El Misterio del Sol
El culto al Sol es una de
las más antiguas vivencias religiosas. Brahma, Mithra, Osiris, Apolo..., son todos
personificaciones del Misterio del Sol
galáctico. Son considerados reflejos de la Fuerza divina
irradiada, según la Tradición Inmemorial Transhimalayica, por los Rayos, estos canales de aproximación,
del eterno Núcleo de Fuego galáctico.
Este misterioso e invisible Sol espiritual central se define a menudo
como la Fuente de Vida invisible, La Luz de la Verdad.
El Maestro Djwhal Khul, (el Tibetano), nos enseña
que, en un futuro próximo, durante una cierta Luna llena de Sol en Leo, se
celebrará un gran ceremonial. El Poder de Leo será invocado para reforzar el
contacto de la Humanidad con Sirio, morada de la Jerarquía espiritual, (lo
que el investigador científico moderno llama "los ET benevolentes galácticos,
que vienen desde otras dimensiones").
Sirio es la estrella de la infinita
sensibilidad. Su invocación aumentará poderosamente las facultades
sensitivas de los Seres humanos. Expandirá las conciencias, para que entren en
consonancia con Realidades mucho más allá del "pequeño ego dual y separativo".
La conexión Leo-Sirio
La gran capacidad sensitiva de Leo explica su
estrecho enlace con Sirio. Esta conexión impacta y afina la sensibilidad sutil del Ser humano.
Permitirá, mucho más allá de las capacidades reducidas del pequeño ego dual,
que entre en consonancia con Sirio y la Jerarquía espiritual.
Sin embargo para entrar en consonancia con lo más
grande, es necesario que el Ser humano entre primero en sintonía con su propio eterno
Núcleo de Fuego interior. Asimismo, en
la profundidad de su Ser, el Sol de su sistema personal, el núcleo
central de su propio pequeño universo. Luego, de consonancia en
consonancia, su divina Luz abrirá para el aspirante discípulo horizontes de
conciencia cada vez más amplios.
La estrella Regulus, ‘Corazón de Leo’
La astrología esotérica nos explica
que Sirio se focaliza especialmente en Regulus, una estrella de alta potencia que pertenece
a la constelación de Leo. La Ciencia esotérica la denomina el Corazón de
Leo. Es la estrella que
rige el ejercicio del Poder.
Nos enseña la astrología esotérica del Maestro D.K.:
“Una configuración de
estrellas, de las cuales Regulus forma parte, nos aportará en un futuro próximo
una REORIENTACIÓN señalada del EJERCICIO LEGAL DEL PODER TERRENAL para que las
funciones y las obligaciones de los que mandan estén, en un grado mucho más
alto, al servicio de los nobles propósitos de la Raza humana”.
Un grandioso acontecimiento
El Maestro Tibetano comenta a
propósito de esta reorientación de Poder:
“Será
un trabajo de largo
plazo. Hay mucho por hacer... Sin embargo, cuando todos los aspirantes
discípulos acepten la necesidad de poner sus intereses personales y
nacionales
al servicio del plan acuariano, que ahora está tomando forma en nuestro
mundo,
entonces los humanos de buena voluntad se darán cuenta de que se acerca
un
grandioso acontecimiento, que se podría describir metafóricamente como
la
apertura de una estación energética formando un cósmico foco de Luz.
Este
evento permitirá la construcción en nuestro planeta de una morada de
gran fuerza
energética. Acelerará poderosamente la evolución y la elevación de la
Raza de
los humanos y de su estado de conciencia”
Esta
es la meta de todo grupo inspirado. Sólo la inteligencia práctica y concreta de los humanos, vivificada por la sensibilidad infinita de Leo-Sirio, puede realizarlo. Que nunca
perdamos de vista que la energía sensitiva, que suscita el individualismo
típico de los marcados por Leo y provoca tanto sufrimiento en nuestros
tiempos modernos, es la manifestación de la misma fuente
energética que, en su vibración superior, despierta poderosamente el espíritu de servicio, que trata de plasmar la esencia divina en
formas concretas para la nueva
civilización, para cada reino y ser vivo.
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Imagen de Meganne Forbes
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Las grandes Consonancias del
discípulo Leo
Andando, buscando el
conocimiento de sí mismo, el peregrino espiritual del signo Leo, ya que la
sensibilidad de Leo-Sirio predomina en él, realiza su primera consonancia
básica en su Centro de conciencia más profundo, su eterno Núcleo de Fuego
interior. Concentrando su atención, canaliza hacia esta Presencia íntima
el Fluido de Amor Solar generosamente inducido por su Ángel
Solar. Despertándose por la magia
sagrada de esta ‘Agua ígnea de Amor’, el Núcleo brilla e irradia ahora como un
sol. La consciencia divina del peregrino Leo se despierta y expande. Fusionan
los elementos Tierra, Agua y Fuego. Su sensibilidad afinada se eleva de un
octavo entero. Entra así en fusión con el cuarto elemento Aire, la facultad
intuitiva de su Alma.
