LA NATIVIDAD,
LA PRIMERA GRAN INICIACIÓN
"Las tinieblas no acogieron la Luz"
El
Antiguo Comentario dice: “Siempre
desde el eterno Núcleo de Fuego nace un nuevo mundo”.
Nuestro Cosmos tiene su Centro, Su eterno Núcleo de Fuego, que la
tradición llama ‘Dios’. De Él , desde la eternidad escondido en
el Seno de la Madre Materia, emana Su Presencia que radia Luz y que la Tradición
inmemorial llama ‘el Logos’ o ‘el Verbo'.
Lo recuerda la Biblia (Juan,1):
“Al
principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo
era Dios. Él estaba al principio en Dios. Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. En Él estaba la Vida, y la Vida era la Luz de los Hombres.
La Luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron.”
Nativity - Jean-Baptiste Marie Pierre |
Hace 2000 años encarnó el Cristo Histórico
Para
que, escondido en el Seno de la Madre Materia, la 'luz sea acogida', “el
Verbo se hizo carne” en Belén hace
ya más de 2.000 años. Era la Natividad del Cristo
histórico en Jesús. Es un evento
cósmico. Suscita la primera gran expansión de conciencia humana. Es
el primer paso conduciendo a la experiencia del Verbo, la Inmanencia
divina manifestándose 'como luz'. Esta
encarnación del Logos 'luminoso' crístico desligó
-es el significado del concepto ‘Nuevo Testamento’- a los Seres
humanos de la prerrogativa de la Trascendencia
divina.
En nuestra época, es el Cristo
racial
que está haciéndose carne
Hoy,
al inicio del nuevo milenio, la humanidad está tomando conciencia de
que está dando a Luz un nuevo mundo. Hace más de 2.000 años,
el Verbo se expresó como Cristo en Jesús. Emanó
desde el eterno Núcleo de Fuego del Cosmos y se hizo carne en un Ser
humano. Así pues, son dos milenios ya que, gracias al Cristo manifestado
en Jesús, la Humanidad gravita alrededor de este dinámico ‘Foco
nuclear de Vida cósmica’ escondido en el seno de la Madre
Materia. Y hoy, termina el proceso de gestación. El Cristo
racial, un nuevo Cristo-Niño está a punto de surgir de la
matriz material de la Raza humana. Este es el ‘Nuevo nacimiento’
al cual aludió Cristo en Jesús. Será la primera gran Iniciación
colectiva que ‘abre las Puertas del Reino de los Cielos’.
La Humanidad va a ser a Su vez ‘El
Verbo hecho carne’.
Este nuevo nacimiento agita y atormenta
Los Seres humanos del nuevo milenio presienten que lo que sucedió en Belén, ahí donde el Oriente y el Occidente se encuentran, era el inicio de lo que está pasando ahora con el conjunto de la Raza de los Hombres. Intuyen que van a cumplir, esta vez como raza, el mismo drama que Jesús de Nazaret. Intuyen que, al igual que Él, para ir a la Resurrección (subir a la 4ª y 5ª dimensión) hace falta pasar por la fusión con ‘la Voluntad del Padre’, es decir, la Voluntad del Verbo o de la Presencia, surgiendo desde ‘el eterno Núcleo de Fuego interno’ escondido en el seno de la Humanidad, igualmente pues en lo más profundo de cada Ser humano. Cumplir la Voluntad del Padre exige el desapego total del viejo Mundo ligado al Antiguo Testamento, el Antiguo acuerdo. La metáfora de este desapego es la crucificción.
Y esto agita y atormenta.
La humanidad vislumbra el auténtico significado de las palabras de Cristo en Jesús: (Juan, 3). “Tenéis que nacer de nuevo”.
Sabe que es entrar en
dimensiones de conciencia más elevadas, ahí donde el Fuego de la
Voluntad del eterno Núcleo, el Padre, limpia, destruye y eleva la
vibración de la Materia-Madre, para que se glorifique y revele la
Luz y el Amor de su Divinidad. Esta toma de conciencia, a pesar de
una larguísima tradición devocional a la divina Trascendencia, permite
proclamar sin temblar: “Ese soy Yo, Yo soy Ese”, 'la divina Inmanencia'.
Y esto también agita y atormenta.
Pero no es el indicio de una quiebra. Es más bien la creación de un espacio nuevo para el despliegue de la Realeza y la Dignidad soberana del Ser humano y de toda la creación.
“Cristo, esperanza de gloria” de la Raza de los Seres humanos. Este es el hondo sentido de la Natividad en este fin del año 2016.
¡Felices
fiestas de Navidad!
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William