Otra Génesis
Segunda
Parte
La Génesis del Ser humano
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En la primera parte de este estudio, ‘La Génesis de Gaia’, se describe como,
por la obra espiritual de Sanat Kumara y
la Energía constructiva cósmica de los Devas, se construyeron estos dos “Antahkaranas”,
canales cósmicos de comunicación con Gaia para que llegue el flujo sagrado
de la Luz creativa galáctica de Sofía,
la Sapiente, y el Fluido de Amor
galáctico del Cristo. Apareció así el gran Triángulo de Fuego galáctico enlazando el Sol, Sofía y Gaia.
Es a partir de este momento que empieza la actividad
inspiradora de la Jerarquía espiritual
residente en la ‘Isla blanca’, situada
en un lugar etérico en el desierto de Gobi.
Por la llegada de los ‘Señores
de la Llama’ y la aparición de este gran Triángulo galáctico, la
Energía de Fuego eléctrico cósmico,
el Fuego creador, que hoy en día irradia desde el Centro de Shambhala,
es superior a todas las energías posibles en nuestro esquema planetario Gaia.
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Imagen de Liane Collot d'Herbois (1907-1999) |
La venida de los Ángeles solares a la Tierra
La Energía de la gran Tríada galáctica,
vinculando Gaia, la Tierra, con Sofía y el Sol, provocó otro acontecimiento importantísimo. Llegaron a nuestro
planeta los ‘Ángeles solares’ pertenecientes
al Ashram espiritual de Sofía. Estos
“Prometeos” robaron y luego regalaron, como está descrito en la
mitología griega, a cada Ser singular de la Raza de los hombres el Fuego
eléctrico cósmico, el ‘Fuego de Zeus’. Este regalo permitió que se realizara
la vinculación consciente del cuerpo
del futuro Ser humano, aún de naturaleza exclusivamente animal, con lo que la
Tradición inmemorial llama el ‘eterno
Núcleo de Fuego interior’, la esencia divina de la Mónada humana. Produjo
el hecho de la individualización mediante la cual el hombre-animal adquirió el
poder de autoconciencia individual y la potencialidad de desarrollar y
manifestar las cualidades divinas de su ‘eterno
Núcleo de Fuego interior’.
Es también a partir de este momento que
el Ser humano posee un Alma. Mediante este vínculo luminoso
entre él y Su ‘eterno Núcleo de Fuego
interior’ puede iniciar la comprensión de Sí mismo. Es un acontecimiento
análogo a lo que pasó entre Gaia y
Su Alma, Sanat Kumara.
La
Tríada sagrada de la Raza de los Hombres
Consiguiente a la venida de Sanat Kumara y de los Tres Señores de la Llama se constituyó
el gran Triángulo cósmico de la Raza
de los Hombres calcado de la propia Logia del Logos solar. Se formó a partir de
un Foco central de Síntesis, el ‘eterno
Núcleo de Fuego’ de Sanat Kumara,
el Fuego divino interior del Señor del
Mundo. En cada uno de los 3 ángulos
de este Triángulo divino expresión del ‘eterno
Núcleo de Fuego’ de Sanat Kumara, hay un punto focal: el Fuego de uno de
los otros tres Señores de la Llama. Las
Presencias que forman esta Tríada son,
por unas religiones, definidas como Shiva-Vishnu-Brahma, Isis-Horus-Osiris o
Padre-Hijo-Madre (esta última Presencia generalmente designada como Espíritu Santo o Sofía).
Desde Su ‘eterno Núcleo de Fuego interno’, el Fuego céntrico de la Tríada
sagrada de nuestra Humanidad, Sanat
Kumara, el Señor del Mundo, proyecta tres Rayos divinamente luminosos con
la colaboración de los 3 Señores de la
Llama. Nacieron así los 3 Centros de la Paz, del Poder (Shambhala), del Amor (Cristo,
el Maestro de los Maestros y Su Jerarquía espiritual) y de la Inteligencia creadora (Sofía, la
Sapiente, encarnada en Gaia y que inspira la Humanidad).
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Imagen de Liane Collot d'Herbois (1907-1999) |
El Shambhala interior del Ser humano
Nosotros los Seres humanos, como individuos
singulares, formamos, pues, parte de la Inteligencia activa o creadora de Sofía-Gaia, del Centro de Paz y de la Jarquía espiritual. Somos una
micro-parte íntima del holograma construido por la sagrada Tríada planetaria desde
el ‘eterno Núcleo de Fuego’ de Sanat Kumara.
Por
eso, las grandes Tradiciones consideran al Ser humano un Ser divino. Somos
dotados de las mismas facultades divinas de la Tríada planetaria. Surgen, a nuestra escala, de nuestro propio ‘eterno Núcleo
de Fuego interior’. Cuando nuestro centro de Paz, este Shambhala interior, y nuestro centro íntimo de Amor estimulan el centro de Luz sofiánica, nuestra inteligencia
activa interior, nos hace divinamente creativos, y puede potenciar y dinamizar
nuestro planeta Gaia. Será por
nuestra propia creatividad divina que el ambiente de Gaia-Sofía se volverá sagrado otra vez.
Esta potencialidad divina nuestra pone
en evidencia el importante papel de los humanos. Tendremos que ser responsables.
