S E G U N D A P A R T E
La Constitución humana y sus 7 planos
La encarnación del ‘Hijo del Hombre’ se realiza por un
proceso de 7 fases de densificación de la energía de Vida cósmica. Sigue un
diseño particular, el ‘antropos’, prototipo de un ente biológico
auto consciente destinado a evidenciar lo divino en acción en la dimensión
física densa.
A cada una de estas 7 fases de su encarnación, el ‘Hijo
del Hombre’ manifiesta una envoltura específica con tonalidades energéticas
cósmicas permitiendo más densidad física. Estas etapas de densificación son
simbolizadas por los ‘7 planos cósmicos’ de la constitución de
los Seres humanos encarnados. (Véase el organigrama↴).
La Tradición inmemorial los llama “las 7 envolturas de los Hijos del Deseo’. Son creados por el pensamiento divino micro cósmico del Ser oculto interior humano. Nacieron de su deseo de encarnar. Los devas constructores a su servicio captan el emocionante diseño del ‘Hijo del Deseo’ y plasman "su apariencia física capaz de existir en el tiempo-espacio y, mediante su poder de autoconciencia, trasparentar a la divinidad interior suya en el mundo físico denso”.
La Tradición inmemorial los llama “las 7 envolturas de los Hijos del Deseo’. Son creados por el pensamiento divino micro cósmico del Ser oculto interior humano. Nacieron de su deseo de encarnar. Los devas constructores a su servicio captan el emocionante diseño del ‘Hijo del Deseo’ y plasman "su apariencia física capaz de existir en el tiempo-espacio y, mediante su poder de autoconciencia, trasparentar a la divinidad interior suya en el mundo físico denso”.
Nota: Las palabras ‘pensamiento micro cósmico’ se refieren en este contexto a
la ‘consciencia cósmica del Ser oculto interior humano’. Integra el
universo siendo parte de ella.
El 1er.
plano cósmico: El Ser divino interior humano
Antes de entrar en las dimensiones del físico denso, el Ser
humano ya ES. Es un Ente individualizado, inextenso e indivisible. Es Vida
pura. Reside en una Mónada bajo la forma de un Átomo inmaterial
nacido de un ‘eterno Núcleo de Fuego metafísico. Este Núcleo
es la quintaesencia del ‘Ser oculto interior’, llamado ‘Hijo del Hombre”. Es un miembro de la
cuarta Jerarquía solar, ‘la jerarquía de los Hijos del Hombre’. Esta
afiliación indica que es un SER con facultades divinas de Autoconciencia
e Inventiva creadora.
Por el primer paso de encarnación, nace el primer plano, el
plano metafísico de la constitución del “Hijo del Deseo”. Vibra a la
frecuencia energética inconmensurable del plano ‘cósmico etérico primero’.
Es eterno y por eso de naturaleza divina.
La tradición esotérica llama a este 1er. plano el Adi.
El 2º plano cósmico: La Mónada, e/o Cristo interior
El eterno Núcleo de Fuego del Ser interior es oculto. La Personalidad
humana no puede experimentarlo, pero su irradiación y lo que esta irradiación
proyecta, sí. El Antiguo comentario nos enseña:
“El eterno Núcleo de Fuego se oculta a Sí mismo. Sólo es conocido a través de la irradiación y por aquello que irradia…”
“El eterno Núcleo de Fuego se oculta a Sí mismo. Sólo es conocido a través de la irradiación y por aquello que irradia…”
Esta irradiación del Ser oculto interior, proyectada
desde su eterno Núcleo de Fuego, crea ‘…aquello que irradia’, un
Átomo inmaterial, la Mónada
encarnando sus cualidades y virtudes creativas divinas. Es la envoltura
primordial del Ser oculto interior. Es su medio de expresión fundamental.
Manifiesta las energías divinas de Amor, Luz y Poder a la frecuencia del plano ‘cósmico
etérico segundo’ de la constitución humana. (Véase el organigrama ↴).
Nota: En la Tradición cristiana a la Mónada se le llama ‘el
Cristo interior’.
