La Meditación del Ser oculto
interior,
‘el Hijo del Hombre’
(Agni Yoga)
La Voz de la Luz
Prólogo
El Tema de este compendio, “La Meditación del Ser oculto
interior, el Hijo del Hombre”, será estudiado y publicado en este blog en
cuatro partes.
En la Primera Parte, trataremos los textos de la Tradición
inmemorial, que forman la línea de conducta de esta ponencia, así como de los
elementos fundamentales de la constitución del Ser humano encarnado.
En la Segunda Parte, estudiaremos los siete Planos
frecuenciales de la Constitución del Ser humano.
En la Tercera Parte, hablaremos de la Mónada del Ser humano, su Cuerpo causal y los tres aspectos de su Ego.
En la Tercera Parte, hablaremos de la Mónada del Ser humano, su Cuerpo causal y los tres aspectos de su Ego.
En la Cuarta Parte, abordaremos el estudio de las
herramientas concretas, con las cuales la Meditación del Ser oculto interior
puede realizarse con más facilidad.
En la Quinta parte, presentaremos un modelo de procedimiento
creativo de la Meditación del Ser oculto interior.
Los temas tratados en esta ponencia forman parte de la
Ciencia esotérica, estudios científicos de realidades que no son medibles ni
visibles. Son, como en la Ciencia moderna de una cierta complejidad. Exponen
aspectos no materiales muy poco abordados y muchas veces inconsiderados o
denegados. Esperamos que los lectores tendrán la paciencia y el interés
necesarios.
I.
EL Hilo de Ariadna
EL
arte de la Meditación del Ser oculto interior sigue el ‘Hilo de
Ariadna’. Guía al Ser humano en el laberinto de la existencia. Tiene como punto de referencia varios textos,
que la Tradición inmemorial ha legado a la Humanidad como línea de conducta.
En este compendio, los puntos de referencia son: la Mónada,
el eterno Núcleo de Fuego humano, el ‘Conócete a ti mismo’ y la Invocación al
Ángel Solar.
La Mónada humana
La Sabiduría inmemorial denomina al Ser humano, antes de
encarnarse, la Mónada humana. La describe de la siguiente manera:
“La Mónada humana es un Ente individual auto consciente, inextenso e indivisible, cuya esencia es un átomo inmaterial y cuyo centro es un eterno Núcleo de Fuego metafísico. Forma parte de la cuarta Jerarquía creadora solar, la Jerarquía de ‘los Hijos del Hombre’.”
Nota: En muchas religiones y filosofías
del mundo, la Mónada humana se llama ‘Cristo’. Designa esta
poderosa Presencia interior, que irradia a través del cuerpo físico humano,
cuando éste se ha hecho diáfano por su nobleza y pureza. La figura de Jesús, el
nazareno (no importa que sea considerada histórica o mitológica), es una
ilustración perfecta de la manifestación, mediante el vehículo físico denso, de
su Mónada, o Cristo interior.
El eterno Núcleo de Fuego
humano
La descripción del ‘eterno Núcleo de Fuego’ del Átomo
monádico inmaterial del Ser humano, se encuentra en los archivos del ‘Antiguo
Comentario’.
“El eterno Núcleo de Fuego se oculta a Sí mismo. Sólo es conocido a través de la irradiación y por aquello que irradia. El eterno Núcleo de Fuego puede conocerse sólo cuando desaparece la llama y ya no se siente calor.
Conócete a ti mismo
Grabado en el siglo IV A.C. en el frontispicio del templo
dórico de Delfos, un texto en griego clásico enunciaba:
“Te advierto, quienquiera que fueres, ¡oh! Tú, que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras la excelencia de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los tesoros. ¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses”.
Invocación al Ángel Solar
Esta invocación al Ángel Solar, la había propuesto el Maestro
Djwahl Khul a sus discípulos:
“Acércate a mí, Tú que eres mi verdadero Yo, mi Luz, mi Alma.Tú que estás coronado de gloria… A ti te invoco.Acércate a mí, Señor, a mí que soy tu vano reflejo en el inmenso mar de la materia. Sin Ti no soy nada, en ti, soy el Omni-Yo, existiendo en Tu individualidad hasta la eternidad”.
II.
La Meditación del Fuego
y los 4 Elementos
1- La Presencia del Ser oculto
interior
a) Tomar
conciencia de una Presencia interior
En una primera fase, el arte de la meditación creativa del
Fuego está totalmente dedicado a tomar consciencia de la irradiación
del Ser oculto interior, que nos habita, anima y motiva. La Sabiduría
inmemorial llama a esta radioactividad la conciencia de la ‘Mónada’
humana. Su vehículo es un átomo inmaterial, la radiante envoltura primordial y
directa del ‘’eterno Núcleo de Fuego, que se oculta a sí mismo”. El
meditador sensible resiente esta irradiación monádica como una misteriosa Presencia
divina.
