El Antiguo Comentario

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¿YO...? un Transeúnte, un eterno Núcleo de Fuego


Dedicado a mis amigos,
especialmente a Mariona  

He vivido un sueño...  

 

Yantra Wings - Daniel B. Holeman
         
        Soy un eterno Núcleo de Fuego. Soy muy especial, porque en mí está grabada la conciencia de mi arquetipo humano. Soy único, original, macrocósmico...: Yo. Como Núcleo, poseo una vestidura de estructura especial, mi átomo permanente. Éste está cargado de la memoria de todas mis existencias anteriores y ¡sí!, de mis intenciones y posibilidades del futuro. Tengo otras dos vestiduras, son luminosas y de una belleza que, vosotros en el otro lado, no podéis ni imaginar. Son mi Espíritu y mi Alma. Son mis medios de contacto e intercambio durante todo mi largo ciclo de encarnaciones.


Fuera del tiempo-espacio

Estoy en otra dimensión. No es, como unos piensan, otro lugar. No, es otro estado.  Aquí no estoy limitado por el tiempo-espacio del físico denso. Es ‘un estado’ paralelo a las limitaciones del tiempo-espacio y no ‘otro lugar’.

Sí que allí hay un tiempo, pero donde el pasado, el futuro y el presente existen de manera simultánea, en fusión y sin ninguna oposición entre ellos. Lo experimento como una suerte de no-tiempo.

También estoy en un espacio. Pero es muy especial. Aquí nada es localizable. Todo es al mismo tiempo en todas partes sin ninguna molestia, ni limitación. Lo comparo un poco con las características de los sonidos. Tienen una fuente, por ejemplo los 40 instrumentos de una orquesta. Cuando los 40 diferentes sonidos son emitidos, se escuchan en todos los lugares a la vez, sin que sean localizables en un sitio u otro del auditorio. Lo llenan sin molestarse, lo más mínimo, los unos a los otros.

Me cuesta explicar el tiempo-espacio de mi estado de conciencia en esta dimensión. Es tan diferente del de la existencia... 

 

 

Me siento eterno

        En este estado de conciencia, fuera del tiempo-espacio, (¡pero que lo incluye!), tengo la maravillosa sensación de una Libertad y Poder ilimitados.

 

Enchanted Wings - Daniel B. Holeman


      Aquí, todo es posible al instante, no importa que sea en el futuro, pasado o presente. Me hace sentir eterno. Yo, un Núcleo de Fuego vestido, en este momento de permanencia, con mi átomo, Espíritu y Alma, sé que nunca nací, ni moriré jamás. Fantástica sensación.

 

Retornar para amplificar mi conciencia

Mi Alma me encomendaba, aprovechando de mi estancia en la dimensión celestial, tener en mente la posibilidad  de un montón de perspectivas, que aún no he podido realizar en la existencia. Experimentándolas, podría ampliar mucho la conciencia divina mía. Me explica, que la intención no es tanto ser más sabio o experimentado. No, el verdadero motivo es, por medio de nuevas experiencias, intentar acrecentar mi microconciencia de humano encarnado de tal manera que, un día, se confunda con la macroconciencia del Omniverso.

“Para  escoger las experiencias más adecuadas para mí, -me aconseja mi Alma-, tienes a disposición, al infinito, una amplia variedad de posibilidades. Puedes probarlas todas ya inmediatamente en esta dimensión, si quieres, y  seleccionar las que van a tener más éxito en tu futura reencarnación, la dimensión tiempo-espacio física. Las posibilidades selectas formarán parte de tu programa de existencia. Te serán muy, muy útiles para ampliar tu conciencia terrenal.” 