La Mónada, este Átomo
inmaterial, es un ente auto consciente. La sensibilidad avanzada de un Ser
humano encarnado la percibe como una amorosa y luminosa Presencia divina.
Emanación directa del ‘eterno Núcleo de Fuego’ del Ser oculto interior,
no se disuelve cuando el Ser humano sale de encarnación. Realiza cada
reencarnación del Ser oculto interior humano.
La Tradición
inmemorial define la Mónada como “el Uno, el triple espíritu en su propio
plano, la tríada unificada, Atma-Budi-Manas”.
“El Uno…”, es la Vida divina monádica, el autor de la existencia física humana. La
realiza desde “su propio plano”, el
2º plano cósmico, con su “triple Espíritu”, las Energías divinas de Luz
Amor y Poder. (Véase el organigrama↴ ).
El “Uno” monádico
con su “triple Espíritu” proyecta “la Tríada unificada”, que da
forma, en los planos inferiores, al verdadero Yo, el Yo superior humano, que manifiesta
“Atma”, la Voluntad espiritual, “Budi” la intuición del Alma y “Manas”, la
mente superior humana.
Nota: Budi, la intuición del Alma, es un
‘interfaz’. Transmite, irradiando desde su propio plan (el 4º Plano cósmico) la
energía del Principio crístico de la
Mónada, para que aparezca un día, no tan
lejano, físicamente percibido en cada Ser humano como Cristo interior irradiando el triple Espíritu de Luz, Amor y Poder.
La tradición esotérica llama a este segundo plano Mónada o Anupadaka.
El 3er.
plano cósmico: Sofía, el Espíritu santo
El tercer plano de densificación de la constitución humana es
el nivel de frecuencia, por el cual se manifiesta, mediante la Mónada, la divina Energía de la ‘Inteligencia
activa’ del Ser oculto interior humano ‘el Hijo del Hombre’.
El Espíritu divino (santo) de Su activa inteligencia es encarnado por la feminidad
cósmica de Sofía, la divina Sapiente. Vibra a las frecuencias del plano ‘cósmico
etérico tercero’. Amada divinamente por la Mónada o Cristo, Sofía
trabaja intensamente con la Sabiduría de su Inteligencia eterna al servicio del
modelo ‘antropos’. La Inteligencia activa de Sofía permite que el
verdadero Ego del Ser humano manifieste inventiva, creatividad y sensibilidad
espiritual. Son atributos excepcionales, que caracterizan el espacio-tiempo del
planeta Gaia.
Sofía no desaparece cuando muere el Ser humano. Queda, eternamente,
parte del triple Espíritu del Uno, la Mónada o Cristo. El plano de la Inteligencia
activa nunca se disuelve con la muerte física.
La tradición inmemorial llama a este 3er. Plano Atma.
El 4º plano cósmico: El Alma
Al nivel de frecuencia del ‘cósmico etérico cuarto’,
el cuarto plano de densificación de la envoltura del Ser oculto interior,
aparece el Alma. A esta frecuencia se forma la banda de ondas de la
facultad intuitiva humana, segundo aspecto del verdadero Yo. Es el Alma que
manifiesta la facultad ‘Búdico o intuicional’.
Nota: La palabra ‘Intuición’ proviene del
latino ‘intuito’. Significa ‘conocimiento inmediato nacido
de la experiencia directa sin la intervención de la racionalidad
o la lógica. El grado de intuición es determinado por la amplitud espontánea
del conocimiento. A su propio plano, es el ‘instinto espiritual’ del
Alma. Infunde intuitivamente la Sabiduría divina en la mente superior del Ser
humano despierto.
Por medio de esta facultad intuitiva o búdica, dice la
Tradición inmemorial, “el Alma comparte la Sabiduría divina de Sofía con el
aspecto superior o abstracto de la inteligencia humana. Refleja hacia el Ser
humano el Amor-Sabiduría monádico, con el cual anima los tres planos inferiores
de la existencia humana”.