Según la terminología de la tradición cristiana, esta Presencia
divina, emanando del eterno núcleo de Fuego, se denomina el ‘Cristo’.
Traspareció por primera vez y con majestuosa evidencia a través del cuerpo
físico de Jesús de Nazareth, cuando estaba con tres de sus discípulos en el
Monte Tabor. Por eso, Jesús tiene el título de Cristo. En la
Cristiandad, Jesús es el modelo a seguir para cada ser humano encarnado.
b) Identificarse
con la Presencia interior
En una segunda fase, el encuentro meditativo con la Mónada o
Cristo, la Presencia divina del Ser oculto, se transforma poco a poco en
una experiencia íntima tan fuerte, que el meditador se identifica
intensamente con Ella. Ya empieza, por osmosis, a expresar las aptitudes y
actitudes divinas de la Presencia suya en los tres mundos
inferiores.
Se puede profundizar en esta vivencia extraordinaria con el
ejercicio de la ‘meditación creativa del Fuego’, parte del arte del Agni
Yoga, el Yoga del Fuego.
2- El elemento Fuego, la intuición y la inspiración
De los 4 elementos de la naturaleza, Aire, Fuego, Agua y
Tierra, el elemento Fuego es el
símbolo de la facultad mental humana. Posee la capacidad de “transformar
y/o transmutar” la realidad. Lo sabemos, el Fuego transforma
sombra en luz, frío en calor, la energía en materia, lo abstracto en concreto,
etc. También transmuta la madera en calor y luz, lo mineral en metal
puro, el caos en orden, la fealdad en belleza, la debilidad en fuerza, la
pasividad en dinamismo, la materia en espíritu…
El Fuego, es el elemento de la sustancia
mental humana, tanto inferior o concreta,
como superior o abstracta. ‘La Luz’, que el Fuego irradia,
simboliza la dinámica creativa de la inteligencia humana. Produce las 3
categorías principales del conocimiento: el conocimiento discriminador o
concreto, el conocimiento teórico o abstracto y el conocimiento por intuición.
3- El Elemento Aire y el claro Pensar
“El claro pensar” es la característica principal de la mente intuitiva del Ser
humano. El Aire es su elemento
constitutivo. Permite el contacto y la apreciación de ‘la Sabiduría
inmemorial’, conocida y reflejada por el Alma y traducida por el
Ángel Solar. Esta Sabiduría emana del mundo de las divinas Ideas
universales. El ‘eterno Núcleo de Fuego’ del Ser oculto interior irradia
estas emanaciones universales bajo la forma de un modelo, siguiendo las leyes
cósmicas de manifestación en vista de expresar un cierto aspecto de la Verdad.
Esta Conciencia directiva produce todo lo conocido, visto y sentido en la
existencia de cada Ser humano.
La intuición o ‘el claro Pensar’ reproduce
creativamente esta Verdad, que Sofía la divina Sapiente ha activado y
que el Alma refleja. Siempre está presente, aunque no visible para muchos
humanos. Sus Leyes cósmicas son eternamente activas, aunque solo respetadas
por unos pocos.
Solo ‘el claro Pensar’ de la intuición humana
desarrollada, enfocada, abierta y entrenada puede reconocer, posteriormente
comprender y luego aplicar la sutilidad de las Leyes del conocimiento universal
y responder así a la demanda de la época.
El claro pensar llega constantemente como un perfume de
Sabiduría emitido por el ‘eterno Núcleo de Fuego del Ser oculto
interior’. La Presencia, la
Mónada o el Cristo, vitaliza esta Sabiduría. El ‘santo
Espíritu’ de Sofía, la divina Inteligencia creativa
del Ser humano, la activa. El Alma la capta y la revela, reflejándola en
los 3 mundos inferiores. Luego, el Ángel Solar, gracias a la cualidad
espiritual superior de su sustancia mental, estimula el ‘claro pensar’
del Ser humano. Por ‘inspiración’, el Ángel Solar incita al Ser
humano a entrar en consonancia con la sensibilidad superior de su Cuerpo
causal impregnado de esta Sabiduría universal, para así clarificar su
propia mente concreta.
Nota. El Cuerpo causal, es un instrumento
indispensable del ‘claro Pensar’, había sido creado por la quinta
Jerarquía solar de los “Hijos de la Mente”, los Ángeles Solares, y
puesto a disposición de la Jerarquía solar de los ‘Hijos del Hombre’.
Siempre han existido Seres humanos, quienes entrenaron su
mente en el arte del ‘claro pensar’, este estado de inspiración
instilado por el Ángel Solar, que permite ser receptivo a la Luz de la sabia
Verdad. Antes, eran muy pocos. En la actualidad, aparecen cada vez con mayor
frecuencia. La intuición guía a estos pensadores inspirados hacia nuevos campos
de conocimiento. Forman la vanguardia ya capaz de comprender unos aspectos de
la ‘omnisciencia’ reflejada por el Alma de la Raza humana
experimentando en el planeta Gaia.
