Sol
en Tauro
23 de abril de 2024 (23:48 GMT)
Nota clave:
“Veo y, cuando el ojo está abierto, todo se ilumina"
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Wesak - Massimo Angotti |
El
Poder de Voluntad de Amor
Cada año,
en el momento culminante de la Luna llena de Tauro y durante ocho minutos, Buda,
cumpliendo su promesa, retorna a la Humanidad como mensajero del Propósito
cargado del inmenso ‘Poder de la Voluntad de Amor’.
Este
Propósito, cargado de la Voluntad poderosa de Amor, irradia “desde el Centro donde la Voluntad de Dios es
conocida”. En el
tiempo-espacio, surge de una estrella aún desconocida de la constelación Osa
Mayor.
Esta Voluntad divina es atraída por
el poderoso magnetismo del “Punto de
Amor en el Corazón de Dios”
situado en la constelación binaria de Sirio, sede de la Gran Hermandad
Blanca. También es desde Sirio de dónde llegan al planeta Tierra los
Grandes
Avatares enviados por el Consejo de Shambala.
Este Poder de la Voluntad divina se
hace creativo mediante la Inteligencia activa divina irradiado “desde el Punto de Luz en la Mente de Dios”. Su Fuente se encuentra en la constelación de las Pléyades.
Tauro,
del Rayo IV, Armonía
y Belleza
Cada año, también en ocasión del Festival de Wesak, otro aspecto
del inmenso Poder del Propósito divino se revela. El gran Señor Buda
aprovecha el hecho de que el Sol está bajo
la influencia de la constelación de Tauro, que rige la cualidad del Alma cósmica, “Armonía y Belleza más allá del conflicto”, provocado por la dualidad de la
existencia. Esta cualidad cósmica del Rayo
IV saca su dinámica del Poder de Síntesis, irradiada por un gran Ser
cósmico llamado ‘el Observador silencioso’. Este
Poder de Síntesis permite a Buda, pasando por el brillante Logos
solar, por Venus
la inteligente y Vulcano
el poderoso, que se acerque a Gaia, el planeta Tierra.
Un
evento actual, cada año y durante 8 minutos
Por un
acto solemne de cooperación, el gran
Señor Buda se pone por unos momentos cara a cara con su Hermano, el gran Señor
Cristo, el Arcángel Solar de más alto nivel, el Maestro de los Maestros y de
los Ángeles. Y, como una lluvia dulce y generosa, el gesto de bendición de Buda
precipita el Agua ígnea acuariana. Es el Agua del mundo intuitivo,
el Agua cargada del gran Propósito de Acuario, que debe GUIAR a la Raza de los Hombres durante el tercer y cuarto milenio.
Así pues, el Festival de Wesak no es un
acto conmemorativo. Es un evento actual trascendente. Es el real
descenso de Buda durante 8 minutos el martes 23 de abril de 2024 a las 23:48 GMT,
en el elevado valle de Wesak, parte del lejano monte himaláyico de Kailash.
El
encuentro divino de
Buda y Cristo
Buda
viene a nosotros desde las dimensiones macrocósmicas astrales. El evento ocurre en las altas
capas etéricas del Valle de Wesak. Su descenso termina justo encima de su
Hermano divino, el Gran Señor Cristo. Buda focaliza poderosamente su atención
en Él. Imprime, a través de Cristo, nuevas visiones acuarianas en la mente de
los Seres humanos. Fortalece las buenas voluntades y las conforma con la Voluntad al Bien. Carga a la Raza humana de “voluntad espiritual más fuerte y con más autoridad”.
Su bendición es pura Energía de
Vida. Transforma la Voluntad al Bien en buena Voluntad humana. El
momento culminante del
sagrado encuentro llega, cuando el Cristo entona la Gran Invocación.
Por la receptividad y el silencio activo de la Asamblea de los Maestros
y peregrinos,
que esta invocación ha suscitado, se
vitalizará poderosamente la nota-clave, que seguirá resonando durante
todo el signo de Tauro:
“Veo,
y cuando el ojo está abierto, todo se ilumina”
El trabajo de Cristo en Jesús no
estaba terminado. Su Presencia tiene que volver para realizar el siguiente paso
de la evolución humana: “despertar
definitivamente el aspecto Consciencia
espiritual del eterno Núcleo de Fuego del planeta, de cada Ser humano y de cada
ser vivo de la tierra.”
