El Antiguo Comentario

El Antiguo Comentario

Cuerpo Causal y Ángel Solar (VIII)





EL ÁNGEL SOLAR
Parte VIII


*

Algunas consideraciones fundamentales

Terminando este estudio a propósito del Ángel Solar, subrayamos la necesidad imperiosa, que el estudioso buscador debe depender de Sí mismo, de su Yo superior, que el Ángel Solar encarna y manifiesta. Su Presencia se había hecho sentir solo en raros e intensos intervalos emocionales. Cuando el Yo superior es conocido y no simplemente sentido emocionalmente, entonces el buscador puede estar verdaderamente preparado para la soberanía iniciática.
No hace falta, en primer lugar, considerar el entrenamiento directo del Mago blanco, ni el desarrollo a partir de su propio carácter. Lo que importa es el interés del yo inferior y la concentración de su atención en el Yo superior, que el Ángel Solar le revela. Si la Personalidad llega a captar la Magia del Ángel Solar, el Alma dominará constantemente. Descubriendo esta Magia blanca, estimulará al aspirante y llevará su entrenamiento sin que sea necesario conocer el curso recorrido anteriormente por el Alma implicada.

Los Hijos del Hombre y los Hijos de la Mente

En este estudio sobre el Cuerpo Causal y el Ángel Solar, presentamos el concepto ‘Alma’ en toda su extensión. Consideramos al Alma animando tanto las esferas objetivas o exotéricas de la existencia humana, como los dominios subjetivos o esotéricos de la Vida espiritual. Nunca hay que olvidar que la materia ES espíritu a su nivel vibratorio más bajo y el espíritu ES materia a su nivel vibratorio  más alto. Implica que, sin excepción, todos los humanos encarnados y desencarnados forman parte de la cuarta Jerarquía creadora solar, ‘los Hijos del Hombre’. Todos, cualquiera que sea su grado de perfección, constituyen unidades integrantes de esta gran nube de testigos y observadores auto conscientes. Además de la vida física u objetiva, todos poseen la capacidad, al menos potencialmente, de la percepción espiritual.  
Por una gran iniciación cósmica, la quinta Jerarquía creadora solar de ‘los Hijos de la Mente’, los Ángeles Solares, se solidarizó con la cuarta Jerarquía de ‘los Hijos del Hombre’ para que, ella también, manifestase las maravillas de su divinidad. De esta solidaridad cósmica nació el Mago blanco.

Mandala - Aurélien Pumayana Floret

La Maestría del Mago blanco

La Tradición inmemorial, explicando y analizando la Regla primera de la Magia blanca, nos describe cómo se adquiere la maestría del Mago blanco:
     El aspirante mago blanco ante todo se dedicará al conocimiento de sí mismo. Aprenderá a discernir su Yo real, de su yo ilusorio. Lo obtendrá por un esfuerzo regular y persistente y no por un proceso violento, energético o esporádico.
         Clarificando esta distinción, el aspirante discípulo podrá llegar a la vivencia de su Yo superior como un Ser muy puro, que se reconoce y se revela poco a poco como una presencia íntima e imponente. Inspirará y aconsejará al yo ilusorio. Es animada, dice la Sabiduría tradicional, por un Ángel Solar individualizado, manifestándose desde las esferas intuitivas del Alma.  
       Para que el yo ilusorio del aspirante llegue a esta experiencia inusual, que termina por absorberlo totalmente, el candidato mago blanco se dedicará al arte sublime de la meditación. Consiste en el uso concentrado de su facultad de observación mental y sensible, dirigida hacia el interior, hacia lo más profundo de sí mismo. Es un trabajo de descubrimiento muy interiorizado. Será de gran constancia e imperativo, para los que buscan realizar su vocación de discípulo.
Una vez que el yo ilusorio ha captado la Magia del Yo superior, la Sabiduría del Ángel Solar dominará constantemente. Sin embargo, no disipará sus fuerzas en vano. La comunicación solo se realizará en una atmósfera meditativa, durante la cual el yo ilusorio se mantiene en estado de empatía máxima. Nos explica la Tradición inmemorial:
 
