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Cuerpo Causal, intermediario imprescindible (II)



EL CUERPO CAUSAL
 Parte II


En la primera parte de este estudio hemos descubierto que el Cuerpo Causal es un cuerpo mental muy afinado en consonancia con el Alma humana. Es un cuerpo añadido, receptáculo de Sabiduría, puesto a disposición del Ser humano por el Ángel Solar. Es el instrumento que beneficia al crecimiento espiritual interno, la actividad del Pensador, su discernimiento, su facultad de abstracción  imaginativa, así como su deseo de meditar.
En esta segunda parte, analizaremos la constitución del Cuerpo Causal desde el punto de vista de la ciencia exotérica como esotérica. Nos ayudará a comprender mejor las causas y los obstáculos de nuestro desarrollo espiritual.



Imagen de Claudia Sapienza


La constitución del Cuerpo Causal

El Cuerpo Causal humano, existiendo en el espacio etérico, está compuesto de más o menos 5.700 millones de burbujas llenas de energía llamadas en la Tradición inmemorial ‘átomos ultérrimos’. Su organización puede ser comprendida por medio de la ‘Teoría de Cuerdas’.

Nota: La Ciencia cuántica-moderna nos explica que la materia está compuesta de innumerables puntos de pura energía llamados átomos. Estos átomos se componen de partículas energéticas subatómicas: los electrones girando alrededor de un núcleo compuesto de protones y neutrones. A su vez, estas partículas subatómicas se componen de quarks de 3 tipos. La Ciencia esotérica así como la exotérica afirman que estos quarks están,  también ellos, compuestos de partículas aún más pequeñas, sub-quarks. En la ciencia esotérica los llaman ‘átomos ultérrimos’.
La Teoría de la Mecánica cuántica intenta comprender la organización de estos elementos cada vez subdivididos en elementos más pequeños. Lo explica con la ‘Teoría de Cuerdas’. Coincide con la descripción que Vicente Beltrán Anglada propone en su libro ‘Los Ángeles en la Vida social humana’. Es una teoría muy interesante. Permite la reconciliación de las aparentemente irreconciliables Teoría de la Relatividad general, aplicada a las estrellas y galaxias y la Teoría de la Mecánica cuántica, que concierne los elementos atómicos más pequeños del universo.


La Teoría de Cuerdas

La ‘Teoría de Cuerdas’ coincide con la descripción que Vicente Beltrán Anglada propone en su libro “Los Ángeles en la Vida social humana”. Explica que el universo entero, de lo más pequeño a lo más grande, está compuesto por un único elemento fundamental minúsculo, los vibrantes filamentos de energía, que la ciencia llama ‘cuerdas’. Es interesante porque, al contrario de la partícula, la cuerda puede modificar sus movimientos de muchas maneras distintas, mientras que un punto energético, no. Por sus muy diversas y múltiples posibilidades de mover y estirarse, cada cuerda determina las características de las mallas básicas para tricotar las realidades de la naturaleza. Son como micro hilos de energía oscilantes. Vibran todas de manera diferente, como las cuerdas de un violín que, según su vibración, emiten distintos sonidos. Las diferentes frecuencias vibracionales de estos filamentos de energía dotan al tejido de punto de las formas materiales de sus características propias, como p. ej. su específica masa y carga.


 Light-Work - Skye Morrison


Las 11 dimensiones

Según la Teoría de  Cuerdas hace falta que existan múltiples dimensiones, deduce la Ciencia moderna. De la misma manera, Vicente Beltrán Anglada, explica que deben existir al menos 11 dimensiones para que los puntos de energía atómica, mediante sus ‘cuerdas’, puedan mover y así expandirse libremente en todas las direcciones. El tiempo forma 1 dimensión. El espacio forma 3 dimensiones más. Las 7 dimensiones restantes son invisibles. Sin embargo, son muy reales y necesarias. Dan la posibilidad a las cuerdas de estirarse en diversas direcciones y tejer membranas, cuyas medidas pueden llegar al tamaño del Universo.