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Buda y Cristo
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Estos dos
grandes Hermanos nos piden que participemos inteligente y subjetivamente en
esta toma de consciencia espiritual. El desarrollo de nuestra Consciencia divina
ya no puede ser automático como lo fue nuestra evolución iniciática en el
pasado. Nos incitan con fervor a despertar activamente nuestra imaginación,
a aprender a ser receptivos a la intuición compartida desde el Alma por nuestro
Ángel Solar.
Las existencias de Buda y Cristo
nos han dado la prueba de que cada Ser humano es capaz de desarrollar su propio
Buda o Cristo interior, para que manifieste, a través de Él, su divinidad.
Buda y Cristo nos invitan a que
vayamos más en profundidad al interior de nosotros mismos, donde mora la Fuente de nuestra divinidad, ‘el Eterno
Núcleo de Fuego interior’.
Es tomando este camino interno, que nos será revelado el sentido auténtico de
la nota clave de Tauro:
“Veo, y cuando el ojo está abierto, todo se ilumina”
El
Observador silencioso
Por encima de este extraordinario encuentro de dos grandes
Hermanos en el valle himaláyico de Wesak, la Gran Vida cósmica, ‘el Observador silencioso’ custodia el destino de nuestro
precioso planeta azul Gaia. Es conocido como ‘el Avatar de Síntesis, el Espíritu de la Paz’. Da información a la Vida del planeta y ‘mantiene el mundo dentro de su aura’. H.P.B. lo llama ‘el sin Nombre’, el ‘Iniciador’. Guarda en su conciencia el terrible secreto, que
hace que nuestro planeta se llame ‘la
esfera de sufrimiento’.
Con todos los horrores que nuestro planeta está sufriendo en estos tiempos,
hace falta que recordemos este hecho cósmico. No estamos solos, no estamos
abandonados o sin ayuda.
Dice el Maestro D.K.:
“Es literalmente cierto, en un sentido oculto, que ni
un pajarito se cae del cielo sin que su caída no sea notada”
Buda
experimentó agudamente esta esfera de sufrimiento. Buscaba, sin parar, el por
qué. Observó que el Ser humano se ve como un Ser separado. Sin embargo, la Vida
es una. Por eso, todo lo que separa provoca el sufrir. La Vida, el Ser, no se
destruye, enseña Buda, sólo la existencia. Si somos profundamente conscientes
de eso, nos transmutamos en Vida eterna, que ‘no ha nacido, ni muere jamás’. El
Cristo también enseñó con insistencia que no olvidemos nuestra eterna esencia
divina, nuestra Vida una:
“...que no olvidéis,
vosotros sois dioses.”
Cuando
realizamos esta toma de Consciencia divina, el Fuego del Mental humano transmuta
el deseo de Tauro en un láser de pura y clara Energía espiritual, irradiando la ‘Armonía y Belleza’ del Rayo IV. Realizará la FUSIÓN de los polos opuestos y el Ojo
único nacerá. El Cristo, enseñando, lo confirma firmemente:
“Cuando tu ojo es uno,
todo tu cuerpo está lleno de Luz”
El
deseo de la Humanidad y
la meditación de grupo
La motivación del deseo de Tauro,
en cuanto al futuro, es inseguro. No se sabe si la Humanidad elegirá el camino
de las direcciones espirituales o más bien materialistas.
Todos los Servidores del Mundo,
inspirados por el poder iluminador de Tauro, se esfuerzan en aclarar el deseo
de dirección de la Humanidad. Saben que sólo un cambio de conciencia puede
suscitar la trasmutación del deseo en aspiración espiritual.
Son las formas de pensamiento
creadas en las meditaciones de grupo, las que magnetizarán las Energías espirituales.
Éstas se plasmarán en cualidades conforme a los seis Rayos de las Grandes
Vidas cósmicas.
