Sol en Aries
21 de Marzo de 2019 (01:42 GMT)
19 de Abril de 2019 (11:12 GMT)
Pensamiento semilla de Aries
“Surjo y,
desde el plano mental, rijo”
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Imagen extraída del libro Los Signos del Zodíaco de Louise Huber |
Los tres grandes Festivales espirituales
Toda
existencia está sujeta al flujo y reflujo. Este estímulo de los ciclos es de
naturaleza tanto macrocósmica como microcósmica. Uno de ellos es el ciclo anual
planetario. En él se destacan tres momentos de máxima intensidad espiritual,
los festivales de Aries, Tauro y Géminis.
El primero de ellos es el Festival de Pascua. Se celebra durante el
plenilunio de Aries.
Bajo
la influencia de Aries, siempre empieza algo. En la naturaleza comienza la
primavera. En el zodíaco empieza la serie de signos. En la progresión de la
edad del Ser humano se inicia su existencia.
La festividad
de Pascua marca también un nuevo comienzo espiritual, la resurrección de Cristo,
la primicia de lo que cada Ser humano experimentará un día. Es el festival de
la Vida surgiendo de la muerte. Es la “Esperanza de Gloria”, renovándose
cada año en nuestro interior por las potentes energías arianas derramadas
durante Su festival. Es la vivencia cada año más viva de nuestra propia
eternidad divina.
Este
año 2019, el festival toma una envergadura excepcional, porque la alineación de
Aries con el Sol se repite el 19 de abril, el Viernes Santo.
Aries, el signo de Fuego de la Cruz cardinal
Como
primer signo del Zodíaco, Aries es un signo de ‘Fuego’. Estimula toda inteligencia
a reconocer su ‘verdadero Yo’. Tal descubrimiento
es el nacimiento de un nuevo ciclo de desarrollo, que se anuncia grandioso. La
inteligencia de Su Fuego, que busca iniciar experiencias hasta en los niveles
de más densa vibración, pertenece a la Cruz cardinal. Es considerada la
Cruz del Padre, símbolo de la omnipotente creatividad del ‘eterno Núcleo de Fuego galáctico’. La Sabiduría inmemorial nos
aclara: “Aries con el fuego de la Cruz del Padre despierta la voluntad de
llegar a lo más bajo para, una vez allí, controlar, conocerlo todo y enfrentar
todas las experiencias antes de volver a casa”.
Es
así como, desde la cruz cardinal, el Fuego de Aries inunda nuestra Vida
planetaria con las energías del Rayo I, el Rayo de la Voluntad y Poder creador.
Las focaliza en el eterno núcleo de Fuego de Gaia, para que surja su ‘verdadero
YO’, Sofía, la divina Sapiente. Empuja al glorioso nacimiento de un
nuevo planeta, Gaia-Sofía. Sin titubear, el Fuego ariano aparta del camino de Gaia-Sofía
cualquier impedimento.
La lucha para ser uno mismo
También el
Ser humano, principalmente el nacido en el signo de Aries, empieza el
proceso de llegar a ser uno mismo para aprender a abrirse a las posibilidades
permitiendo la aparición de su ‘verdadero
Yo’.
En
un primer tiempo, predomina el ‘pequeño yo’. Se expresa de forma impetuosa y
muchas veces poco pulida. El individuo Aries es impulsivo, emprendedor y
entusiasta. Irradia fuerza, energía e
intrepidez, incluso en situaciones desesperadas. Tiene la capacidad de
entusiasmar. Es un pionero, pero se preocupa muy poco de las consecuencias de
sus actos. Actúa primero y piensa después. Quiere el éxito inmediato. Tiene
poca paciencia. Necesita la acción fresca y única. En general, consigue las
cosas al primer intento.