Yo, un eterno Núcleo de Fuego, quería realizar tal programa. Guiado por Sabios ancianos, apliqué en mi dimensión celestial numerosas posibilidades y aprendí mucho. Unas me parecían interesantes. Podrían servirme para hacer algo muy original en mi próxima encarnación. En el fondo de mi luminoso Espíritu  fermenta ya  el deseo de retornar. Las perspectivas escogidas entusiasman a mi querida Alma. Mi deseo de existir aprieta. Me siento listo


Los agujeros magnéticos

Es así como Yo, el eterno Núcleo de Fuego, iba a buscar, ayudado por mi Espíritu y Alma, entradas hacia mi familiar tiempo-espacio del mundo físico. "Tienes que buscar forques", me dijeron los Ancianos sabios. Estos vórtices son accesos cuánticos interdimensionales del espacio infinito. Son provocados por la fuerza de gravedad universal, que fabrica el espacio-tiempo. Me decían que son lugares de entrada a otras dimensiones. Permiten, que Yo, como Núcleo de Fuego, tenga acceso al  espacio-tiempo de nuestro planeta Gaia. La fuerza de gravedad de estos portales provoca campos magnéticos, en los que Yo, un eterno Núcleo de Fuego, puedo ser absorbido para encontrar y fusionar con un óvulo y un espermatozoide atraídos, ellos también, por la misma gravedad magnética.

Portal of Light - Daniel B. Holeman


        Dicho más sencillamente, estos "forques" son las puertas de entrada o salida, ‘portales’, dicen los científicos, que se abren a otras dimensiones. En mi caso son portales que permiten que mi vida se transforme en mi existencia como Ser humano encarnado en el planeta Gaia.



Escoger el buen portal

           "Pero, ¡atención!, -me dicen los Sabios-, los agujeros magnéticos que encontrarás son innumerables. Cado uno tiene sus características. Expresan las cualidades de los óvulos-espermatozoides que encontrarás".

“No hay que precipitarse, -me dice el Alma-, aunque la atracción sea muy fuerte. Quédate a distancia y déjame primero sentir si la consonancia encontrada es adecuada y conviene a nuestro nuevo proyecto de existencia. Tengamos cuidado, sino sufriremos para realizar lo que queremos”.

            Y así pasó. Me encarné en un relámpago y mi Alma me gritó: “¡Bien, bien! En este primer paso del encarnar,  la elección hubiera podido ser peor”... el sentido del humor de mi Alma.



Me vuelvo amnésico y nace la irrealidad

Aspirado por la gravedad magnética, el impacto con el mundo físico ha sido tremendo. Ni siquiera me he podido dar cuenta y ya estaba encarnado. Lo peor es que me volví amnésico por el choque... como pasa a veces en accidentes de coche. Había perdido la memoria de mi genuina naturaleza divina y de mi vida en otras dimensiones: ¡Pánico!


Revival - Olga Kuczer
 Sin embargo, poco a poco se forma, por el estímulo condicionante de mi entorno, una nueva memoria. Se formó por el impacto a partir de mis experiencias en el útero de mi madre. Al iniciar eran sensaciones muy vagas de calor, movimientos, ruidos y reacciones. Me sentí simplemente como un feto. Pensé: “soy un feto”. Hubiera tenido que decir: “soy un eterno Núcleo de Fuego en un feto”. Primera irrealidad... confundí lo real con lo irreal. Atrapado. No podía pasar ‘de lo irreal a lo real’, como dice la Sabiduría inmemorial. Definitivamente, pensé: “soy un feto”. Más tarde, eso fue confirmado desde afuera, cuando me dijeron: “eres un niño” y me dieron un nombre “‘eres William”. Pensé: “Sí, soy William en gestación”. Otra irrealidad. Me conformé. No, no soy un eterno Núcleo encarnado en un niño  llamado William.



Mi infancia, obediente

             Nací con bastante resistencia y ahora soy, en gran parte, un niño feliz. Mis padres eran muy atentos y cariñosos. Yo los consideraba como mis dioses. Me sometí con felicidad, la obediencia perfecta me daba mucha satisfacción y muchos ‘regalos’. Enseguida mi pequeña personalidad comprendió que se pueden comprar regalos ejerciendo la sumisión y la conformidad. Otra irrealidad...

 
"¿Quién soy yo?... ¿De dónde vengo?"