Especialmente, durante este signo de
Tauro y la celebración del Festival de Wesak, el Poder, llevado por el Gran
Buda, impulsa el crecimiento del Rayo IV de ‘Armonía y Belleza’ reconciliando los opuestos. La consciencia colectiva de la
Humanidad lo registra y aprecia como deseable
para su labor de civilización.
Algo
más amplio... la fusión
Durante el festival de Wesak, formamos parte de algo mucho más amplio que lo que
nuestras mentes puedan abarcar. Somos inmersos en un campo energético de una
amplitud inconcebible. Cuando, por la meditación, realizamos esta absorción, se
revela el profundo sentido de la nota clave de Tauro:
“Veo, y cuando el Ojo está
abierto, todo se ilumina”
Estas
palabras invocan el despertar del ‘tercer
Ojo’ del Ser
humano. Cuando, en su ‘Punto medio’, cerca de la glándula pineal, la Energía
mental eléctrica se transforma en Fuego por su FUSIÓN con el Fuego Solar del Ángel Solar, el ‘tercer Ojo’ se abre y ve nuevas visiones, que vienen de otros mundos.
Este
despertar a nuevos mundos es simbolizado por el ceremonial de Wesak realizando
la FUSIÓN de la Esencia de los dos Hermanos divinos.
Buda aporta el toque del ‘eterno Núcleo de Fuego interior’ de donde surge el Poder de la
Voluntad espiritual.
El Cristo aporta el toque de la
Jerarquía espiritual, el magnetismo de la Energía de Amor. En Él, por la
poderosa acción de la Energía de Síntesis emitida por el ‘Observador Silencioso’, estas dos energías divinas se confunden.
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Maitreya - Harald Dasti
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Maitreya, 'El
que viene'
El Cristo distribuirá con abundancia a la Humanidad este ‘arco iris’ de Energías fusionadas en la próxima Luna llena de Géminis. Esta emisión diferida se refiere al hecho de que la labor de Cristo en
nuestros tiempos, aún no está terminada. Por eso, los Judíos, los Cristianos, los
Musulmanes, así como los Budistas e Hindúes esperan el retorno de ‘El que viene’. Es el Gran Avatar en camino desde Sirio, la sede de la
Hermandad blanca.
Nos dice Buda:
“No
soy el primer Buda, que vino a la
tierra. Tampoco seré el último. En tiempos idóneos, otro Buda aparecerá en el
Mundo, un Ser sagrado, un Ser supremamente iluminado... Lo conoceremos como
Maitreya, lo que significa ‘lleno de benevolencia”
Las
vestiduras de 'El que viene'
El
encuentro de Buda y Cristo es más que una asociación. Es UNA FUSIÓN DE CONCIENCIA de dos entidades celestiales.
El Maestro D.K. nos
explica:
"Hay
una leyenda oriental que cuenta que Buda quiso prestar servicio al Cristo.
Cuando Buda llegó a la iluminación, pensó en la venida de su Hermano, el Cristo
preparado para el Gran Servicio. Para ayudarle, le regaló Sus propias
‘vestiduras’, que guardaba en un lugar seguro. Contienen la totalidad de sus
conocimientos y pensamientos. Estas vestiduras serán asumidas por ‘El que
viene’ como complemento de sus propias vestiduras tejidas con sus talentos de
Maestro de Enseñanza y Curación. Este conjunto de ornamentos servirán de
‘vestidura de Gloria’ para la Segunda Venida de Él, que será el Maestro único
del Oriente como del Occidente".
Una
misión no
acabada
Cristo no
pudo terminar Su trabajo durante Su primera venida. Su labor necesitaba el
consenso y la libre cooperación de los Seres humanos. La Gran Invocación es una expresión del deseo de esta libre cooperación y
libre consenso. Invoca arduamente ‘El que
viene con Luz, Amor y Poder’.
En nombre
de los que no tienen ni voz, ni visión, que el Fuego de nuestra profunda
convicción magnetice nuestras meditaciones. Que cree el Deseo de Fusión, el
Consenso subjetivo. Que haga arder el Fuego sagrado del ESPÍRITU DE SERVICIO. Que despeje la Vía real de la Segunda Venida.
¡Que el Espíritu de Wesak os acompañe
en vuestras meditaciones!!
William