Aries
es el prototipo de la fuerza impulsiva. Tiene fases muy activas, abalanzándose
con entusiasmo desbordante en sus tareas. Pasa por fases en que necesita un
período de recuperación. Su curva de energía psíquica crece rápido pero, al cabo
de un tiempo vuelve a caer. A la impetuosa fuerza impulsiva de este signo de
Fuego le resulta difícil respetar los límites. Entra en conflicto con
cualidades como la paciencia, el tacto, la forma, la moderación, el decoro,
etc. A lo largo de toda su vida, Aries necesita cultivar la capacidad de moderar
y dosificar sus esfuerzos. Su tarea espiritual consiste en derribar los limites
endurecidos y superar las barreras levantadas por el miedo, para que el
desarrollo de su existencia pueda progresar y que el alba de su verdadero Yo
aparezca.
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Aries - Claudia Sapienza |
El símbolo de Aries
El símbolo
de Aries es representado por los cuernos robustos del carnero. Sus golpes
impulsivos eliminan la rivalidad. Hace
alusión a la marcada obstinación propia de la persona de signo Aries. Siempre
intenta conquistar lo que quiere con una penetrante capacidad mental y penetrante
impulsividad.
En
la primavera podemos adivinar este impulso de Aries en los capullos a punto de
brotar. Una nueva vida está empezando. Repentinamente, por la dinámica de la
fuerza primaveral, los capullos desencadenan su vitalidad y perforan sin piedad
sus envolturas externas. Este
desgarramiento aparentemente muy destructivo crea espacio, para que surja una
nueva vida, una nueva esperanza.
Para
el ‘pequeño yo’ del individuo Aries, este impulso hacia la innovación puede ser
a menudo muy arriesgado e incluso, fatal. Al contrario, si la dinámica se realiza
bajo la sabia guía del ‘Verdadero Yo’, el desgarro será siempre un evento
positivo. Con una creatividad alumbrante, se abrirá espacio para el
florecimiento de la tan esperada Vida nueva.
El Eje de encuentro Aries-Libra
Cuando
experimentamos que valemos algo o significamos algo para alguien, entonces nos
volvemos libres. Eso es la virtud del signo Libra. Sin embargo, casi siempre guardamos
escondida esta posibilidad. Tenemos miedo que en lo más profundo de nuestro
ser, no encontremos nada de valor y de que, al descubrirlo, los demás nos
rechacen. Este miedo paralizante nos bloquea e impide convertirnos en seres
humanos libres. Cuando nos abrimos a los demás sin vergüenza, entonces Libra se
activa, el signo opuesto de Aries. Libra crea autoestima. Revela las cualidades
intrínsecas de gran valor que cada Ser humano posee. Esta seguridad natural hace
posible el encuentro entre ‘el yo y el tú’ y Aries, por la influencia de Libra,
se dispone a encontrarse con el otro de forma abierta mostrándose honestamente
como es. Solo tal actitud abierta permite que el verdadero Yo se manifieste por
tolerancia y transparencia del pequeño yo.
Los planetas regentes Marte y Mercurio
El
regente exotérico de Aries es Marte.
Es el planeta que “primero dispara y después pregunta”. Explica por qué el
individuo Aries, muchas veces sin darse cuenta, molesta con sus maneras bruscas
y, a menudo, con su combatividad al estilo de Marte.
Pero
cuando empieza el camino espiritual, la influencia de Mercurio trasparece a cada paso con más insistencia. Es el planeta
del ‘intelecto y de la mediación
inteligente’. Su arte diplomático ayuda mucho a establecer relaciones
oportunas y fluidas. Da la oportunidad de liberarse de las formas mentales
rígidas del miedo y desaliento, que el mismo Aries había creado.
Así
pues, Marte purifica a Aries mediante el fuego del combate. Mercurio lo
purifica mediante la percepción mental, es decir, mediante el arte de reconocer
y diferenciar. Descarta el miedo y, los pensamientos negativos del pequeño yo se
queman. Crea un espacio pacífico. El Verdadero yo se abre como la rosa
primaveral.
El surgir del
verdadero Yo
En
una primera fase, la persona de signo Aries se preocupa, concentrado en el
desarrollo del pequeño yo. Eso requiere seguridad interior. Para tener un yo
fuerte y resistente, le es necesario liberarse de las dependencias excesivas y
no ser juguete de su entorno. Llega un momento que este pequeño yo se hace
demasiado fuerte y se cristaliza. Entonces, se encierra en sí mismo. Nadie ni
nada puede entrar ni tampoco salir. El individuo Aries es cautivo de la forma estrecha
de su yo. Es como si estuviera en prisión. No está abierto a sus semejantes, ni
está permeable a una posible vida interior.