El Alma es la divina interfaz. Establece la conexión entre el
Espíritu y la materia o entre el pequeño yo y el verdadero Yo. Inmortal, toma
consigo el ‘aliento de Vida’ del Verdadero Yo del Ser humano,
cuando éste deja el físico denso. Más allá de la muerte física, permanece
eternamente un aspecto del triple Espíritu de la Mónada humana, el Hijo del Hombre.
Nota: El Alma es la indispensable intermediaria entre el Espíritu y la
Materia. Llegando a la perfección de su largo desarrollo, el Ser humano
encarnado ha realizado la fusión absoluta del Espíritu y de la Materia. Sale de la dualidad. En este momento, la mediación
del Alma ya no es necesaria. Por eso, la Ciencia esotérica considera al Alma ‘relativamente’ eterna.
La Tradición inmemorial llama a este 4º plano de
densificación, el plano Budi.
El 5º plano cósmico: La Personalidad inteligente
En este plano de densificación aparece el primer aspecto de la
Personalidad, la ‘máscara del pequeño yo’. La Personalidad, el agente que
activa la inteligencia auto consciente. Constituye el principio de ‘individualización
diferenciada’ de los Seres humanos encarnados. No hay ninguna cara humana o
máscara idéntica.
Las frecuencias de la sustancia mental del 5º
plano permiten que se activen las facultades cognitivas, creativas,
inventivas, imaginativas y analíticas, atributos típicamente humanos.
La tonalidad del 5º plano es una expresión producida por la
onda frecuencial ‘cósmica gaseosa’. Este fluido físico volátil y
sin formas es el que permite que se encienda el elemento Fuego, que producirá la Luz de
la autoconciencia. Permite que el Ser humano se dé cuenta de que existe,
siente, conoce y puede ser creativo.
La ciencia esotérica nos enseña que la mente humana se
presenta bajo 2 aspectos, la mente superior y la inferior:
La mente superior es activa en el mundo del
conocimiento informal o abstracto del Espíritu triple. Es un atributo de la
Mónada o Cristo interior. Su vibración se extiende del 5º al 7º sub
plano cósmico gaseoso. Esta Mente superior es el tercer aspecto del verdadero
Yo o de la Tríada espiritual: Atma-Budi-Manas.
La mente inferior está adaptada para experimentar,
discernir, diferenciar y analizar los fenómenos concretos del mundo físico
pasajero. Su frecuencia se extiende desde el 1er. sub plano básico del sub plano cósmico gaseoso hacia el
3º.
Si la mente concreta o inferior es afinada, el Ser humano adquiere la capacidad de utilizar todas las vibraciones del 4º sub plano cósmico gaseoso. Es el sub plano de interfaz entre la mente superior e inferior o, el pequeño yo y el Yo superior. Cuando la mente concreta del pequeño yo llega a vibrar a la frecuencia del 4º sub plano gaseoso cósmico, se establece una conexión. Permite que la mente inferior o concreta ejerza la facultad de dar una forma concreta a los conceptos abstractos informales y espirituales, concebidos por la mente superior o abstracta “inspirada” por el Alma, vía el Ángel Solar.
Si la mente concreta o inferior es afinada, el Ser humano adquiere la capacidad de utilizar todas las vibraciones del 4º sub plano cósmico gaseoso. Es el sub plano de interfaz entre la mente superior e inferior o, el pequeño yo y el Yo superior. Cuando la mente concreta del pequeño yo llega a vibrar a la frecuencia del 4º sub plano gaseoso cósmico, se establece una conexión. Permite que la mente inferior o concreta ejerza la facultad de dar una forma concreta a los conceptos abstractos informales y espirituales, concebidos por la mente superior o abstracta “inspirada” por el Alma, vía el Ángel Solar.
La herramienta mental de mediación entre la mente concreta y
abstracta se sitúa, al nivel etérico, en medio del cerebro, cerca de la
glándula pineal, su contraparte física. La ciencia esotérica lo llama ‘el
Punto medio’. Es el núcleo de
Fuego mental de la facultad mental humana. Vibra a la
frecuencia del 4º sub plano cósmico gaseoso. Es el
relé biológico, el punto de encuentro, donde se realiza la interactuación de
las realidades abstracta y concreta. Es el lugar donde el pequeño yo,
expresándose con su Personalidad, busca el contacto con el Cuerpo causal,
que vibra a la frecuencia de la mente
superior contiguo al suyo, el 3er. sub plano cósmico gaseoso. (Véase el
organigrama).
