Meditaciones de Plenilunio
y la Ley de los Ciclos
por Josep Jofre
Se
nos dice que uno de los mayores servicios que podemos hacer como grupo, entre
otros, es el de observar el periodo de los plenilunios. Esto es, respetando y
aprovechando el ciclo de 5 días, que es el tiempo de duración de cada plenilunio.
Así pues, tenemos los 2 días anteriores del plenilunio
que se llaman de preparación. En estos
dos días, intentamos abandonar todos los pensamientos personales y
espirituales. Tratamos de comprender el Plan del que nuestro Ángel Solar es
totalmente consciente. A su vez, nos preguntamos nuestra comprensión del mismo
y nuestras responsabilidades aceptadas, para estar en armonía con Él y
descubrir su Belleza.
Después tenemos el día de la luna llena (12 horas antes y
12 horas después del momento exacto del plenilunio). La Jerarquía nos ofrece la
oportunidad de un mayor acercamiento a Ella, este es el día de salvaguarda. Lo llamamos así, debido a que la
afluencia de energías espirituales, en el momento preciso del contacto, ha de
salvaguardarse. Así pues, sentirnos llenos de gratitud por las energías
recibidas de cada signo, que son de procedencia extra planetarias y
pertenecientes al Señor de cada Constelación.
Finalmente, los dos últimos días, llamados de distribución, los dedicaremos a liberar y utilizar correctamente las energías del grupo. Esto podría incluir reflexiones sobre las técnicas del servicio y la experta actividad por la cual satisfacer la necesidad, en nuestro grupo, entorno familiar, profesional, etc..
Finalmente, los dos últimos días, llamados de distribución, los dedicaremos a liberar y utilizar correctamente las energías del grupo. Esto podría incluir reflexiones sobre las técnicas del servicio y la experta actividad por la cual satisfacer la necesidad, en nuestro grupo, entorno familiar, profesional, etc..
Hasta aquí, una sucinta explicación del “modus operandi”
del tiempo de los plenilunios. Para completarla y hacerla más comprensible,
hemos de tener siempre presente ciertas leyes universales, como la Ley de los
Ciclos. Expongamos pues, como actúa dicha Ley.
Quizás nos preguntemos ¿Por qué se realizan estas
reuniones en el momento de la Luna llena? ¿Qué tiene que ver la luna con esto?
Existen diversas razones: en primer lugar el ciclo de crecimiento de la luna
hasta alcanzar la plena luminosidad, seguida por el ciclo menguante, simboliza
esta Ley de los Ciclos.
A propósito de esto, nos dice el maestro Djwhal Khul:
⋯“La meditación del Alma es de naturaleza
rítmica y cíclica, como lo es todo en el Cosmos. El Alma respira y su forma
vive por ello. La naturaleza de la meditación del Alma no debe pasarse por alto
en la vida del aspirante. Hay un flujo y reflujo en toda la naturaleza, y en la
marea del océano vemos la maravillosa representación de una ley eterna. A
medida que el aspirante se ajusta a las mareas de la vida del Alma, empieza a
darse cuenta que existe un constante flujo, vitalización y estímulo, seguido
por el reflujo inevitable y seguro, de las inmutables leyes de la fuerza.
Este flujo y reflujo puede verse actuando en los procesos de la muerte y de la
reencarnación, y también en la totalidad de las vidas del ser humano, porque
algunas vidas son aparentemente pasivas e intrascendentes, lentas e inertes,
desde el ángulo de la experiencia del Alma, mientras que otras son vibrantes,
plenas de experiencia y desarrollo. Esto deben recordarlo todos los
trabajadores cuando ayudan a otros a vivir correctamente. ¿Se hallan ellos en
el reflujo, o están sometidos a la afluencia de la energía del Alma?...
Estos impulsos cíclicos, que alternan con
penosa rapidez, son también más frecuentes, rápidos y fuertes en la vida del
discípulo que en la del ser humano común, algo muy importante para nosotros. La
conocida experiencia del místico en la montaña y el valle, es sólo una forma de
expresar esta ley. A veces el discípulo camina en la luz del sol y otras en la
oscuridad, otras conoce la alegría de la plena comunión y nuevamente todo
parece absurdo y estéril; en ocasiones su servicio es una vivencia
satisfactoria y fructífera, y cree realmente que puede ayudar, pero en todos los
casos siente que no tiene nada que dar y que su labor es inútil, sin resultado.
Hay días en que todo lo ve claro y tiene la sensación de estar en la cima de la
montaña, contemplando un paisaje bañado por el sol, donde todo se presenta
nítido ante su vista. Sabe y siente que es un hijo de Dios, sin embargo,
después descienden las nubes, pierde toda su seguridad y le parece no saber
nada. Camina a la luz del sol, está abrumado por la luminosidad y el calor de
los rayos solares, y piensa cuánto durará esta experiencia desigual y
este violento alternar de los opuestos. No obstante, una vez captado el hecho,
y observado el efecto de los impulsos cíclicos y de la meditación del Alma
sobre su naturaleza-forma, se le aclara su significado, comprende que el aspecto-forma
falla en responder, y su reacción a la energía es desigual. Entonces aprende
que cuando pueda vivir en la conciencia del Alma y alcanzar a voluntad
esa “aptitud elevada”, las fluctuaciones de la vida-forma ya no le
afectarán….
Una apreciación de los pensamientos
mencionados debería dar al aspirante cierta comprensión del valor de su trabajo
de meditación, en tanto que la idea de la respuesta cíclica al impulso del
Alma, se halla detrás de la actividad desde la meditación matutina, del
recogimiento del medio día y de la recapitulación vespertina. En los aspectos
de la Luna nueva y de la llena, tenemos un mayor flujo y reflujo. Recuerden
esto”. (Tratado sobre Magia Blanca).
⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯
He creído conveniente,
incluir esta larga y valiosa disertación del Maestro D.K. sobre el tema que nos
ocupa. Él dice, en algunos de sus libros, que un esoterista es aquél que está
mayormente ocupado en el mundo de las energías y las fuerzas. Leyes como la de
los Ciclos, pueden parecer, a priori, condicionantes. Pero, si reflexionamos e
investigamos un poco más, dando otro paso en nuestra vida de
reconocimientos, veremos con mayor claridad, que nos favorecen para conducirnos
de lo irreal a lo real. Constata que es la vida-existencia en la forma, la que
nos condiciona y limita realmente. Aprendemos así correctamente, que es la vida
del Alma la que nos concierne e importa y, en consecuencia, podemos trabajar
inteligentemente con esta Ley, que nos indica si estamos en la montaña o en el
valle. Entonces ello dejará de tener dominio sobre nosotros.
Para finalizar, hemos de considerar otros grandes
aspectos de esta Ley, llamada de Periodicidad, ya a un nivel mucho mayor, un
nivel macro cósmico, como los Manvantaras y Pralayas. Estos son grandes y
extensos períodos de actividad o aparente silencio. Los mundos se
manifiestan o aparentan desaparecer, igual que nos sucede a nivel micro
cósmico, cuando estamos en un cuerpo físico “tangible” y después ya “no se nos
ve”. Si desarrollamos debidamente nuestra conexión con el Alma, la Tríada
y el Eterno Núcleo de Fuego, todo a su debido tiempo, cada pralaya, será
seguido de un tiempo de manifestación de más poderosa actividad, desarrollo y
realización espiritual.
“Que la Luz, el Amor y el Poder, restablezcan el
Plan en la Tierra”