“El Ángel Solar se recoge en sí mismo,
no disipa su fuerza,
sino que en profunda meditación
se comunica con su reflejo”

·      Esta vinculación meditativa del yo inferior al Ángel Solar, que presencia su Yo superior o Alma, evitará que la realidad de los tres mundos retenga al buscador. Esta adhesión es el primer paso para salir del cuarto reino y entrar en el quinto.
     La vinculación del Yo inferior con su Ángel Solar se realizará por una instrucción práctica. Consiste en:
-       Comprender su propia naturaleza por el estudio de las enseñanzas del pasado y las investigaciones científicas de nuestro tiempo moderno.
-        Aprender a controlar las fuerzas que lo rodean.
-     Desarrollar sus poderes latentes y sutiles para manejar su existencia y solucionar sus dificultades.
-      Integrarse conscientemente en la Jerarquía de las Almas de nuestro planeta Gaia-Sofía.
-   Incluir las esferas exotéricas. Pues todo es Espíritu. Las diferenciaciones son solo un producto de la mente finita.
-  Integrar todo trabajo, en cualquier campo de manifestación, para que forme parte de la actividad de la cuarta Jerarquía creativa solar, ‘los Hijos del Hombre’ hospedados con amor infinito por el planeta Gaia-Sofía.
      •  El mago blanco se distanciará tanto de la emoción impulsiva como del ímpetu mental. Estará en constante recogimiento de la energía de su Ángel Solar y siempre a la escucha, en una lúcida comunicación.
   • El mago blanco cumplirá únicamente su trabajo utilizando la Magia blanca, la Magia del Alma. Es un Ser humano avanzado. Ha requerido muchos ciclos de experiencia en la existencia.
          El mago blanco usará el ‘SUTRATMA’. Es el hilo de Vida conductor de la corriente eléctrica del Espíritu, por la cual el Alma, mediante el Ángel Solar, domina la forma y establece contacto con el cerebro de la Personalidad humana. El sutratma induce las iluminaciones irradiadas por la inteligencia superior. El cerebro afinado las capta y almacena. Inspirada, la inteligencia inferior, que ha sido despertada, las transforma en formas de pensamiento, que ennoblecerán y divinizarán el mundo físico humano.
  
High Tide - Francene Hart



Flujo y reflujo de las fuerzas del Alma

El mago blanco descubre que la meditación del Alma, a su propio nivel, es de naturaleza rítmica y cíclica, como todo en el cosmos. El Ángel Solar respira. Por esta respiración, las formas viven y se animan. Cuando el candidato Mago blanco se ajusta a las mareas de la vida del Alma, se da cuenta que hay un flujo que lo vitaliza y estimula, seguido de un reflujo inevitable, que incita al reposo y la tranquilidad. Por eso, unas vidas son vibrantes y en pleno desarrollo, mientras que otras son aparentemente pasivas desde el ángulo de la experiencia del Ángel Solar. Esta pasividad es temporaria, preparatoria de un mayor impulso con el objetivo de “permanecer en el Ser espiritual”. Cuando la energía está en reflujo, el trabajador debe adaptarse y utilizar adecuadamente su empeño. Mal dirigido, terminará arruinando su vida.
A este respecto, nos enseña el Maestro tibetano D.K.:
“Hay días en que el Mago blanco todo lo ve claro. Tiene la sensación de estar en la cima de la montaña, contemplando un paisaje bañado por el sol. Sabe y siente, que es un Hijo de Dios. Sin embargo, después descienden las nubes, pierde toda su seguridad y parece no saber nada”
El trabajador espiritual siente que “El Ángel Solar respira”. En sintonía, su atención meditativa se hará rítmica y cíclica, como lo hace todo el cosmos. Para evitar esfuerzas inoperantes, siempre se preguntará sí el ciclo actual de su Alma es en flujo o en reflujo.
Una vez captada la meditación rítmica del Alma, el aspirante Mago blanco se da cuenta, que demasiadas veces su reacción es mal adaptada, despareja. Se esforzará en fusionar con su Ángel Solar, para alcanzar a voluntad esa “altitud elevada”, donde las fluctuaciones de la existencia ya no afectan. Tratará de vivir como Alma. Servirá en el mundo de las formas sin ser afectado por los efectos de la percepción sensorial. Buscará sin parar la Luz angélica solar aún distante, pero que ya le atrae. Percibirá paulatinamente, lo que revela esta Luz. Su magia aclarante lo compenetrará. Reconocerá finalmente ser él mismo la Luz angélica, que compartirá con otros. 