Y así, elevándose de
consonancia en consonancia, por el desarrollo de la infinita sensibilidad
siriana, surge en el peregrino de buena voluntad, cada vez con más fuerza,
el anhelo de usar su Poder para servir y
entrar en contacto con el eterno Núcleo de Fuego de otros
humanos con la misma despierta divinidad, así como de planetas, de sistemas
solares, galácticos y omniversales.
Cada aspirante es Leo
La tradición espiritual
transhimalayica nos enseña que la sensibilidad de Leo-Sirio predomina en la existencia de cada aspirante discípulo, cualquiera que sea su signo zodiacal.
La afinación de su sensibilidad por Leo lo incita, caminando hacia el interior, a buscar sin tregua la
amplificación de su consciencia. Atravesando las múltiples capas de la ilusión,
intenta sintonizar con la Presencia viva de su eterno Núcleo de Fuego
interior, su prototipo divino.
Cuando acontece el encuentro ‘cara a cara’ con
esta grandiosa Presencia, que el aspirante discípulo descubre morando en lo más
íntimo de sí mismo, se desvela el significado profundo del grito del Alma: Yo
soy Ese..., un Núcleo de Fuego eterno, ¡sí!!, que nunca nació, ni morirá
jamás. ...y Ese soy yo, un templo construido con todo este conjunto de
chispas divinas de mi cuerpo etérico, escondidas por ‘los ojos que no ven’.
¡Ese soy yo!, esta extensión acrecentada de mis sensibilidades amplificando mi
conciencia terrenal, para que llegue un día, no tan lejano, de fusionar con la
conciencia galáctica de mi Presencia, mi Sol interior. ¡Ese soy yo!
maravillándome, porque los cuatro elementos objetivados en mi
individualidad y mi Presencia solar
íntima ¡somos Uno!!.
Perdido en el Todo, sigo siendo el mismo
Por la Energía de Leo, lo divino inmanente se hace
transcendente y lo divino transcendente, inmanente. El trabajo asiduo del
discípulo lo lleva por fin a la sagrada Síntesis. Sumergido en el océano
de la divinidad galáctica, la Consciencia del eterno Núcleo de Fuego
galáctico es ahora suya. Sin
embargo, permanece siendo Él mismo. Enseña el Maestro D.K.:
“Cada uno de nosotros, durante
su proceso de evolución, es parte de Grandes Seres celestiales, quienes, ellos
mismos, forman uno de los 7 Centros de un Ser celestial mayor. Aunque somos
totalmente sumergidos en el Todo, siempre guardamos nuestra individualidad. Nos
quedamos eternamente entes indivisos y únicos y, al mismo tiempo, en total
fusión con el Todo.”
El Triángulo de la Libertad
Por la entrada en la nueva Era acuariana, se ha formado un
poderoso triángulo galáctico entre Sirio, Acuario y Leo. Nunca en la evolución
de la Raza de los Seres humanos, esta relación triangular galáctica ha sido tan
poderosa como hoy en día. Tiene un doble efecto. De un lado suscita un gran
esfuerzo de expansión de consciencia hacia horizontes cósmicos, por otro una
poderosa tendencia al egocentrismo y el
individualismo.
De hecho para escapar de la consciencia de rebaño, esta labor
egocéntrica es muy necesaria. Durante un tiempo, hace falta pasar por una actitud
de autoafirmación vigorosa. Esto está manifestándose poderosamente en nuestra
civilización y cultura modernas. Sin embargo y al mismo tiempo, este refuerzo
de la personalidad permitirá más
holgadamente el salto hacia la Consciencia de grupo de Acuario, hacia el océano de la Vida, hacia “...la consciencia de Seres humanos
libres, soberanos y solidarios al
servicio de una Raza humana divina y un propósito de Luz y Amor”, explica el maestro D.K.
La Nota clave del Señor del Mundo
Cada peregrino en búsqueda de la
Consciencia divina de su ‘eterno Núcleo
de Fuego interior’,
intenta entrar en consonancia, cada vez con más intensidad, con la sensibilidad del triángulo galáctico
Sirio-Leo-Acuario. Por el despertar de sus facultades sensitivas, descubrirá la
Nota clave del Señor del Mundo, Sanat Kumara, nuestro logos
planetario.
El tono de su Nota provoca una
resonancia planetaria. Es un Verbo creador. Su vibración provoca el impulso
vivificador del Poder del ‘eterno Núcleo
de Fuego’, este
Centro divino del átomo genérico, que forma la estructura de cada ser vivo de
nuestra Tierra. Su Núcleo de Fuego es el depositario de un arquetipo divino.
Cada propósito de existencia intenta desarrollarlo con infinita paciencia.
Agudicemos el oído, pues. Percibiremos con claridad el efecto
mágico de esta nota clave planetaria. Su tono
entrará en consonancia con el tono de la nota que vibra en lo más
profundo de nuestra propia divinidad. Desvelará el gran Misterio arquetípico
escondido en la naturaleza del planeta y del Ser humano. Suena, dicen los
Maestros espirituales, de la siguiente manera:
"Yo Soy la Humanidad divina"
¡Que el Triángulo
Leo-Sirio-Acuario afine vuestra sensibilidad y suscite el
espíritu de servicio!!
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