 

El malestar de la adolescencia

 ¿Feliz? En cierta manera pero... por poco tiempo. Al terminar mi infancia, empecé a encontrar en sordina un cierto malestar, una angustia. No venía de afuera, más bien de adentro. Tenía un sentimiento de algo negro, un vacío escondido en la profundidad de mí mismo.  Esto explica el porqué, de vez en cuando, me comporté según decían mis padres, como un ‘rebelde sin causa’.

Lo peor es que esta cosa vacía y negra no paraba de crecer. Y, ya adolescente cerca de ser adulto, me vino la pregunta ‘¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué estoy aquí con este malestar? ¿Para hacer qué o ir hacia dónde?  Al inicio era soportable. Por suerte no tenía mucho tiempo para pensar. Mis padres insistieron mucho para que me concentrara mejor en lo que debería ser la sola meta de mi existencia: estudiar y hacer carrera. ¿Ser feliz? veremos... 

Sin embargo, mis preguntas filosóficas, que  otros no se planteaban, perduraron cada vez más punzantes. Pero asentí. Por conformidad me encontré feliz en ‘la irrealidad’, pero ‘en realidad’ no lo era. Lo escondí como un secreto, como algo anormal... 
¡Hay que ser  feliz! y... conforme, es la norma.

 

Mi pequeña ‘voz del silencio’

            Un día entendí como una voz interior que susurraba: “¿...y si hubiera otra cosa en tu existencia? ¿Habré perdido la memoria de algo mucho más importante?”. Confiando mis dudas a otros, inmediatamente me vinieron  reacciones, contundentes e inapelables. “Todo eso son sueños, irrealismo (hi!hi!), especulaciones. Hay que ser práctico, realista (¡otra vez!), calculador: primero la carrera y la familia”.

Introspector - Gilbert Williams
Pero la pequeña voz continuaba susurrando con dulzura: “atención, atención, no elijas mal. Los de afuera quieren desviar tu atención... son muy fuertes. Poseen nano robots fabricados con inteligencia artificial para impedir que sepas...” Me di cuenta que la dulce voz salía de mi vacío. Cada vez presionaba más y más. Siempre la escuchaba mejor y más clara, particularmente cuando estaba solo o en reposo. Me dije con una sonrisa un poco pícara: “Debe ser mi voz del silencio”. Lo había leído en uno u otro libro. Mi dulcecita voz  interior insistiendo me susurraba “... en ti se halla oculto el tesoro de los tesoros”.  ¿Ah sí? Me hizo recordar otro misterio mitológico, el famoso ‘conócete a ti mismo’ de los griegos. Tenía presente que estaba grabado en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos. ¿Otra sabia expresión mítica?

 

Cuando lo irreal  dícese ser real

“¡Otra irrealidad, tu imaginación se burla de ti!”, reaccionó mi personalidad con un ‘realismo’ (¡no me digas!)  imperativo. Estoy realmente en un lío. ¿Qué es real o  irreal? Las cosas están al revés. Para no escuchar la pequeña voz perturbante de mi imaginación, me iba, huyendo, a gozar de la locuacidad de mis amistades y de la verborrea televisiva. Pero nada cambió. Continuaba sintiéndome infeliz por este vacío interior insoportable. Intentaba olvidarlo. Pero en vano. Siempre había esta carencia, esta insatisfacción profunda... ¿por qué?

            Lo tengo todo para ser feliz según el modelo de mis padres y de mi entorno. Además, parece que los otros no tienen esta insatisfacción permanente. Seguro que deben esconderla muy, muy bien...

 

Ariadna

            Me sentí como atrapado en un laberinto, desesperado. No había posibilidad de encontrar la salida.