El nuevo paradigma

En el pasado, el cuerpo del Ser humano, el instrumento de su relación con el mundo externo de las formas, constituyó el principal objeto de la experiencia terrenal. Ha pasado por mucho sufrimiento. El Ser humano está llegando a saciarse de este mundo físico denso. Al borde del discipulado, está insatisfecho, profundamente cansado y descontento. Ha saboreado tanto como ha podido las alegrías de la existencia ilusoria. Ha aprendido que no podían satisfacerle.
La época contemporánea es un tiempo de reajuste. A partir de ahora, el Ser humano espiritual, el Ángel Solar o Alma, constituirá el objetivo sobresaliente de las experiencias humanas futuras. Al servicio de este nuevo paradigma, el Ángel Solar o el Ser humano espiritual, se preocupará de elevar las cualidades del mundo externo a la altura de la sutilidad de su mundo interno. Para realizarlo, utilizará con respeto y en su integridad las facultades y características del instrumento corporal humano. “Es en el físico denso, que se abre el sendero”, que conducirá de la oscuridad a la Luz y de lo irreal a lo real. 


Between the Holy Fire of Night and Day - Benny H. V. Andersson

Vemos ‘doble’

Estamos en una etapa de transición entre los nuevos y viejos estados del ser. Nos hace vibrar tanto la percepción del Ángel Solar, heraldo del Alma, como la percepción de los fenómenos físicos. Vemos ‘doble’.
En esta doble visión, el Ser humano percibe primero el campo de las formas de los mundos inferiores, tanto físicos como astrales y mentales. Su predominancia nos hace experimentar la amplitud de nuestro aprisionamiento. Sin parar, surgen los obstáculos impidiendo, que la magia de nuestra Mónada sea transmitida por el Cuerpo Causal de nuestro Ángel Solar.
Para liberarnos, los Maestros nos ayudan. Para evidenciar la visión del otro campo, el del mundo inmaterial y luminoso de la Sabiduría, nos proponen la potente invocación del ‘Gayatri’:

Oh Tú, que sostienes el Universo,
De Quien todo procede,
A Quien todo retorna,
Descúbrenos la faz del verdadero Sol Espiritual,
Que se esconde tras un disco de Luz dorada,
Para que podamos conocer la Verdad,
Y cumplir con todo nuestro deber,
Mientras caminamos hacia Tus pies sagrados.

