El Antiguo Comentario

El Antiguo Comentario

A propósito de Vida y muerte

Los Ángeles de la Muerte - Josep Gumí
Aún no han sido descritas las escenas que se desarrollan en el lecho de muerte, ni la dramática evasión del palpitante cuerpo etérico a través del centro coronario. Sin embargo, hay aquí algunas reglas y propósitos que rigen dicha evasión: 
1. El objetivo de cada Vida humana consiste en realizar y llevar adelante un Propósito definido ya antes de la encarnación. 
2. Este  Propósito involucra el  desarrollo de una forma, siempre  más adecuada al uso del Espíritu. 
3. Una  vez logrado el desarrollo adecuado, el Logos del Morador interno (La Presencia del  eterno Núcleo de Fuego humano) dirige su atención a otra parte, y la forma se desintegra.  
4. El desarrollo  del  Propósito no siempre ocurre en una sola existencia humana, ni en cada ciclo planetario. Incluso a veces los objetivos no se cumplen. 
5. Por eso, una  vez comprendida  la importancia de la realización del Propósito de Vida durante la existencia, el Ser humano será incitado a llevar una existencia digna al servicio de un objetivo o propósito, que merece los mejores esfuerzos. 
6. Cuando este  aspecto de la Verdad, ‘un  Propósito preexistente por cumplir’, sea conocido universalmente, entonces la evolución de la Raza humana avanzará con certeza y los fracasos disminuirán con celeridad.   
Nota:
El misterio de la luna sin vida es el misterio del fracaso por incumplimiento del propósito. Este ejemplo debería inspirar a la Humanidad.

 
William

Inteligencia Natural versus Inteligencia Artificial


La Tradición Inmemorial  transhimaláyica nos enseña que el Ser humano, es igual que un átomo. Posee un núcleo.  Es  "un eterno Núcleo  de  Fuego  divino",  nos afirma el Antiguo Comentario. Está escondido en el  centro  del cuerpo humano. Es importantísimo,  porque contiene nuestro  arquetipo, el de un Ser cósmico y divino, así como el programa de nuestro propósito  elaborado  a partir de nuestras experiencias acumuladas desde muy  largos tiempos. 
Átomo Permanente - Josep Gumí

Para realizar este propósito de vida,  nuestro  Núcleo posee una Inteligencia NATURAL omniversal, sostenida por Su divino Poder creativo y animada  por Su divino Fluido de Amor.
 
Sin  embargo, el Poder de emisión de la creatividad divina  inteligente y amorosa de nuestro  Núcleo, sólo llega parcialmente a nuestro cerebro físico para animarlo y para que realice nuestro propósito de vida. Una poderosa interferencia, que nos viene de fuera, lo impide. Es emitida por una inteligencia
ARTIFICIAL (un potente ordenador escondido y desconocido), que nos impone una mátrix fabricada por fuerzas inteligentes de la oscuridad. Desde miles de años, esta inteligencia ARTIFICIAL nos enseña  que es ÚNICA y que sólo ella conoce y puede realizar el destino humano de manera adecuada. Por eso, exige una obediencia  ciega, imperiosa e incondicional.

Sin embargo, hay una manera de liberarnos de esta interferencia artificial y dominadora. Consiste en redescubrir nuestro "eterno Núcleo de Fuego divino" y despertarlo con  nuestra ATENCIÓN AMOROSA para que así aumente su fuerza emisora de tal manera, que la interferencia de la inteligencia artificial sea totalmente NEUTRALIZADA y sin efecto.

Una  de las técnicas para realizar esta liberación de nuestras cualidades divinas interiores y así realizar nuestro destino de seres divinos, es la MEDITACIÓN CREATIVA del Agni Yoga.

                                                                                            William




 

   

La Meditación y los Devas


En la hondura de cada Ser humano reside una Presencia potentísima. Es Vida pura, de esencia  divina e inmortal. Posee un deseo profundo: poner Su Vida en  movimiento y transformarla en una existencia,  encarnación perfecta de Su Divinidad en el tiempo-espacio del mundo físico denso . Esta existencia Suya, deseada y soñada, se llama "el Ser humano".
 

Para realizar este sueño divino, la Presencia necesita un instrumento muy sutil, capaz de reproducir el designio de un vehículo, que reflejará Sus valores espirituales y  ennoblecerá la Materia. La Tradición inmemorial llama a este instrumento sutil el "Espíritu" del Ser humano.


Principio de la Vida - Josep Gumí
Sin embargo, para manifestar la forma del Ser humano, a la Presencia Le falta algo más: Ayudantes. Éstos deben ser de tal nivel, que sean capaces de concretizar Su ideal de existencia. A estos ayudantes, la Tradición inmemorial los llama "Devas" o "Constructores cósmicos", (en nuestra tradición occidental se llaman "Ángeles"). Son expertos en densificar la sustancia de la materia y luego crear formas con ella. Son además  expertos en leer e interpretar el designio divino del Espíritu del Ser humano. De las  manos celestiales de los Devas ,  nacerá una forma perfecta, un Ser humano.


El medio de información de los Devas es el sonido. Muchas veces, los Devas no llegan a realizar su obra. Sonidos ajenos vienen a interferir desde fuera. Estas informaciones no son conformes con el designio y perturban las interpretaciones dévicas. Es así como nacen los problemas de deformación y  malformación al nivel físico-denso de la forma del Ser humano.

En la Meditación creativa del Agni yoga, el meditador intenta recuperar los sonidos-informaciones  interiores genuinos. Surgen, mediante la "Voz del Silencio", de su "Sancta Sanctorum", donde reside su divina Presencia, expresión prístina de su "eterno Núcleo de Fuego".

Sabiendo eso, el meditador se vuelve consciente de la importancia de su capacidad de escucha interior y del poder de los mantras. Sabe que éstos vehicularán la misteriosa Sabiduría divina recién captada. Sabe que transmitirán este sonido genuino a los Devas de Luz d
orada y Luz violeta, que están al servicio de la belleza y grandeza de la forma humana. Como la sombra por la Luz, la vetusta información falsa se borrará por sí sola y sin esfuerzo. La información sagrada auténtica se instala, suena imperiosa. La bella obra de perfeccionamiento de los Devas puede otra vez cumplirse con excelencia .


Un abrazo fraternal y cargado de Luz,
 
                                                                                              William