nunca está contento de
nada. Su postura pesimista niega la belleza de la Vida. Solo presta atención a
lo negativo. Puede dañar lo más valioso.
Al contrario, el ojo crítico de Virgo, si halla con facilidad los
defectos y el desorden, repara cómodamente y con optimismo los errores e imperfecciones.
Recompone y limpia lo estropeado, atrayendo la atención a las cualidades escondidas
y al deseo de perfección. Induce a la corrección sin mandar y hace presentir la
belleza del detalle en armonía con el Todo. Las imperfecciones desaparecen sin
ningún esfuerzo, como la sombra, cuando aparece la amplitud de la luz. En el
interior de cada individuo Virgo, la ley de perfección y belleza habita viva y
a disposición de toda persona sensible.
En los tiempos actuales el anhelo de belleza y armonía es la
cualidad más necesitada, para que nuestro planeta se recupere del enorme daño
que le hemos causado. Hay ansia de restablecer el orden natural, que es por
cierto de género cósmico. Afluye generosamente en este mes de Virgo hacia toda
la humanidad, incitando a corregir los errores imperdonables del pasado. Es una
fuerza crítica constructiva. Sin resignación ninguna, Virgo sabe, que los detalles
más pequeños, las iniciativas más íntimas son puntitos, que construyen la infinita
Línea generatriz de la creatividad cósmica. Tal conciencia da grandeza al gesto
más pequeño, regenera la tendencia a la estrechez mental del individuo Virgo.
Lo dignifica y le regala una inmensa felicidad.
Mercurio y la Luna, regentes de Virgo
Virgo siempre tiene el talento de acumular cantidades de detalles
específicos. Esta capacidad la debe a Mercurio, su regente exotérico.
Empuja a Virgo a desarrollar su arte de distinguir, de diferenciar entre lo
valioso y lo fútil, lo real y lo irreal. Le pone en contacto con las leyes internas de
la Vida. Le permite superar el miedo a la vida y a la lucha existencial.
El regente esotérico de Virgo es la Luna. La Luna
representa, al contrario, el 'pequeño yo' emocional, el ‘niño’, que quiere
protección y cuidados. Por eso, Virgo busca a menudo el apoyo de la autoridad. Le
gusta cumplir las órdenes de los demás. Esta inmadurez explica su frecuente desaliento
e infravaloración. Podemos mitigar este pesimismo, elogiando su trabajo.
El desaliento de Virgo y sus remedios
El desaliento del 'pequeño yo' de Virgo tiene causas muy variables.
Se puede atribuir a la fatiga por debilitamiento de la fuerza vital, debido a
un sobreesfuerzo físico, a un trabajo tomado demasiado en serio o inadaptado a
su capacidad de rendimiento. La causa puede ser también el temor al fracaso, el
miedo a ser criticado y el convencimiento de que el progreso del mundo depende
sólo de su propio esfuerzo.
Uno de los remedios eficaz a tales situaciones difíciles es el
sentido del humor. No hay que darse tanta importancia personal. Hay que saber
reírse de uno mismo, de sus puntos débiles y limitaciones. Otro remedio es
cultivar el sentido de las correctas proporciones. Es importante que
uno aprenda a hallar satisfacción en los pequeños éxitos, persuadido que el
tiempo o, en última instancia, la eternidad acabará consiguiendo todas las
cosas.
Virgo y lo femenino
Virgo está muy relacionado con el papel del elemento femenino en la
creación cósmica. Es un tema de gran actualidad. La mujer está luchando por
alcanzar la posición, que le corresponde en la sociedad. Quiere liberarse del
pasado por autoconocimiento. Busca equilibrar y armonizar los opuestos.
Tres figuras femeninas son decisivas en el signo de Virgo: Eva,
Isis y María.