En
una segunda fase, la fuerza impulsiva de la personalidad ariana se queda aún
presente. Pero aparece el deseo muy claro de derribar los muros que ha erigido
en errónea autodefensa. Como primer signo de la cruz cardinal, los impulsos de
sus fuerzas internas de Fuego empiezan a imponerse, cada vez con más frecuencia y arraigo. La idea de crear un mundo
nuevo y mejor aparece claramente. Se impone la evidencia de que su fuerte
tendencia a la extroversión y al enfrentamiento no lo ha llevado a resolver los
problemas con el mundo exterior. Siente, mirando atrás, que su experiencia se
erigió sobre bases muy perecederas y artificiales. Busca ahora fundamentos más
sólidos y estables.
En
la tercera fase de su desarrollo, el individuo Aries está sobrepasando
definitivamente sus decepciones y errores. Se pone a orientarse
espiritualmente. Es un nuevo nacimiento. Está apareciendo un insospechado otro
yo, el ‘verdadero Yo’. Es llevado
por la luminosidad de un Ser, el ‘Hijo
de la Mente’, enseña la Sabiduría inmemorial. Adivina que es su Ángel Solar. Su claridad le arropa
constantemente. Descubre con entusiasmo que su ‘verdadero Yo’ está manifestando ya los primeros signos de la naturaleza
divina de su Ser interno.
La
Tradición inmemorial le ayuda a comprender la importancia del evento. Describe
con precisión este misterioso Ser
interno, ignorado durante tanto tiempo. Enseña, que es ‘un eterno Núcleo de fuego’ metafísico,
foco de un átomo inmaterial, que representa la esencia del ‘Hijo del Hombre’, la Mónada humana, individualidad
espiritual viva, autoconsciente, inextensa e indivisible, el “Yo Soy” del Ser humano encarnado.
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Resurrection - Annie Lauro |
El sendero de la Resurrección
Aries
nos invita a todos a abrirnos y prepararnos de forma especial para este nuevo
nacimiento pascual. Es volver al punto de inicio. Es corregir el trayecto de
nuestra vida, rectificar errores y empezar otra vez. Es el punto de partida de
un encuentro mágico, el cara a cara con nuestro verdadero Yo, nuestro Ángel Solar.
La Tradición inmemorial nos confía, que en cada Ser humano es presente su
Mahadeva particular, un gran Ángel. Éste nos regaló, a cada uno de nosotros, otro cuerpo
más, el Cuerpo Causal. Es un extraordinario instrumento. Es mágico y está compuesto
por una purísima sustancia mental. Nos permite ser ‘uno’ con nuestro Ángel Solar. Fusionando
con Él, ‘siendo en Él’, emprenderemos el camino, que empieza con el
evento de Pascua. Es el punto de partida del mismo sendero que Jesús, que
llevaba su Cristo interior hacia la Resurrección. Tomando esta senda,
encontraremos toda la ayuda que necesitamos. Proviene a profusión de nuestra
más profunda fuente de Vida, nuestro ‘eterno
Núcleo de Fuego’. Nos permite llegar a ser uno mismo, el verdadero Yo. Es por su mediación que revelaremos
nuestra naturaleza divina, en nuestro tiempo, lista para despertar en cada Ser
humano.
La Asunción del pequeño yo
“Soy
como soy… yo soy así, pienso así y actúo así”. La mayoría de las personas
tienen miedo a presentarse como realmente son. Temen que los demás vean sus
puntos débiles. Llegar a ser uno mismo es uno de los temas más fundamentales de
la existencia humana. Indica que tenemos una correcta consciencia del ‘pequeño
yo’.
Nuestro
yo ilusorio, para que valga su papel, debe ser asumido por el poder atractivo
del Yo verdadero. El Fuego de Aries empuja a realizar esta asunción. Nos incita
constantemente a elevar el pequeño yo, para que, ascendido, funcione iluminado
por la Sabiduría del verdadero Yo.