¿Somos prisioneros de las 4 primeras dimensiones?

Las 11 dimensiones, según la Teoría de Cuerdas, se encuentran todas en el mismo espacio que nuestro propio universo. Entonces, ¿por qué no podemos ver ni tocar las otras dimensiones, más allá de las 4 primeras a las cuales estamos acostumbrados?
Porque nuestro universo de 4 dimensiones, explica Vicente Beltrán Anglada, se compone de cuerdas, formadas como un bucle abierto, del cual cada extremo está sujeto a una membrana aislante. Estas membranas aislantes impiden el contacto con la energía eléctrica de dimensiones más allá de las 4 primeras. A causa de este aislamiento, las partículas de nuestro universo de 4 dimensiones no pueden escapar a otras.
En paralelo, existen  cuerdas, que tienen la forma de bucles cerrados. Al no estar sujetas a ninguna membrana aislante, la vitalidad eléctrica de estas cuerdas hace que no sean prisioneras de las dimensiones. Pueden desplazarse libremente de una dimensión a otra y abrir sus consciencias a ellas. Actualmente miles de científicos y otros buscadores en el mundo continúan trabajando en búsqueda de más respuestas. Se preguntan ¿por qué los bucles de las 4 primeras dimensiones están abiertos y dotados de aislantes? (https://www.cfr.org/explainers)


La visión de la tradición inmemorial

Los átomos ultérrimos, dice la Tradición inmemorial, son una forma de micropartículas con bucles cerrados. Son creados por nuestra Deidad solar. Es el poder irradiante de Su Voluntad creadora que mantiene la fuerza de cohesión de estos átomos ultérrimos. Si esta Voluntad solar fuera retirada, el átomo ultérrimo desaparecería al instante y dejaría de existir.
Los átomos ultérrimos de origen solar forman un glóbulo, como el ‘Koilon’ de los griegos, existiendo por la ‘cohesión de un grupo de agujeros energéticos’. Esos agujeros de energía constituyen la sustancia raíz última de la materia, antes que ésta se transforme en vacío.  Esta cohesión de un grupo de agujeros energéticos da al átomo ultérrimo una forma en bucle cerrado. La conductividad de este bucle cerrado es integral. Puede integrarse a cualquier otra dimensión, también a las 4 dimensiones de nuestro espacio-tiempo.
Así pues, es importante saber que, animado por la Vitalidad de la Deidad solar, el átomo ultérrimo, capaz de entrar en nuestras 4 dimensiones, no llega de fuera de nuestro sistema solar. Surge de la Fuerza interior, la Voluntad imaginativa de nuestra deidad solar. Constituyen la sustancia magnética del Cuerpo Causal humano.


Imagen de Claudia Sapienza


El indestructible átomo ultérrimo

La imaginación creadora de nuestra Deidad solar es de una magnitud muy superior al átomo ultérrimo mismo. Es un poder bifuncional. Crea en pareja a la vez la forma y el contenido del átomo ultérrimo: un glóbulo (la forma) lleno de vitalidad (el contenido). El átomo ultérrimo surge desde el interior de nuestra Deidad solar. Forma la sustancia del Cuerpo Causal humano. Es cargado de un magnetismo tal, que es imposible separar su fuerza interior de la forma exterior. Este átomo es indestructible. Su fisión nuclear es irrealizable. Ningún ser, que sea bene- o malevolente, es capaz de interferir en su integridad.



Los glóbulos de vitalidad del Cuerpo Causal

Así, el átomo ultérrimo no ‘es’ y desde luego no existe en sí mismo, dice la Tradición inmemorial. Existe o se manifiesta solo en función de la Imaginación creativa de la Deidad solar nuestra. Aparece en nuestras existencias como un glóbulo de pura vitalidad. Esta Fuerza vital y su cohesión dependen enteramente del esfuerzo de Voluntad de la Deidad solar. Si este esfuerzo fuera retirado por un solo instante, el conjunto de glóbulos del Cuerpo Causal se desplomaría.
Los clarividentes ven, flotando en la atmósfera etérica, como los glóbulos de vitalidad forman la sustancia básica del Cuerpo Causal. Irradia, dicen, una gama de colores extraordinarios. Están siempre en movimiento y cambian de tono según los impactos circunstanciales.  Es con más o menos 5.700 millones de estos glóbulos, con los que el Ángel Solar construye tal obra de arte, le da vida solar y su forma ovoidea.


