La voluntad de equilibrio
La constelación Libra ocupa un lugar típico
en la Rueda zodiacal. Es un punto intermedio donde 12 energías zodiacales se
cruzan. Posee un poder equilibrador que sabe apreciar y conciliar. En este
signo aparece la primera visión de ‘el Sendero del filo de la navaja’, que
corre entre los pares de opuestos. La nota clave de Libra, que el
Alma emite, crea armónicos preciosos en la conciencia espiritual humana:
“Elijo el camino que conduce a través de dos grandes líneas de fuerza”
Libra el signo del Ego espiritual
Libra es el signo de los primeros destellos
del contacto de la Personalidad con el Alma intuitiva. Procuran el dinamismo
necesario para la lucha incesable con vistas a guardar un equilibrio afinado entre el Alma y la
Personalidad. Tal sutil relación hace aparecer el Ego espiritual
del Ser humano, reflejando majestuosamente la 'Inteligencia activa divina' de su "eterno Núcleo de Fuego".
Para que esta aparición del Ego espiritual
se estabilice y refuerce, la radiación de Libra guía al Ser
humano. Le alienta durante el proceso de meditación. Le ayuda a concentrarse y
permanecer con más facilidad en ‘el intervalo entre los dos
movimientos de inhalación y exhalación’. Este ‘intervalo’ es un momento sagrado. Permite al meditador
entrar cómodamente en un estado de contemplación y experimentar la iluminación
irradiada por el "eterno Núcleo de Fuego interior" humano y reflejada por la intuición del Alma. Se instala un equilibrio armonioso. Se fusionan
las vidas de la Personalidad y del Alma. Por la práctica, el ‘intervalo’
se amplifica cada vez más. Da un tiempo espacioso al Ángel Solar, servidor del Alma, para organizarse y a la Personalidad para
ponerse en estado de profunda empatía. Es un
momento de ‘no-actuar’ en el cual el aspirante discípulo,
por la incitación de Libra, trata de ser ‘totalmente humano’.
Amenguan los impulsos que siempre tratan de llevarlo a antiguos hábitos y
deseos. Es en este momento contemplativo del ‘intervalo’, que la Personalidad-Alma se transmuta en Ego
espiritual activo. Elevado por el Alma, la Personalidad entrará en contacto con las cualidades del Espíritu
proyectado por el ‘eterno Núcleo de
Fuego interior’, la naturaleza divina del Ser humano.
Libra conduce al ‘día del Juicio’
El día del Juicio - pintura de Valery Morugin
En Libra se crea ‘el lugar del juicio’.
Es el lugar donde ‘se separan las ovejas de las cabras’ definitivamente.
Es también el lugar, donde se producirá la fusión Virgo-Libra. Esta fusión
finalizará con el dualismo antagónico de la existencia humana. La Virgen-Madre
manifestará, lo que ha ocultado durante eones, Su Hijo, el Cristo, el
Hombre-Dios. Esta revelación tendrá lugar bajo el signo de Libra
durante este gran ciclo mundial acuariano, en el cual estamos entrando. En esta
nueva Era, dos tercios de la Raza humana habrán desarrollado el Principio crístico. Se
cumplirá la antigua profecía: ‘El cielo habrá descendido a la tierra’.
Libra,
el signo del equilibrio dinámico
Libra es también el signo del equilibrio
dinámico. Las experimentaciones traen inclinaciones de los platillos de la
balanza-Libra en una u otra dirección, hasta que el peso de la ‘aspiración
espiritual’ pone en
equilibrio los platillos. La aguja
indica el camino que el Ser humano tiene que seguir en tal momento. Toda la
Raza humana está implicada en este trabajo ‘entre las grandes líneas de
fuerzas’. Se lleva a cabo en el plano mental. La elección definitiva del
camino del Ego superior, fusionando el Alma-Personalidad de la Raza humana, se
realizará en Libra. Acontecerá, cuando la mayoría de los
Seres humanos estén polarizados mentalmente. Será el ‘Día del Juicio’.
Libra, parte de la Cruz cardinal
Libra es uno de los brazos de la Cruz cardinal,
la ’Cruz de los comienzos’. Cuando el Espíritu y la Materia son
puestos en relación mediante el Ego humano, la Fuerza creadora
divina de la Cruz cardinal entra en acción. Lo hace por sus 4 signos: Aries, Cáncer,
Libra y Capricornio. Estos 4 signos convierten al Ser humano en Iniciado.
Revelan, cada uno, un aspecto del Propósito mayor que está detrás de la
intención aparente de nuestro sistema solar, de nuestro planeta y del Ser
humano mismo.
El
discípulo abandona su posición en la Cruz fija. Empieza, como iniciado, el
lento ascenso en la ‘Cruz de los comienzos’. Se convierte en
colaborador del gran proceso de creación. Primero en Aries, el discípulo-iniciado crea su ‘nuevo
cuerpo de expresión’, pero no lo comprende. A continuación, en Cáncer,
le son revelados los secretos de la creatividad. Puede realizar de manera
consciente la ‘manifestación’ de Su propio mundo. Luego, en Libra,
se convierte en su propio ‘legislador’. Rige su conducta. Controla sus
impulsos. Por último, en Capricornio, el discípulo-iniciado
puede generar nuevos experimentos y llegar a ser, por Su Sabiduría, su propio ‘iniciador’.