Esta invocación muy antigua, incita al aspirante discípulo a equilibrar su ‘doble’ visión. Lo incita a dirigir su mirada hacia el interior, para que aprenda también a vibrar al contemplar el campo de las realidades espirituales.  Para realizarlo, se pone en consonancia con la Consciencia divina del Cosmos y clama: ‘¡Oh! Tú, que sostienes el universo…’. Invoca Su benevolencia, para que le descubra la iluminancia de ‘la Faz del verdadero Sol espiritual’.
Esta faz’, revela ser el símbolo de la Mónada humana, nuestra individualidad espiritual. Su esencia, nos enseña el Antiguo Comentario, es un átomo inmaterial auto consciente, inextenso e indivisible. Su Punto central de Vida metafísico es un ‘eterno Núcleo de Fuego’, retratado en el Gayatri como nuestro ‘verdadero Sol espiritual’. Es un ‘fractal’ alumbrante, parte holística y consubstancial de la Conciencia divina a la vez propia y cósmica. Es el punto terminal de una línea de Poder creativo proyectada en el inmenso espacio sideral desde el ‘eterno Núcleo de Fuego galáctico’ para ir a encarnarse en cada Hijo del Hombre, feliz huésped del maravilloso planeta Gaia-Sofía.   
El buscador espiritual aspira arduamente a que se rompa el velo de la ceguera. Con toda su atención intenta experimentar en su cuerpo la irradiante Sabiduría de su Mónada, para que desvele y revele la grandiosa naturaleza divina de su ‘eterno Núcleo de Fuego’, su ‘verdadero Sol espiritual’.
Esta revelación fabulosa irradiada por la Mónada es formalizada por el Poder espiritual de la Inteligencia creativa de nuestra divina Sofía interior. Luego, es reflejada por la intuición del Alma y retransmitida por la inspiración del Ángel Solar para llegar a los 3 mundos inferiores gracias a la purísima sustancia mental de su ‘Cuerpo Causal’, descrito en el Gayatri como este ‘disco de luz dorado’ ocultando el ‘verdadero Sol espiritual’.
Sin embargo, el verdadero Sol espiritual interior será conocido, nos dice el Antiguo Comentario. Revelará su divina Presencia a través de la irradiación, este Impulso motivador, este ‘Karana Sarira’ de su faz, la Mónada humana. Invocamos este impulso radioactivo en el Gayatri para poder conocer la verdad y cumplir con nuestro deber’.

Entrar en consonancia

El Mago blanco es un Ser humano alineado con su Ángel Solar. Es receptivo a las impresiones de Su Cuerpo Causal. Éste vibra a la frecuencia del plano mental o manásico superior, más precisamente, el subplano etérico tercero. Es desde esta alta frecuencia del Cuerpo Causal, que el Ángel Solar se pone en consonancia con el Mago blanco, capacitándolo para captar los propósitos soñados por su Ego superior, su Alma.
El Mago blanco siempre actúa de arriba a abajo. Las vibraciones del Alma, transmitidas por el Ángel Solar, animan su creatividad y lo inspiran. Las instigaciones impulsivas, provocadas por las vibraciones lunares de la sensualidad astral inferior son subyugadas. Por su recogimiento empático constante ‘inhala’ la creatividad y alta inteligencia del Ángel Solar. Su Cuerpo Causal arropa de forma constante su Personalidad, ‘la Sombra de su Alma’. Por la empatía de su mirada interior, le aparecen al Mago blanco, cada vez con más claridad, imágenes y formulaciones del plan de vida, que le había reservada su Alma al encarnar.

 
Flame Violet Ascension - Aurélien Pumayana Floret

El Alma y el Punto medio

El Alma, al nivel de Su propia intuición, el plano búdico, está en profunda meditación. Desde este estadio de recogimiento elevado, el Ángel Solar inspira a la Personalidad con sus corrientes vibratorias intuitivas. El Mago blanco reconoce estas frecuencias como ‘impulsos superiores’ o intuiciones. Son transmitidos desde los cuerpos sutiles de la Tríada espiritual por medio del ‘sutratma’. Es un hilo ultra conductor anclado en ‘el Punto medio’, el lugar de contacto y comunicación con el cerebro físico. Su nivel vibratorio se sitúa en la banda frecuencial manásica o mental al cuarto subplano etérico.

Nota: se puede determinar la situación del ‘Punto medio’, imaginando una recta horizontal partiendo desde un punto entre las dos cejas y otra recta vertical descendiendo desde la fontanela. A la intersección de estas 2 líneas se halla el ‘Punto medio’, 2 cm. más adelante que su aspecto físico, la glándula pineal. 