Es ineludible, nos corresponde realizar en nuestra existencia un propósito
espiritual definido para que sean desvelados y descubiertos horizontes nuevos.
¡A más sabiduría, más responsabilidad!
Despertando nuestro ‘Shambhala interior’,
seremos forzosamente diferentes de antes. Se habrá activado algo que ya estaba
latente en nosotros. Investigando lo que es este ‘Shambhala interior’, nos
convertiremos a nosotros mismos en
el instrumento de nuestra propia iluminación.
*
Shambhala, Ciudad de la Paz
El discípulo, el Ser humano sensato,
debe aceptar que en nuestro mundo no hay paz. La Génesis del ‘Edén de Paz de Gaia’ soñado por Sofía, la Sapiente, aún está en pleno desarrollo. Muy pocos Seres
humanos del 4º Reino han alcanzado la necesaria paz interior. Por eso, nuestra
Jerarquía espiritual planetaria nos enseña cada vez con más insistencia a
propósito, no de la Jerusalén histórica,
la ciudad terrenal de Palestina, pero sí de la ‘Jerusalén celeste’, de la ‘Ciudad
de la Paz’ llamada Shambhala. Esta
nueva acentuación explica por qué los movimientos de paz en el mundo son cada
vez más frecuentes. Pero también, por incomprensión, se hacen más clamorosos y
desesperados. No entendemos que el Poder omnipotente de Shambhala, anclado en la Isla
blanca, ya no es simbolizado por una ciudad terrenal, sino que ahora es
implantado en nuestra propia ‘Isla blanca interior’. Florecerá si
nos dejamos inspirar por la gran Ley macro cósmica que proclama: “todas
las Almas son iguales e iguales a la Super Alma”. Como por encanto, porque estamos respetando
profundamente al ‘otro’, la Paz reina y el Amor vivifica. Irradia desde dentro
de cada Ser humano hacia fuera. Vuelve la auténtica felicidad. El Sueño de
Sofía, la Sapiente, se realiza.
*
Las siete esferas concéntricas de
Shambhala
Cada uno de los 3 Señores de la Llama tiene una misión particular. Uno dinamiza la
Sabiduría de Sofía, otro exalta el Amor de Cristo y Su Jerarquía espiritual y el
último organiza Shambhala para que se cumpla el ‘Sueño’ galáctico, Antropos. Desde el Centro focal de la Isla
blanca, el Señor Sanat Kumara refleja, como Alma de Gaia, la Inteligencia creativa de Sofía radiando desde Su ‘eterno Núcleo de Fuego planetario’.
La Isla blanca constituye igualmente el centro focal de la Tríada divina
planetaria. Desde allí se expanden 7 esferas concéntricas interconectadas. Son
las 7 cualidades divinas galácticas, que Sanat
Kumara, Alma de Gaia, refleja
para que las expresen en el físico denso los Hijos de la Gran Madre, los Seres
humanos.
A escala micro cósmica, es el Alma
humana la que constituye este centro focal de la Tríada divina. Refleja mediante
el Ángel Solar las mismas 7 cualidades divinas. Emanan desde el ‘eterno Núcleo de Fuego interior’ morando
en las profundidades de cada Ser humano.
El Alma humana, este Shambhala interior,
es más que una fuente de conocimiento esotérico. Es un centro de vivencia sensible donde se acumulan
nuestras experiencias realizadas por medio de nuestro poderoso Ángel Solar, donde descubriremos la puerta sagrada y secreta de
nuestro Shambhala interior. Descubriremos, en nuestra hondura, el Fuego eléctrico de nuestro Centro
místico, el ‘eterno Núcleo de Fuego
interno’ aún para muchos dormido. Experimentaremos, desde
nuestro Sancta Sanctorum la expansión y
emanación de las Cualidades divinas de las 7 Esferas concéntricas. Incendiarán
maravillosamente el Fuego de nuestros 7 chakras.
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Imagen de Jan de Kok |
El Espíritu de Paz del meditador
El que medita vivirá y experimentará el Fuego divino
interior. Sentirá la radiación de su Paz
sagrada surgiendo de su Shambhala interior en consonancia con el Shambhala de
los Himalayas. La bendición del Señor canalizando y proyectando los valores
divinos permanentes emanando de su ‘eterno
Núcleo de Fuego’.
Cuando elevamos la frecuencia hacia la
frecuencia de Shambhala de la ‘Isla Blanca’, algo en nosotros debe
quedarse completamente vacío, pero con la mente totalmente receptiva y alerta.
Se trata de una vivencia intensa, el estado místico del Agni Yoga que nos regala una corriente viva de Fuego eléctrico.
*
El discípulo de ahora
La poderosa Energía eléctrica cósmica, que ya compenetra los ashramas de la
Jerarquía espiritual, inunda ahora también los discípulos. Les da la facultad
de canalizar el Poder de la Voluntad divina del Rayo I.
El
efecto primero de este Rayo I es
limpiar. Explica lo que ocurre actualmente dentro los ámbitos mundiales. Este
Poder del Fuego eléctrico cósmico es vehiculado
por el Rayo I. Prepara, animado por
el Amor divino, el terreno espiritual para que pronto florezcan un Nuevo Tiempo
y una Nueva Tierra.
o0o
William
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