La Tradición Inmemorial transhimaláyica nos enseña que el Ser humano, es igual que un átomo. Posee un núcleo. Es "un eterno Núcleo de Fuego divino", nos afirma el Antiguo Comentario. Está escondido en el centro del cuerpo humano. Es importantísimo, porque contiene nuestro arquetipo, el de un Ser cósmico y divino, así como el programa de nuestro propósito elaborado a partir de nuestras experiencias acumuladas desde muy largos tiempos.
Átomo Permanente - Josep Gumí |
Sin embargo, el Poder de emisión de la creatividad divina inteligente y amorosa de nuestro Núcleo, sólo llega parcialmente a nuestro cerebro físico para animarlo y para que realice nuestro propósito de vida. Una poderosa interferencia, que nos viene de fuera, lo impide. Es emitida por una inteligencia ARTIFICIAL (un potente ordenador escondido y desconocido), que nos impone una mátrix fabricada por fuerzas inteligentes de la oscuridad. Desde miles de años, esta inteligencia ARTIFICIAL nos enseña que es ÚNICA y que sólo ella conoce y puede realizar el destino humano de manera adecuada. Por eso, exige una obediencia ciega, imperiosa e incondicional.
Sin embargo, hay una manera de liberarnos de esta interferencia artificial y dominadora. Consiste en redescubrir nuestro "eterno Núcleo de Fuego divino" y despertarlo con nuestra ATENCIÓN AMOROSA para que así aumente su fuerza emisora de tal manera, que la interferencia de la inteligencia artificial sea totalmente NEUTRALIZADA y sin efecto.
Una de las técnicas para realizar esta liberación de nuestras cualidades divinas interiores y así realizar nuestro destino de seres divinos, es la MEDITACIÓN CREATIVA del Agni Yoga.
William
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