Dentro de no mucho tiempo ‘la Luz’, que el
invisible Fuego mental irradia, se expandirá potentemente. La Verdad será
claramente revelada a la muchedumbre. Se realizará el ‘apocalipsis’, la revelación que anunció Juan el Evangelista. La Raza humana tomará posesión de
su herencia, la ‘omnisciencia’ del Alma.
4- El elemento agua y el fluido de Amor solar
El
Alma refleja la omnisciencia activa, que procede del santo
Espíritu de Sofía, la divina sapiente. Llega al Ser humano, porque es
vivificada de una manera muy especial por la magia del ‘Fluido de Amor
solar’. Estimula la facultad de concentración del meditador. Lo anima a
trabajar con el Fuego de su Inteligencia superior.
El promedio de los Seres humanos aún no puede captar de
manera directa estos reflejos de la omnisciencia activa. Deben
abrir la mente y afinar el oído para que sean ‘inspirados’ por la ‘Voz de
la Luz’, la Voz luminosa del Ángel Solar. “¡Que el que tenga
oídos, que oiga!”, enseñaba el Nazareno.
La corriente del ‘Fluido
de Amor solar’ lleva estas inaudibles ondas de sapiencia inspiradas por
el Ángel Solar a la consciencia humana vía el Cuerpo causal. Es el magnetismo
del Fluido de Amor causal, que atrae también la fuerza divina de
la ‘Voz de la Luz’. Abre la mirada interior a sutiles visiones.
¡“Que el que tenga ojos para ver, que vea”! EL flujo de
lo imaginado y sus melodías despertarán el emocionante deseo de cumplir.
Es el elemento agua,
el que transporta y expande el ‘fluido de Amor solar’. En la naturaleza, el agua hace que fluya el
poder vitalizador de la energía de Amor. Impregna la planta, fertiliza lo que
estaba desértico. Sacía la sed e impregna la existencia de todo ente
biológico... A niveles más sutiles, su fluido riega la creatividad y el poder de
curación de los humanos, así como sus capacidades espirituales, intuitivas y
astrales. Sin el flujo del ‘Fluido de Amor’, sustanciado por el elemento
‘Agua’, el Poder del ‘Fuego mental’ permanece como un elemento
potencial, un conocimiento abstracto y teorético. Hace falta la palabra “quiero
muchísimo eso”, para que pase el flujo de Amor y que todo se ponga en
movimiento. La fuerza del deseo se cumple. ‘El deseo es el Poder del
Fuego’, proclama la Sabiduría inmemorial. E-mocion-a. Pone en marcha la
realización de todo lo soñado por la Luz de la mente humana. Sin este Poder
emotivo del deseo, nada se transformará ni transmutará.
5- El elemento Tierra y el Poder de plasmar
El Poder e-mocion-al, provocado por el deseo, despierta
la pericia del elemento Tierra, la
sustancia de lo físico denso. Es este cuarto elemento, con el cual los devas de
la ‘Jerarquía de Constructores cósmicos’ plasman formas físicas, para
realizar el diseño inventado y proyectado por la Luz imaginativa y apasionada
del ‘Fuego o Fohat’ del Ser oculto interior humano.
Aquí también, las formas solo se materializarán por el
influjo del ‘Poder vitalizador’ del Fluido de Amor llevado por el
elemento agua. Suscita el deseo de
plasmar y hace que el anhelo se transforme en emoción. Es mediante el ‘fluido
de Amor’ que el poder de la mente con-mueve a los devas
constructores. Plasmarán en el físico denso la forma pensada con tanto Amor.
Nota: la manera de pensar, lo que
deseamos, es importantísimo. El pensar
“quiero ir de viaje” traduce un concepto abstracto, que no puede ser realizado
en el mundo de lo concreto. Pensar con gran deseo “quiero ir dos semanas en
junio a Grecia y visitar el Acrópolis y el templo de Delfos, Olimpia y
Paestum…” se realizará en la medida que sean imaginados en detalle concreto los
pormenores creando ‘e-moción’. Vale lo mismo por el pensar nacido del deseo
“quiero ser rico”. Es una abstracción. Aunque sea intenso, el deseo solo, no crea la e-moción deseada. Nunca se
realizará el deseo, a no ser que medios concretos sean imaginados suscitando la emoción imperativamente necesaria para que
lo soñado se realice.
Atentos a las enseñanzas de la ciencia esotérica, podemos ahora comprender, que el Fuego de la facultad de la mente no es capaz de realizar, crear o sanar sin el poder de las facultades astrales. “La emoción es el Poder del Fuego”, nos enseña la Tradición inmemorial.
William