Es vía el sutratma que el estudiante Mago blanco se   identifica con su Ángel Solar o Alma. Abriendo esta línea de comunicación entraremos en contacto directo con el Ángel Solar y nos transformaremos en un Mago blanco.
                                                                 

La Invocación del Mago blanco
                                                    
<<Acércate a mí, Tú que
eres mi verdadero Yo:
mi Luz, mi Alma...
Tú que estás coronado de Gloria...
A Ti te invoco.
Acércate a mí, mi Señor, a mí, que soy
Tu vano reflejo en el inmenso mar
de la Materia...
Sin Ti no soy nada,
 en Ti soy el Omni-Yo
existiendo en Tu Individualidad
 hasta la eternidad.>>

***


                                           

Cuerpo Causal y Ángel Solar (VII)






EL ÁNGEL SOLAR
Parte VII


*
 
Finalización del trabajo del Ángel Solar


El Ángel Solar, este miembro prestigioso de la Quinta Jerarquía creadora, fue llamado al servicio del Hijo del Hombre. Su tarea consiste en vincular, mediante las virtudes del Alma, la inteligencia de la Personalidad humana con la Sabiduría de su Mónada.  Supervisa la evolución mental de la persona a su cargo. Actúa como heraldo de la Mónada humana, esta Presencia misteriosa y radiante, que emana del Centro vital de cada Ser humano, su ‘eterno Núcleo de Fuego metafísico’.
La tarea del Ángel Solar se cumple definitivamente, cuando la Inteligencia humana superior se encarna sin intervención y con plenitud en la Personalidad. Esta inteligencia superior es ahora, Ella misma, la gloriosa mensajera de la  Sabiduría y del Poder espiritual de la Mónada o ‘Hijo del Hombre’. 


The Freedom of Love - Francene Hart


La Flor de Loto


Por su belleza y amplitud, el aura humana, la forma palpable del Cuerpo Causal, evidencia el nivel de desarrollo del Ser humano. Esta hermosura sugiere que, con la ayuda de su Ángel Solar, el Ser humano está construyendo el puente, el ‘Antakarana’. Pone paulatinamente la consciencia superior de la Tríada espiritual humana en comunicación directa con la conciencia relativa de la personalidad, regente de la triplicidad física humana. El brillo del Cuerpo Causal aumenta. Provoca, dentro de la esfera ovoidea del Cuerpo Causal, la ascensión de las partículas de pura Luz y Amor. Poco a poco se forma una corona multicolor y luminosa en su parte superior. Se asemeja a un cáliz de oro flamígero o a una flor de Loto incandescente. Nos dice el Maestro D.K.: “es una cosa de rara belleza, palpitando de vida y radiante con todos los colores del arco iris”.
Esta Flor de Loto simbólica posee 12 pétalos dispuestos en 4 hileras concéntricas de 3 pétalos. Los 3 pétalos más exteriores se conocen como ‘los pétalos del Conocimiento’. Los 3 de la hilera siguiente son vistos como los pétalos de la energía vital de Amor’. Los 3 de la hilera aún más interior se conocen como ‘los pétalos del Poder espiritual’. La hilera de los 3 pétalos centrales son más lumínicos. Reflejan la divinidad de la Presencia monádica. Arropan y esconden por su luminosidad ‘la Joya en el loto’. Esta última, dice la Tradición inmemorial, es el portal de entrada del Ángel Solar.
Inicialmente, los pétalos del Loto están todos cerrados. Forman el capullo de la ‘Esperanza de Gloria’. A medida que la Personalidad se desarrolla, los pétalos se empiezan a abrir. Revelan poco a poco la belleza y por fin el resplandor de la Joya.
El Maestro tibetano explica que la abertura de la segunda hilera es particularmente importante. Cuando ésta exhala su perfume, es otra corriente de energía que emana. Expresa la Vida amorosa de la existencia. Constituye la virtud creadora innata de la facultad mental humana. Da la clave, posibilitando  al Ser humano a imaginar y contemplar la naturaleza divinamente noble de su Ángel Solar.


