¿Por qué?
- William, ¿por qué nos
hablas constantemente de la fantasía de una Nueva Era?
- En el año 1931, el
día de mi nacimiento, encontré un misterioso jardinero con sombrero blanco. Me
confió que en el terrible invierno de 1917 había plantado una semilla de un
rosal que se llama Hermosura divina. La he plantado, me dijo, cerca de
una fuente. La encontrarás.
Llegó la primavera de 2012.
Un día, tenía sed. Iba a beber a una fuente llamada Agua de Vida. ¡Oh sorpresa!
Descubrí, protegido por dos piedras blancas de forma curiosa, el brote de una
plantita muy delicada, casi diáfana. Me llegó a la memoria la sonrisa del
jardinero de sombrero blanco.
En 2015, al inicio del
verano, volví a la fuente de Agua de Vida. ¡Extraordinario! La planta casi
etérica había crecido mucho. Estaba ya
tomando la forma de un exuberante rosal. Me alegré muchísimo. Conté mi
experiencia a todos mis amigos. No comprendieron mi entusiasmo. Ellos no percibieron
ninguna planta rara cerca de una fuente.
En Agosto de 2024, la realidad del rosal Hermosura divina
se hizo aún más suntuoso. Sus innumerables rosas de un color violeta,
misteriosamente dorado, estaban majestuosamente abiertas. Su celestial
fragancia aromática, sólo podían sentirla los que tenían el olfato muy afinado.
Una muy sabia señora, admirando como yo el fascinante rosal, me explicó que las
dos piedras blancas protectoras
habían caído gracias a un haz de rayos dirigidos hacia Gaia desde la Estrella del
Norte, la fuente de la Voluntad de Poder del divino creador del universo.
Imparable es el destino.
En otoño de 2024 caerán miles y miles de semillas del rosal Hermosura
divina. Innombrables nuevos jardineros con sombrero blanco las plantarán en
nuestro planeta Gaia convertido, en poco tiempo, en un opulento jardín sagrado.
William