En
el mundo en el cual estamos encarnados, la dualidad Luz-Oscuridad es
un concepto de
Conciencia. Por medio de una lucha permanente busca realizar la
existencia perfectamente
equilibrada del Espíritu y de la Materia..
La
Vida del eterno Núcleo de Fuego del Ser humano constituye la Fuente
vital de estos aspectos
Luz-Oscuridad reflejados por la Conciencia humana. La Vida "ES",
escondida en
la morada del eterno Núcleo de Fuego del Ser humano. Cuando entra en
movimiento se
transforma en Existencia. Aparecen el Espíritu y la Materia.
Para
realizar el equilibrio y la fusión de estos poderosos aspectos de
Consciencia, la divina
Sabiduría, como un perfume, emana de la Vida del eterno Núcleo de
Fuego humano.
Con su fragancia, impregna la magnificencia de la Existencia. La
Materia se ilumina
maravillosamente.
Cuando, desde Su evolución primitiva, el Ser humano llegó a un estado de auto-conciencia, apareció Su libre albedrío. Desde entonces, posee la posibilidad de escoger y ejercer Su soberana Libertad. Por Su libre elección regala a la Luz la posibilidad de manifestarse como un SERVIDOR del Espíritu humano. Este Servidor se conoce como El Ángel Solar.
En
paralelo, compensando esta aparición luminosa, el Libre albedrío
puede también favorecer
la manifestación de la Oscuridad como SERVIDOR del físico denso, el aspecto
material y mecánico del Ser humano. Este Servidor de lo Oscuro se
conoce como el Guardián del Umbral.
El
meditador, para guiar Su existencia, busca la ayuda inspiradora de Su
Sabiduría divina
que siente emanar de la Vida de Su eterno Núcleo de Fuego. Con Su
claridad puede
promover la armonía y luego la fusión de estos dos divinos
Servidores. Vuelve transparente
la oscuridad de la Materia del Cuerpo físico. Iluminado, radia la
plenitud del
Espíritu.
Este
trabajo del meditador debe ser constante y en alerta. La Luz y la
Oscuridad son dos
polos energéticos extremos y opuestos. Hace falta mantener con
constancia el equilibrio
y la armonía entre ambos. Permitirá que se ponga en marcha la
Inteligencia divina
y creativa del Ser humano. El meditador lo Sabe. La creatividad
humana sólo es divina,
cuando la Sabiduría de la Vida de Su eterno Núcleo de Fuego la
inspira. Incendia
el corazón y permite la proyección de otra capacidad, la dinámica
y divina Energía
de Amor. Atrae los dos polos Espíritu-Materia y los pone en un
equilibrio armónico.
Por Su magnetismo, los polos opuestos fusionan, nobles, iguales y en perfecta
libertad.
De
la fusión por Amor de los polos Luz-Oscuridad nace un tercer estado
de consciencia creador,
el tercer SERVIDOR, el Cristo interior. Encarna como la Conciencia conciliadora
de la divina energía de Amor. Al principio es activo, como un Niño escondido,
radiando desde el corazón físico humano. Adulto, será un
majestuoso Cristo manifestando
su divino carisma en todas las células de su presencia física.
Cumplirá el propósito incrustado en lo más
profundo del eterno Núcleo de Fuego de cada Ser humano. Manifestará
la esplendidez
de su dimensión cósmica por medio de la noble Materia y Su
luminosa Aura.
Por
el constante trabajo creativo en meditación, la libre personalidad
del meditador puede
colaborar conscientemente para realizar esta Tríada del
Equilibrio, del cual surge el
Cristo interior. Su Fuego fusiona con el Fuego del Espíritu y el
Fuego intrínseco, igualmente
sagrado, de la Materia.
La
metamorfosis de Tres en UNO se manifiesta.
William
wvanmarsenille@yahoo.es
Precioso, gracias!!
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