Cuando la Personalidad del pequeño yo, mediante el Punto
medio, está en consonancia perfecta con las frecuencias del Cuerpo causal,
nace la capacidad de actuar en ‘fluida Síntesis’ con su Ángel
Solar, que traduce a la perfección los deseos creativos del verdadero Yo
humano en su aspecto Alma o “Budi”. Muchísima gente desconoce el Ángel Solar.
En su propio plano, el
Ángel Solar se manifiesta usando las ondas frecuenciales más altas de la
facultad mental, las del 7º sub plano gaseoso cósmico. Este nivel
frecuencial le permite estar contantemente en contacto con el Alma, interpretar
la Sabiduría de la ‘Voz del Silencio’ y comunicarla a la mente
humana mediante su ‘Voz de la Luz’.
El plano mental superior tampoco se disuelve con la muerte.
Es el tercer aspecto MANAS, del verdadero Yo, eternamente parte del
triple Espíritu del Uno, la Mónada o Cristo.
La Tradición esotérica sitúa esta tonalidad energética de Manas al 5º plano de la constitución
humana.
Windows to the Universe - Birgitte Fich |
El 6º plano cósmico: La Personalidad sensible
En este sexto plano de densificación,
aparece el segundo aspecto de la Personalidad del pequeño yo con su
sensibilidad y sus emociones. Activadas por la sustancia Astral, estas facultades vibran a
la frecuencia del ‘líquido cósmico’.
Las expresiones generadas desde el plano astral, como el
agua, son sumamente maleables y adaptables. La Personalidad moldea
continuamente sus formas emocionales y sensibles. Las adapta al impacto de los
5 sentidos, el ver, escuchar, olfatear, saborear y sentir.
La ciencia esotérica (la ciencia de lo no expresado
físicamente) matiza esta última afirmación. Explica que tenemos, más bien, 10
sentidos. Cada uno de los 5 sentidos, afirma, posee una doble capacidad.
Una, concierne a la sensibilidad que se enmarca en el astral lunar
o inferior. Reacciona al mundo de los fenómenos concretos.
La otra, rige la sensibilidad condicionada por el astral solar
o superior. Permite la capacidad de reaccionar a las realidades abstractas
y los signos sutiles del mundo espiritual informal.
La facultad astral solar posee así el arte
poético de ilustrar pensamientos abstractos con formas imaginativas,
perteneciendo al mundo de los fenómenos concretos. El astral solar puede
‘ver’ el mundo inmaterial, ‘escuchar’ la Voz del Silencio’
y ‘olfatear’ lo intuitivo. Puede ‘saborear’ lo invisible y no
medible, así como ‘tocar’ lo aparentemente intocable.
Es necesario que el aspirante discípulo desarrolle esta
sensibilidad más fina y noble del astral solar. Se realiza
interiorizando la atención y concentrándola en lo que se llama ‘el no existir’.
La Meditación del Fuego es una de las herramientas, que
incitan a desarrollar estos talentos. Abren el portal que da a los reinos
espirituales.
El aspirante discípulo debe aprender a ser consciente de que
los 5 sentidos tienen un doble artificio y que por eso son considerados 10. Lo
incitará a afinar su sensibilidad y abrirla a la sutilidad de los mundos
interiores nutridos por la intuición de su Alma. Esta sensibilización amplifica
el campo de conciencia y revela el Poder superior de la Magia blanca. Es
lo que aclara el Maestro D.K., cuando enseña:
“El plano astral es el campo de batalla de los sentidos. Es el lugar desde el cual se lleva a cabo la magia. Es el poder motivador detrás de todos los fenómenos mágicos. Es el deseo inteligente y constructivo del mago blanco, actuando bajo la intuición de su propia Alma. Este trabajo comienza en la propia existencia mental del mago. Luego se extiende al mundo del plano astral. Desde el mundo del plano astral, el trabajo puede comenzar a manifestarse en el plano físico y afortunadamente en los planos superiores.”