La destrucción del Cuerpo Causal

Cuando el Ser humano ha completado la cuarta iniciación, se realiza la transferencia de la responsabilidad del Ángel Solar al Alma humana. El Cuerpo Causal ha cumplido su propósito y se auto destruye. El Ángel Solar se aleja. La existencia del Ser humano asciende triunfalmente al seno de su ‘Padre en los cielos’. El Hijo del Hombre, dice la Tradición inmemorial, vive ahora la Vida pura del ‘eterno Núcleo de Fuego metafísico’, su Divinidad, el ‘Adi’, manifestándose a través del átomo inmaterial de la ´Mónada humana’, Individualidad inextensa e indivisible, perfectamente auto consciente.
En el Antiguo Testamento, la destrucción del Cuerpo Causal es simbolizado por la destrucción del Templo de Salomón, del cual se había retirado la Presencia divina.
El Maestro D.K., el tibetano, explica: “Esta estructura, que el conocimiento ha construido (el Cuerpo Causal o el Templo de Salomón) es destruida por el Fuego consumidor. Este Fuego consume  la suntuosa prisión, que el Ser humano ha erigido durante muchas encarnaciones, liberando la Luz divina interna.”
Con la retirada del Ángel Solar, el Ser humano se empodera. Eleva su Alma y se identifica con la ‘Presencia’ de su propia Mónada. Descubre este aspecto de Sí mismo, que emana de Lo que la Tradición inmemorial llama a menudo ‘el Padre en los Cielos’. Es cara a cara con ‘el Fuego’ de su purísima Esencia espiritual en Su plano vibracional más elevado. Este Fuego divino consume su Alma. El Hijo del Hombre se ve sublime, plenamente liberado.
Hablando del iniciado, el Maestro D.K. explica:
“El Ángel Solar, con quien estaba en contacto, se retira. La forma con la cual actuaba, el Cuerpo Causal o egoico, desaparece. Solo se queda el Amor-Sabiduría y la Voluntad dinámica, que es la característica principal del Espíritu. El yo inferior sirvió para los propósitos del Yo superior y fue descartado. De igual modo, el Yo superior sirvió a los designios de la Mónada y ya no hace falta. El iniciado se ve libre de ambos, plenamente liberado. Es capaz de entrar en contacto con su Mónada, así como anteriormente aprendió a entrar en contacto con el Yo superior.”


I Am - Jaison Cianelli


El Yo superior

La parte, que más pone a prueba nuestra comprensión, es la afirmación de que el Ángel Solar es el ‘el Yo superior’ del Ser humano y, además, su Luz y su Alma. El Ser humano puede afirmar: ‘yo soy el Ángel Solar’. No se trata de una entidad distinta, que lo influencia desde fuera.  Nuestro Ángel Solar es otro Cristo. Tan íntimo como el Cristo, que  revelaba ser el Maestro Jesús.
Los grandes Devas solares son el súmmum de la inteligencia controladora del plano frecuencial mental humano. Produjeron en el Ser humano el ‘manu’, la facultad de pensar creativamente. Posibilitaba el ‘entrar en existencia’ de la INDIVIDUALIDAD singular del Ego espiritual, el verdadero Yo. La Personalidad es solo una máscara externa. Se define como el ‘yo inferior’ o el ‘pequeño yo’. No se puede hablar de Seres humanos, en tanto que los Ángeles Solares no implantaron y activaron ‘manas’, nuestra sustancia mental de frecuencia superior.


La Mónada humana

¿Pero cuál es la identidad de esta Individualidad singular, este Ego espiritual, este Yo superior? Para responder a esta pregunta, tenemos que tener claro quién está haciendo la pregunta. Para la mayoría de nosotros, el foco de nuestra conciencia se encuentra todavía en la Personalidad o el ‘pequeño yo’ de naturaleza perecedera. Es nuestra conciencia de la no permanencia y, al mismo tiempo, del deseo obsesivo de inmortalidad. Nos motiva a buscar esta identidad interior que, nos enseña la Tradición inmemorial, ‘nunca ha nacido y nunca morirá’.
En la primera fase de esta búsqueda, nos aferramos en identificarnos con el Alma o el Ángel Solar. En la fase siguiente, buscamos, más allá del Alma, e intentamos experimentar meditativamente esta misteriosa ‘Presencia interior’, con la cual ahora intentamos identificarnos. Es nuestra Mónada. El Antiguo Comentario la define siendo ‘un Ser vivo individual, inextenso, indivisible, cuya esencia es un átomo inmaterial auto consciente, que posee un eterno núcleo de Fuego metafísico’.  En esta fase descubrimos con admiración, que esta Mónada es nuestra Identidad divina. Constituye nuestra Esencia espiritual, lo que ‘YO SOY’.