Libra,
un signo de Aire
Libra es un signo de ‘Aire’.
Bajo Su impacto, el aspirante discípulo refuerza la influencia de la mente
superior intuitiva de su Alma. Paulatinamente ilumina la mente inferior
y la controla. Por la creciente influencia del mental intuitivo
del Alma, el aspirante discípulo llega a amplificar durante sus meditaciones
estos ‘momentos de intervalo’ entre inhalación y exhalación. Su estado
de empatía se hace más afinado. Permite al meditador ejecutar el equilibrio entre
los pares de opuestos que son, su mente
inferior y la mente de su Alma. Y así florece el Ego espiritual.
Libra
encarna el Tercer Rayo
La
constelación Libra focaliza la Inteligencia creativa universal
del Rayo III, que la divina Sofía, la Sapiente, encarna con magnificencia. Le llega de las Pléyades situadas en el zodíaco mayor. El
Logos solar capta esta Inteligencia cósmica mediante su ‘centro frontal’. Se
relaciona con el ‘centro frontal’ del Logos
planetario y luego, con el ‘centro frontal’ del Ser humano, el cual había
sido abierto por la Llama del ‘Punto medio’. Por este contacto con la Mente
cósmica, el discípulo adquiere la capacidad de crear en los tres mundos. Con el
‘sonido dual’, del acorde mágico de su sonido personal con el del Alma, nace su ‘Verbo
creador’. Lo expresa por Su Centro laríngeo afinado. Surgirán formas
totalmente nuevas desde Su sustancia mental concreta.
El Antiguo comentario traduce la Palabra del Alma, que hace alusión a la Presencia del ‘eterno Núcleo de Fuego’, ‘el Tejedor del silencio’:
Le Messager - Annie Lauro |
El Antiguo comentario traduce la Palabra del Alma, que hace alusión a la Presencia del ‘eterno Núcleo de Fuego’, ‘el Tejedor del silencio’:
“Palabra
del Alma:
‘Quédate quieto. Aprende a quedarte en silencio. Yo Soy. Mira a lo largo de la Línea... quédate quieto. No te dejes engañar por las formas externas
o por lo que desaparece.
Mira, detrás de las formas
se halla el Tejedor
tejiendo el silencio...”
Los
regentes planetarios de Libra
La Inteligencia activa espiritual del Rayo III prodigada
por Libra y captada por el Sol, es luego gobernada por 3 de Sus planetas sagrados: Urano, Venus
y Saturno.
Su regente esotérico
es el planeta Urano. Pone en marcha el Rayo VII de
‘la Magia y el Orden ceremonial’ en los 3 mundos. Su energía, mediante la
fusión espíritu-materia en el Ego espiritual humano, insta de manera oculta el PLAN, ‘la
materialización dirigida’ de las formas, que estarán al servicio del
Espíritu.
Su regente exotérico es Venus.
Activa el Rayo V del Conocimiento y de la Ciencia concreta. Este Rayo
rige de manera no-oculta la Personalidad. Venus es relacionado con el Plexo
solar. Estimula ‘la voluntad de saber para actuar’.
Su regente jerárquico es Saturno.
Hace efectiva la influencia del Rayo III de la Inteligencia creativa espiritual
cósmica, encarnada por Sofía, la divina Sapiente. Este Rayo, usando la frecuencia vibratoria del plano espiritual o
‘átmico’, dirige con Su inteligencia creadora los Mahadevas constructores de
formas. La ciencia esotérica les llama ‘las triples Flores’,
porque usan el triple Fuego tanto del plano mental e intuitivo, como espiritual.
Son los constructores del triple vehículo de los Hijos de la Mente, los Seres
humanos. Materializan, suscitando la colaboración de los Humanos, el PLAN
pensado bajo el liderazgo de la Jerarquía espiritual y Su maestro constructor,
el Cristo, el majestuoso prototipo del Hombre-Dios. Si dejamos penetrar en
nosotros Su Inteligencia creativa espiritual nos convertiremos en
co-creadores de nuestra propia divinidad.
La dinámica de Libra permite realizar el
equilibrio entre las energías positivas y negativas, involutivas y evolutivas,
entre el espíritu y la materia. Al mismo tiempo empuja a romper este equilibrio
temporario para buscar un equilibrio siempre más elevado.
Es parecido al vuelo de un pájaro que usa las fuerzas
equilibradas de sus 2 alas para guardar la buena dirección. Si un ala es más débil,
se produce en el instante desviación.
Por la Inteligencia dinámica de Libra,
el movimiento de nuestra conciencia se mueve de equilibrio a equilibrio
mayor, siguiendo ‘la línea vertical’ que nos proyecta hacia
nuestra propia esencia divina, expresión de nuestro ‘eterno Núcleo de Fuego
interior’.
Como el pájaro, que neutraliza la atracción terrestre con
su vuelo, el discípulo se libera por la altitud de su consciencia. Dirige su
vuelo, usando el ‘intervalo’, hacia este
‘Centro de Paz y Silencio’, donde la Voluntad de Dios es conocida, Su ‘eterno
Núcleo de Fuego interior’.
La
palabra del Alma, haciendo alusión al poder incitativo de Libra, aclara:
"Elijo el camino que conduce a través de dos grandes líneas de fuerza"
¡BUENAS
MEDITACIONES EN LIBRA!
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William