La ciencia esotérica
llama a este 6º plano de densificación, el plano astral.
El 7º plano cósmico: La Personalidad física
El último plano de condensación es la resultante de las
competencias manifestadas por los 6 planos precedentes. Interactuando, hacen
que aparezca la forma del doble cuerpo etérico-físico, la última
vestidura del ‘pequeño yo’.
El doble físico denso funciona a la frecuencia vibracional del plano ‘cósmico
denso’. Si es fruto no distorsionado del concepto ‘antropos’,
será un vehículo adecuado y adaptado para, a partir de la Vida del ‘eterno
Núcleo de Fuego’ del Ser oculto interior, realizar y activar una
existencia física respondiendo a las exigencias del tiempo-espacio. Es un
vehículo designado para expresar el tercer aspecto de la Personalidad.
Intentará manifestar las cualidades espirituales y divinas del ‘Hijo del
Hombre’, que ES.
El doble etérico, es el aspecto más sutil del cuerpo físico. Su tarea
consiste en captar las energías vitalizadoras externas irradiadas
por el Sol, así como las energías internas de conciencia
creativas, irradiadas desde el ‘eterno Núcleo de Fuego’. A estas
energías externas e internas, la ciencia esotérica les llama ‘prana’.
Nota: El
cuerpo etérico es una tramada de materia de alta frecuencia. En
esta tramada, vitalizada por la energía solar, es estampado el diseño ‘antropos’,
el arquetipo humano. Es impregnado también de las cualidades adquiridas en
existencias precedentes y de las facultades del Cuerpo causal de origen
angélico. Es a partir de la vibración del Cuerpo etérico que trabajan los devas
constructores cósmicos, tanto lunares como solares.
La Tradición esotérica
inmemorial, describe el cuerpo etérico como un ‘cuenco dorado’.
Irradia la Luz dorada de la Vida solar. Esta luz dorada está matizada por la
luz violácea de la Conciencia creativa, fruto de la concordancia entre el éter atómico del Adi (el divino Ser
interior humano), el éter subatómico de la Mónada (el Cristo),
el super etérico de la Inteligencia activa (Sofía), y el super
gaseoso del Alma (el Ángel Solar).
(Véase el organigrama).
Nota: De hecho, sólo el cuerpo etérico forma el séptimo plano. Causa la
existencia biológica del cuerpo físico denso. Este último no es causa de un
plano. Las frecuencias que forman su apariencia son simplemente un efecto,
resultado de la conjunción armoniosa de la creatividad de los 6 planos
superiores de la constitución humana en consonancia con el cuerpo etérico (el
7º plano) y el Cuerpo causal (el plano angélico). El cuerpo físico biológico
considerado ser una causalidad por sí misma y nacido de las conjeturas del azar,
es una concepción conjetural totalmente ilusoria. Es un espejismo, ‘maya’.
Son los devas dorados, de
orden solar y los devas violáceos, de orden planetario, los que practican las
funciones de este cuenco dorado, que es el cuerpo etérico. Establecen la
sintonía entre los 3 mundos (físico, astral, mental) y el mundo de la intuición
del Alma. Organizan la plasmación biológica de un cuerpo físico denso humano
perfectamente adecuado para, un día, manifestar la Esencia divina del Ser
oculto interior en el tiempo-espacio.
Este ‘cuenco dorado’ etérico da también forma al
aspecto ‘pequeño yo’ y su máscara, ‘la Personalidad’. Usando el
elemento gaseoso, los devas del
plano etérico provocan el ardor del elemento fuego
de la facultad mental. Usando el elemento agua,
permiten el flujo astral de la Energía de Amor. Y por fin, trabajando con el
elemento tierra, hacen aparecer en
el tiempo-espacio la realidad biológica del Ser humano.
Unos dicen que la apariencia de la envoltura física densa del
Ser humano es un verdadero acto poético nacido de la imaginación creativa del Hijo
del Hombre.
La ciencia esotérica denomina a esta 7ª envoltura del Ser
humano, el plano físico.
William