LA GRAN INVOCACIÓN
Por Torkom Saraydarian
La Gran
Invocación es un
potente mantram de curación. Limpia todos los obstáculos en los tres mundos de
la personalidad, deja que la energía divina fluya a través de los vehículos
humanos, y lleva el fuego curativo, unificador y transformador a través de
todas las formas humanas y planetarias.
La Gran Invocación construye puentes o líneas de comunicación entre los centros etéricos del corazón, de la garganta y de la cabeza, y las radiaciones de estos centros se interpenetran entre sí y crean un escudo eléctrico de protección en torno de la personalidad. Luego, la influencia del mantram se expande y toca el punto del Poder, el punto del Amor y el punto de la Luz en el universo. Estas energías que fluyen dentro de usted y a través de usted se dirigen a todo el universo, y especialmente a aquellos lugares que necesitan limpieza y curación: lugares donde se derrama sangre; lugares donde se humilla la dignidad humana; lugares donde se desperdicia la energía del cuerpo humano, de las emociones y la mente; lugares que obstruyen la energía vital circulatoria y crean "lagos" estancados, "áreas" infectadas en el cuerpo planetario. Como un gran rayo de luz, la energía de La Gran Invocación debe dirigirse dentro de estos lugares oscuros.
Aquí debemos mencionar que tales lugares degenerados pueden recibir excesiva energía y estimularse más en su dirección de actividad. La corrupción, el derramamiento de sangre y el crimen pueden aumentar, pero si la corriente de energía se derrama firmemente hacia tales lugares, gradualmente la luz aumentará y los vicios empezarán a desintegrarse. De ese modo, se destruyen montones de ilusiones y hechizos, se quitan los barrotes de las prisiones, y los prisioneros son puestos en libertad.
Al realizar tal trabajo sagrado, debemos ser muy cuidadosos para no proyectar nuestros hechizos o ilusiones hacia nuestros objetos, y para no construir formas-de‑pensamientos especificas acerca de individuos, grupos, naciones y acontecimientos; en lugar de ello, debemos estar en la luz del Alma y liberar la energía hacia las ubicaciones físicas, emocionales y mentales, y dejarla allí en libertad para que lleve a cabo el trabajo de quemar, limpiar y eliminar los obstáculos en el sendero hacia el progreso. Canalizaremos las energías, y las cosas ocurrirán a tono con el Plan divino y de acuerdo con el karma del punto focal.
Para clarificar este punto digamos que si encauzamos la energía hacia un individuo que está enfermo, o que está en un hechizo, o en una ilusión, debemos visualizar al individuo y enviarle la energía triple, formando una atmósfera de Luz, de Amor y Poder en torno de él. 0 visualizaremos un club nocturno, o un sector de guerra, y derramaremos allí nuestras energías, sin demandar un efecto curativo o limpiador, sin imaginar el modo en que queremos que esté el enfermo, o el punto focal de cualquier grupo o individuo a cambiar de éste o aquél modo. Sólo crearemos las condiciones apropiadas, y dejaremos que las cosas ocurran como han de ocurrir, según el karma implícito.
Si después que encauzamos la energía, la persona enferma fallece o actúa de un modo que no esperábamos, nos limitaremos a mantenernos indiferentes, sabedores de que el bien ocurrirá de un modo que está más allá de nuestros cálculos.
En otras palabras, no debemos determinar el resultado. Nuestro deber es derramar firmemente la Luz, el Amor y el Poder, sin identificarnos con personas, lugares ni acontecimientos, sino cultivando un alto nivel de indiferencia hacia los resultados.
Cuando entonemos de ese modo La Gran Invocación, usaremos nuestra visualización, concentración y poder volitivo, que llevará la energía al sitio propuesto y dejaremos que allí se suelte.
El poder volitivo no se usa para formar nada, para gobernar nada, para cambiar nada del modo que lo queremos, sino que está allí sólo para llevar a destino la energía triple de la luz, del amor y del poder.
Primero, usted esparcirá esta energía triple por todo el planeta, y en casos de emergencia la proyectará hacia los individuos, grupos, partidos, naciones y lugares.
Así aprenderá a encauzar energía divina y a ser un mago blanco. Pero recuerde que un mago blanco es un hombre que está en la luz de su Alma, y opera desde allí con el aspecto del alma de todas las formas.
La Ciencia de la Meditación, pág. 116/8
Fuente http://hermandadblanca.org/biblioteca/la-gran-invocacion-del-maestro-tibetano/
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Compuso cientos de piezas musicales reflejo de su entrenamiento en la Sabiduría Infinita.
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