Por
su Fuego consumidor, Aries nos ayuda a liberarnos de los obstáculos y lazos
tradicionales. Nos incita a buscar y sentir
la existencia de esta ‘esfera de Luz dorada’, que nos
arropa. Es nuestro Cuerpo Causal, nuestra aura, nuestro instrumento
etérico receptor y fuente de energía espiritual. Está constituido con pura
sustancia mental. Provocará como un desgarramiento de nuestra personalidad, pero
abrirá espacios nuevos. Aparecerá, surgiendo de la esfera de Luz dorada, un Ser
maravilloso. Expandirá el fluido de Amor solar y la Luz de su Sabiduría. Dotará
al Mago blanco de Su Poder. Descubriremos que este gran Ser es ‘la
Faz del verdadero Sol espiritual’, ¡nuestro Ángel Solar, nuestra Luz,
nuestra Alma! La Tradición inmemorial lo explicita. Es nuestro KARANA SARIRA, nuestro impulsor y motivador. Como lo proclama el Mantra Gayatri, pediremos con fervor que Su faz se revele y guíe. Con la
mirada interior elevada, Lo invocaremos en nombre de nuestro ‘eterno Núcleo de Fuego’, parte
holística y consubstancial de ‘Él, que sostiene el Universo, de Quien todo procede
y a Quien todo retorna.’ Y así, llevados por las ardientes energías de
Aries, emprenderemos la construcción de un nuevo Mundo ‘para poder conocer la Verdad y
cumplir con todo nuestro deber’…
EL
GAYATRI
Oh Tú, que sostienes el Universo,
De Quien todo procede,
A Quien todo retorna,
Descúbrenos la faz del verdadero Sol Espiritual,
Que se esconde tras un disco de Luz dorada,
Para que podamos conocer la Verdad,
Y cumplir con todo nuestro deber,
Mientras caminamos hacia Tus pies sagrados.
|
Heaven on Earth - Peter Fich |
El
pensamiento semilla esotérico de Aries
“Surjo y, desde el plano mental,
rijo”
La
Tradición inmemorial se refiere a Aries como “el lugar donde nacen las ideas
divinas”. Se hace referencia a los pensamientos e ideales que surgen de
nuestro interior, inspirados por el Ángel Solar, que quiere que se conviertan mediante
el Cuerpo Causal en motivaciones vitales. Es un nuevo nacimiento. En esto, la
facultad imaginativa y creativa del pequeño yo, ahora residiendo en el
verdadero Yo, puede ser de gran ayuda. En Aries los pensamientos imaginativos
son poderosos. Permite, por intuición y más allá del raciocinio, la conversión de
las ideas abstractas en concretas. El pensar abstracto intuitivo es el
instrumento del Ángel Solar, heraldo del Alma. Rompe las envolturas de nuestro entendimiento,
dicho ‘realista’ y lleva ideas completamente nuevas, que el pensamiento del
pequeño yo concretiza.
En las meditaciones de ‘Sol en Aries’, tenemos
que ser especialmente receptivos a estas ideas infundidas por el Heraldo de
nuestra Alma. Ayudarán, gracias a los impulsos mágicos de Aries, a establecer,
mediante el Cuerpo Causal, la regencia del Verdadero Yo. Con Aries, proclamamos:
¡Surjo
y, desde el plano mental, rijo! Provocará
la mágica elevación, la asunción del pequeño yo que, asombrado y dirigiéndose a
su verdadero Yo, su Ángel Solar, exclama: ¡En ti, yo soy el Omni-yo, existiendo en tu
Individualidad hasta la eternidad!
oOo
Las energías nobles de Aries están llegando este
año con una generosidad redoblada. Tenemos en 2019 dos plenilunios de Sol en
Aries, uno en 21 de marzo, el otro el 19 de abril. Participamos con fervor en este
largo proceso creativo de un nuevo nacimiento. Damos a Luz a nuestro verdadero
Yo, para que se expresen en nuestras existencias las maravillas de nuestra
naturaleza genuinamente divina.
William
Este texto es
una paráfrasis respetuosa de un extracto de la obra de Louise Hubert, “Los
Signos del Zodíaco”. 2002 API Ediciones.