El Nacimiento del Alma

Durante la primera iniciación del Ser humano, el Alma adquiere forma definitiva y permanente. Es la iniciación del ‘nacimiento’. Es el momento, en el cual el Cristo interior emplea por  primera vez el Cetro de la iniciación. Suscita la aparición mágica del Alma humana. Como un niño recién nacido, necesita ser sustentada. Como  una madre, el Ángel Solar concentra toda su atención en esta Alma recién nacida. La joven Alma humana adquiere poco a poco la capacidad de realizar una vida más autónoma. Le posibilita cumplir con Su destino: ‘manifestar la divinidad del Padre’. La tarea del Ángel Solar se desarrolla felizmente. El Alma joven se funde cada vez más con la conciencia del Ángel Solar. Durante largo tiempo son uno, un ente único. Es una fusión íntima. Supera las diferencias de origen. Permite que la Personalidad, ungida por la clara Luz angélica, comprenda y experimente  el sentido profundo de su realidad. Puede exclamar encantado: “Yo soy el Ángel Solar, mi Yo verdadero, mi Luz, mi Alma”.
Sin embargo, esta unión mística no es eterna. A su debido tiempo, el Alma humana adulta se quedará sola para cumplir su misión monádica y el Ángel Solar seguirá su propia evolución superior.


Una presencia mucho tiempo encubierta

Puede que haya habido un intento deliberado de  parte de la Jerarquía espiritual para frenar la consciencia de la existencia del Ángel Solar. Hubiera sido para evitar una interpretación errónea creando un separatismo interior. La existencia del Ángel Solar se reconoció en occidente hace más de 500 años. Sin embargo, esta información estaba celosamente guardada. Hoy en día, emerge una imagen coherente y clara del Ángel Solar así como Su relación íntima con el Alma y la Personalidad.
Cada Ángel Solar cuida de un Ser humano y contribuye a acelerar su desarrollo. Su tarea es específica.  Consiste en ayudar a la Presencia monádica humana a expresarse a través de ‘manas’, una mente superior capaz de ilustrar la Personalidad. El Ángel Solar es el principio medio, que une la Mónada con el yo inferior. Se Le encargó nutrir el Alma humana desde su estado embrionario hasta la autonomía completa. El Alma humana expandiendo Su conciencia incita a la Personalidad a integrarse. Se realizará por el diálogo invocatorio con el Ángel Solar y la construcción del ‘antakarana’.

 
Serie Engelen - Jan de Kok


Cuando el Ángel Solar se marcha…

El Ángel Solar conserva con constancia las características de su propia identidad a lo largo de su prolífera y extensa asociación con el Ser humano. Eso no lo impide compartir generosamente su energía creativa, su vitalidad y consciencia con un grado de intimidad más allá de nuestra comprensión. Cuando la unión con el Ser humano parece completada, el Ángel Solar marcha. Se ha cumplido Su compromiso.
Esto se realiza durante la cuarta iniciación humana. Es el momento  más radical de la línea evolutiva del Ser humano. Supone el sacrificio esotérico de la naturaleza inferior y la pérdida dolorosa de la asistencia del Ángel Solar.
Este abandono del Ángel Solar, Jesús, el nazareno, ‘el Hijo del Hombre’, lo vivió intensamente. Aún atado en la materialidad simbolizada por la cruz, realizó plenamente la magnificencia de Su inteligencia crística. Sintió con claridad el alejamiento de Su Ángel Solar. Rindió Su Alma y gritó:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.



                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         William