Eva es la creadora
original de la facultad mental. Su desarrollo la fascina por la seducción, que el
pensar y la curiosidad ejercen. Es por eso que Eva acepta con espontaneidad la
manzana del conocimiento de la serpiente, la cual simboliza, con su ondulación sobre
el suelo terroso, la vibración frecuencial de la materia. La capacidad de pensar
y experimentar limitada por el tiempo-espacio le encanta. Analizaba con interés
el imperio de la dualidad inherente al mundo físico. Sin embargo, fascinada por
su polaridad, Eva perdió poco a poco el sentido de la Unidad. El sufrimiento y
la infelicidad se instalaron profundamente y sin piedad.
Isis hizo la misma
experiencia dolorosa, diferenciando, esta vez, los pares de opuestos en el
plano emocional o de los sentimientos. Al contrario de Eva, Isis siempre es
representada con un hijo en sus brazos. En zodiacos antiguos es considerada
como símbolo de fertilidad. En Isis, el germen de la Unidad retoma raíz, pero hundido
en la naturaleza de los deseos. Isis, sólo alcanzará el equilibrio entre los
pares de opuestos, cuando ella misma será capaz de dominar y conducir las
demandas de la naturaleza instintiva sin pasión. Entonces el velo de las
ilusiones se romperá. La visión de la realidad será iluminada por la Luz del
Alma. Reaparecerá, dice H.P. Blavatsky, “Isis sin velo”, La Unidad.
Es María, que llevará
a cabo, hasta en el plan físico, la recuperación de la Unidad. Da a Luz al
Cristo-Niño en la densidad carnal de cada Ser humano, para que un día
aparezca de nuevo la gloria de la Unidad mediante las multitudes. El día de
hoy, creciendo, el Cristo-Niño ya está revelando unas cualidades primaverales
de su Unidad con lo divino en los tres planos, físico, emocional y mental, que
Eva, Isis y María regalaron a la Personalidad de cada Ser humano. De esto, la Personalidad
de Jesús, por su transparencia, es un estimulante ejemplo. Reveló
la magnificencia de su Cristo interior.
El pensamiento semilla esotérico de Virgo
“Soy la Madre y el Hijo; soy Dios, soy materia”
Desde su Unidad suprema y fruto de un Sueño grandioso de
encarnación en el Tiempo-espacio físico, el Poder macro cósmico de Creatividad aplica
la Ley cósmica de la Dualidad. Dos polos opuestos potentísimos nacen,
uno femenino y el otro masculino. La dinámica de Creación divina va a realizarse
en la plenitud de sus límites.
Esta polaridad explica porqué Virgo, desde el punto de vista
esotérico, es la encarnación de la divina Madre cósmica. Virgo es el
Polo magnético, receptivo. El divino Padre cósmico es el Polo
eléctrico, que la fertiliza. Virgo se hace así la matriz del Tiempo-Espacio. En
este claustro materno, el Sueño de la Unidad suprema madura lentamente. Su maternidad
divina hace que, con penas y dolores, luchas y conflictos, se manifieste el
Hijo, el Cristo, desde lo más íntimo de cada Ser humano, exhibiendo con gloria
la divinidad de la naturaleza humana. Como
si se tratara de un embarazo, Cristo, de hecho la Mónada humana, crece, madura
y se revela en la intimidad carnal de cada uno de los Seres humanos.
“Soy la Madre y el Hijo…”
Virgo es, pues, el signo de la experiencia profunda en la carne, el
lugar de las crisis de crecimiento del Hijo, lento y suave, pero siempre
poderoso. Todo se produce en la oscuridad de la Materia, la Madre, pero conducirá
irremediablemente a dar a Luz al Espíritu.
“…Soy Dios, soy materia”
A la vez madre e hijo, espíritu y materia, Virgo posee el asombroso
poder de unir los opuestos. Virgo prepara la materia de tal manera, para que se
transmute con esplendor en espíritu divino. Virgo es el impulso de Vida, el
afán de ennoblecer la existencia. Es el aspecto Madre. Protege, nutre y
finalmente desde “el eterno Núcleo de Fuego” manifiesta, en la carne, la
divinidad grandiosa del Ser humano oculto. Virgo realiza el Plan, el Sueño del
Padre cósmico, deseando tener un Hijo.
William
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