Imagen de Claudia Sapienza


Unas reflexiones

Esta exposición con carácter más científico nos hace entrever, que el Cuerpo Causal es un espléndido regalo del Ángel Solar. Es un precioso instrumento de perfeccionamiento originado por nuestra Deidad solar. Pone las cualidades de su capacidad multidimensional a disposición de la Raza de los humanos, para que la Luz, el Amor y el Poder de dimensiones divinas restablezcan el ‘Plan’ en Gaia-Sofía, nuestra Tierra. Conscientes de eso, miles y miles de Servidores del mundo se ponen en consonancia con su Cuerpo Causal y su Ángel Solar, cuando recitan la ‘Gran Invocación’, prodigada en 1947, en Paris, por el Maestro ascendido Djwahl Khul, el tibetano.
En este estudio minucioso aparece también en filigrana el papel importantísimo del Ángel Solar, presente al lado de cada ser humano. La Deidad solar invocó su intervención, porque es un gran Ser angélico, un mahadeva, particularmente especializado en el dominio de la manipulación de la sustancia mental cósmica. La Tradición inmemorial enseña que, además, tiene la tarea específica de captar y, por medio del cuerpo etérico humano, inducir el flujo de ‘fluido de Amor Solar’ en la Personalidad humana con vistas a vitalizar y animar su cuerpo físico, astral y mental.
El análisis de la constitución del Cuerpo Causal nos hace entender también, porque el Ser humano está temporalmente limitado a experimentar en las 4 dimensiones del tiempo-espacio. En su estadio de desarrollo actual, la mente no permite salir de estas dimensiones del tiempo-espacio. No permite cerrar el bucle de nuestras partículas mentales e integrarlas en otras dimensiones.
Un día no tan lejano, por la gracia del Ángel Solar, el Ser humano será profundamente consciente de la naturaleza solar multidimensional de su Cuerpo Causal. Será capaz de entrar en consonancia con sus átomos ultérrimos. La potencialidad del Cuerpo Causal permitirá que nuestra conciencia se eleve para expandirse en las otras 7 dimensiones.
Existen ya actualmente métodos eficaces, que permiten, mediante el uso del Cuerpo Causal, un refinamiento más intenso de la sensibilidad mental humana. Ayudan a elevar la vibración de la mente del Ser humano para que pueda entrar en consonancia con las frecuencias de los átomos ultérrimos. El arte de la meditación creativa es una de estas disciplinas. Da la oportunidad, por consonancia, de transgredir las limitaciones de las 4 dimensiones del tiempo-espacio y así amplificar la conciencia. Todo eso sin olvidar, insiste la Tradición inmemorial, que los átomos ultérrimos son poderosos ‘glóbulos de vitalidad’. Cuando el meditador se abre a su influencia, la vivacidad y la lucidez de su existencia física se intensifican como por encanto.
Así pues, nuestro Cuerpo Causal es mucho más que una sustancia mental superior. Tiene virtudes divinas y solares por sí mismo. Ha sido puesto a nuestra disposición para que lo utilicemos. Abriendo el Portal cósmico del Punto medio, es posible entrar en consonancia con su poderosa Sabiduría y vitalidad solar. Da al Ser humano, gracias a esta consonancia, la mágica oportunidad de acceder por consonancia a nuevas dimensiones de conciencia.
Estemos convencidos de la extraordinaria oportunidad ofrecida. Seamos conscientes de la nobleza de la constitución del Ser humano y actuemos en consecuencia. 
William




 









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