El hilo de Ariadna
Un día en que mi depresión estaba más aguda, escuché otra vez mi pequeña ‘voz del silencio’. Era pura dulzura femenina. Pensé en Ariadna. Había leído en un tratado de mitología, que era la hija del rey Minos de Creta. Su padre tenía, en un laberinto,  al minotauro, a quien había que alimentar con carne humana. Ariadna estaba enamorada de Teseo, el hijo del Rey de Atenas, que se ofreció a ir a matar al minotauro antropófago. El problema era que vivía en un laberinto del que no se podía escapar. Ariadna sugirió a Teseo que podía ayudarlo con un truco. Le regaló un ovillo. Reaccionando a la cara sorprendida de Teseo, le explicó con una sonrisa cuca: “Una vez en el laberinto, desenróllalo para que te sirva de guía en el camino de regreso”... ¡Genial!

Fue como si me sintiera implicado en esta historia. El mito se concretizó en mi realidad. ¿Sería Teseo mi Espíritu con Su espada de Fuego? ¿Sería el minotauro mi vacío interior, que está comiendo sin parar mis  fuerzas vitales, mis ganas de vivir? ¿Sería el laberinto mi conciencia limitada, sin salida y creada cuando encarné amnésico por las experiencias siempre impuestas desde afuera y formando los muros de este laberinto? ¿Es el laberinto el que me impide recuperar la conciencia divina del eterno Núcleo de Fuego que Yo soy?   ¿Sería Ariadna mi Alma, mi Ángel Solar, que me regala la idea del "hilo" permitiéndome escapar del laberinto? Sería el ovillo la conciencia divina mía aún enrollada y que tengo que desenrollar entrando en el laberinto para ir  a eliminar mi amnesia, el minotauro?


Saliendo de mi sueño

            Las preguntas me vinieron sin parar y las respuestas siempre eran “¡obviamente!”. Era como una iluminación.

Ariadna y Teseo - Niccolò Bambini

        Ya no estoy en mi sueño. Descubro que mi misteriosa ‘voz del silencio’, como Ariadna,  me empuja a desenrollar el ovillo de la Sabiduría de mi eterno Núcleo de Fuego. Me hace comprender lo que los símbolos y las metáforas, incluso los mitos, puedan revelarme, como espejos, lo que la Conciencia de cada Núcleo de Fuego humano conlleva. Descubro que, estando a la escucha de mi ‘voz del silencio’, puedo dar sentido a mi vida encarnada, más allá del laberinto de la existencia y... ¡que me estoy recuperando de mi amnesia!! Con la espada de Fuego de Teseo, mi Espíritu, estoy matando al minotauro, el rey de lo irreal, devorador sin parar de la vitalidad de mi existencia.  

            ¿Sabéis? mi despertar es como una explosión de la verdad. Cambia totalmente el paradigma de mi vida. Me siento Teseo. Con mi espada de fuego, quemo los obstáculos en la sombra. Nuevas perspectivas se abren. Nuevas maneras de ver la existencia me guían y aclaran. Ya no tengo miedo, ni estoy cansado. El mundo de la inteligencia artificial, que me manipulaba sin parar desde afuera, se aleja de mí. Sólo me queda como un viejo recuerdo de lucha sin sentido.



Yo no soy de este mundo, soy un transeúnte

Ahora entiendo las palabras de Jesús, que manifestaba Su Cristo, cuando proclamaba frente al Juez judío, que le acusaba de pretender ser un rey: “Yo no soy de este mundo”... estaba sólo pasando como transeúnte para explicar a los humanos que son inmortales, divinos y arropados con Amor infinito.

Jesús les decía: ..."Yo no soy de este mundo" Juan 8:23
          
      Realmente, se ha terminado el sueño. Lo real sublima todo lo irreal. Soy un transeúnte como Cristo.  Gracias Ariadna, mi Alma,... ¡encantado de conocerte!!!
                                                                                                    William
oOo


2 comentarios:

  1. William, eres un gran poeta, que semejanza compartimos y que iguales somos con nuestro propio arquetípo, palabras que resuenan en verdad pura. Mil gracias!!.disfruto mucho con tus articulos

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  2. ¡Muchas gracias Marta por tu comentario!!
    William está muy satisfecho del efecto de sus artículos en ti, te manda un abrazo luminoso!

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